En la Argentina hay 300 especies de jejenes. En Corrientes se convirtieron en una molestia casi insoportable, especialmente en la zona costera como la costanera o las playas. En las redes sociales, las quejas por los estragos que estos insectos le hacen a la piel ya son una constante.
Más que quejarse, es poco lo que se puede hacer más que usar repelentes y ropa que cubra la mayor parte del cuerpo para evitar las picaduras.
Este insecto de entre 2 y 5 mm, alas anchas y patas cortas y gruesas, cuando es hembra se alimenta con sangre. Lo hace preferiblemente al amanecer y al anochecer, y puede llevar consigo bacterias de otros lugares donde se han posado, como comida en mal estado o animales muertos.
La picadura del jején produce un corte en la piel doloroso, casi una mordedura que es fácil de infectar al rascarse. Podría decirse que su comportamiento es similar al de un mosquito durante la temporada estival, pero hay zonas donde es incontrolable, y más al ser resistente a los repelentes químicos normalmente utilizados.
¿QUÉ SE PUEDE HACER?
Evitar áreas donde los jejenes puedan depositar sus nidos: tachos de basura o lugares donde se acumule agua.
Lavar las picaduras con agua y jabón ya que puede provocar una infección al rascarse o por las bacterias que puede traer el insecto de otros lugares en los que haya estado.
Lo principal: repelentes.
¿QUÉ SE DEBE TENER EN CUENTA?
Los olores dulces los atraen.
La ropa oscura también los atrae.
La sudoración y los olores fuertes también.
La luz también los invita a acercarse.