CURUZÚ CUATIÁ. «Hace 40 años que venimos a este mismo lugar para recordar a los soldados, oficiales y suboficiales del Ejército Argentino, de la Armada, Gendarmería y civiles que combatieron en nuestras islas Malvinas», dijo el intendente de Curuzú Cuatiá, la ciudad que nació con la Patria, José Irigoyen, al encabezar ayer a la mañana el acto principal local del 2 de Abril.
La programación conmemorativa comenzó con la vigilia el viernes y siendo las 0 horas del nuevo día, se entonaron las estrofas del Himno Nacional en un acto que tuvo una amplia concurrencia y contó con varias actividades, como números artísticos del Ballet Estable Cruz de Papel, a cargo de Fausto Sandoval, que deleitó al público, como además emotivas palabras de la hija de un Veterano de Guerra, María Alejandra Ayala, quien compartió con todos su sentir en la jornada que se iniciaba, precisamente cuando hacía 40 años un grupo de avanzada ya había pisado suelo insular argentino en la noche del 1 de abril en preparación del desembarco de las tropas, según relatan veteranos protagonistas de ese instante imborrable de la historia de la Nación.
El Intendente, en su discurso de ayer, añadió que «debemos ponderar y valorar el sacrificio heroico de nuestros valientes, que dieron pelea con lo que tuvieron y no claudicaron, al contrario soportaron ese infierno de muerte y destrucción con honor y la frente en alto, siempre recordando a sus seres queridos que desde aquí, rezaban a Dios y a la Virgen de Itatí, enviaban cartas y otros elementos para, de alguna forma, estar presentes y decirles: ¡Aquí estamos hijo querido!¡Nuestra fe nos acompaña, estamos con ustedes heroicos soldados de nuestra Patria!».
HONDA EMOCIÓN
«¡Claro ejemplo de dolor y pasión el de aquellas madres!», exclamó con énfasis Irigoyen, para recordar a «doña Barbarita Sánchez o doña Antonia Ferrau, que lloraron a sus hijos hasta el fin de sus vidas; o como doña Delia Meza que atesora sus recuerdos en algunas fotos y cartas de su hijo el Ramón, que desgastadas por el tiempo mezquino, las va borrando como queriendo abandonar las heridas de aquella guerra, ¡que dejó muchas cicatrices imposibles de olvidar! y que jamás morirán de la memoria de quienes conocieron y amaron a aquellos que hoy venimos a recordar para que vivan por siempre en la historia del pueblo argentino y en nuestros corazones», aseguró, provocando honda emoción en la audiencia.
Sostuvo que «todos tenemos a alguien a quien llorar, pero hoy venimos a esta plaza, a este lugar que nos identifica y une a los curuzucuateños, para rendirles honores a nuestros héroes que quedaron en aquella fría turba malvinera, pero también rendimos homenaje a los que viven y caminan entre nosotros y son la historia viva y ejemplo de patriotismo, ciudadanos distinguidos de esta ciudad que debemos contener, abrazar y darles nuestras gracias por su valor, sacrificio y entrega a nuestra Patria, a la espera de que algún día, esperemos no tan lejano, el mundo civilizado y libre pueda reconocer nuestro reclamo y podamos nuevamente izar con honor y respeto nuestra Bandera en nuestra querida perla austral ¡Viva la Patria, vivan los bravos de Malvinas, que Dios los bendiga!», finalizó.
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