La actividad de las pequeñas y medianas empresas registró en septiembre un crecimiento del 21,6% de acuerdo con el Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP) que elabora la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), pero con relación a agosto bajó 0,7%.
“Los principales motores de crecimiento en septiembre fueron la demanda por sustitución de importaciones de bienes de consumo y la demanda externa”, indicó la entidad en el informe presentado, que remarca la prolongación del alza de la producción y el acercamiento a los niveles pre-pandemia.
El registro destaca que no hubo ningún sector con descenso en la producción de manera anual y que los más incrementaron su actividad fueron Calzado y marroquinería (+38,6%) y Material de transporte y sus partes (+35,6%).
Con respecto a la baja mensual, señala que el principal registro negativo estuvo protagonizado por el rubro de Indumentaria y textil (-12,8%). A pesar del retroceso el informe revela que solo cuatro de las 11 ramas relevadas cayeron, mientras que las 7 restantes subieron.
El relevamiento refleja que la industria pyme acumula un alza de 24,6% en los nueve meses que van del año, frente a igual periodo de 2020 y de 0,4% frente a los mismos meses de 2019.
Al mismo tiempo señala que hubo un leve repunte en el porcentaje de empresas con rentabilidad negativa, pasando de 9% en agosto a 10,1% en septiembre. Mientras que en referencia a la situación de la empresa se informó que “la proporción de industrias que declararon que su situación es mala o crítica alcanzó al 6%, el 35% la calificó como regular y 58% restante como buena”.
La CAME reservo un párrafo de su informe para advertir especialmente que “las empresas consultadas manifestaron que encuentran problemas con las importaciones: por un lado, restricciones para ingresar piezas, partes e insumos, por otro, mayores obstáculos para pagarlas y finalmente, el incremento de los precios por parte de las navieras, entre otros motivos por la falta de contenedores a nivel mundial”.
CRÉDITOS DEL BANCO CENTRAL
Por otro lado, en el marco de la mesa de debate sobre Financiamiento y Banca de Desarrollo, en la previa al Segundo Congreso Industrial del Consenso del Trabajo y la Producción, pequeñas y medianas empresas industriales cuestionaron la política monetaria del Banco Central por las «limitaciones» que impone al financiamiento productivo, y advirtieron que el sector llega a pagar tasas de hasta el 60% anual.
Alertaron que los préstamos para la producción «casi no han tenido mejoras respecto del año pasado», según evaluaron representantes del sector privado, público, de los sindicatos y las asociaciones civiles.
Se planteó que uno de los principales problemas es el elevado nivel de las tasas de interés, que «alcanzan valores muy superiores a los que pueden hacer frente las PyMEs para poder financiarse». «Los requisitos que imponen los bancos para el acceso al crédito impiden que las PyMEs puedan financiarse a través de ellos», advirtió el moderador de la mesa de debate.
También pidieron que «no sea únicamente el balance de la empresa el determinante de si le resulta otorgado o no un préstamo» y dotar de un mayor impulso a los Fondos Fiduciarios para financiar determinados sectores o para funcionar como garantía para las PyMEs, otra de las dificultades que atraviesa el sector. Para el mediano y largo plazo, recomendaron la «creación de un Banco Nacional de Desarrollo, como el caso del BNDES de Brasil» y una modificación en la Ley de Entidades Financieras.