En 2001, Gonzalo Noguera dejaba su casa familiar en el corazón del barrio Cambá Cuá para cumplir en Buenos Aires la pasantía obligatoria que la carrera de Kinesiología de la Unne le exigía para poder graduarse. Lo que no sabía Noguera era que esos dos meses por los que en principio partía terminarían siendo 16 años de intensa actividad profesional antes de volver a Corrientes.
Desde 2017, volvió «hacer base» -como él lo dice- en su ciudad para estar más cerca de su familia y los amigos. Instaló su consultorio, pero además desde hace 1 año y cuatro meses disfrutan junto a su mujer el crecimiento de su pequeña.
La dinámica de la vida del licenciado Noguera cambió definitivamente cuando en 2013 se convierte en el kinesiólogo personal del mejor polista del mundo, el argentino Adolfo Cambiaso. Desde entonces, vive 6 meses en Europa y los otros 6 en la Argentina.
En los últimos ocho años, su ejercicio profesional lo vinculó con la elite del polo argentino que desarrolla parte de su carrera en Europa. En la actualidad, integra el staff médico kinésico del Bardon Polo Team, un equipo del empresario húngaro Andras Tombor y cuya base de operaciones está en la localidad inglesa de Maidenhead, distante a 40 km de la ciudad de Londres.
Amante del deporte, Noguera siempre supo que vincularía su profesión a cualquier disciplina de alto rendimiento. Su ingreso al mundo del polo llegó de manera casual y de la mano de un colega. Pero previamente fue acopiando experiencia y haciéndose un nombre bien desde abajo. Entre sus antecedentes figuran los consultorios de rehabilitación de Futbolistas Argentinos Agremiados (Capital Federal); el staff médico del club Atlético Los Andes; la Selección de Futsal de Libia, experiencia que se vio truncada por la situación política de ese país y de retorno al país, siguió trabajando con el fútbol de salón, con el equipo Pinocho, uno de los más representativos de la disciplina en la Argentina.
«Entiendo que pueda haber todo un imaginario popular sobre el polo como un deporte de elite, pero profesionalmente no lo veo de esa forma», señala Noguera. «Durante la temporada alta en Inglaterra y después en España, la actividad es diaria, intensa, los días pasan volando».
«Todos los deportes de alto rendimiento tienen sus exigencias, obviamente que después cada uno tiene su condimento especial. En el polo se da una suerte de mucho contraste, pero puertas adentro no es lo que se muestra -comenta Noguera- hay una convivencia relajada, con jugadores, petiseros y hasta con el propietario del club, con el que se convive».
En la temporada que finalizó en Inglaterra y España integraron el Bardon Polo Team, las figuras promisorias del polo argentino Adolfo «Poroto» Cambiaso (h) y Bartolomé Castagnola, junto a ellos participaron en algunas de las formaciones Isidro Strada, Alfredo Bigatti; Ignacio Negri y Camilo Castagnola.
CALENDARIO
Para cumplir con el calendario de competencias del Bardon, el licenciado Noguera se traslada a Inglaterra junto a su familia todos los años en el mes de marzo y posteriormente pasan a España, donde el equipo compite en el abierto de ese país. Estos compromisos los llevan a permanecer fuera del país hasta finales del mes de agosto.
La movilización del equipo a España requiere de una logística importante, ya que se traslada la caballada por vía terrestre. En el país ibérico, hacen base en Sotogrande, en la provincia de Cádiz, un municipio muy pintoresco que se encuentra ubicado entre Málaga y Gibraltar.
A lo largo de los seis meses, las rutinas laborales del licenciado Noguera se ajustan a jornadas de doble turno, salvo los días que el equipo tiene partido. «Por la mañana hay un entrenamiento físico de los jugadores con el entrenador y ahí ya se coordinan los turnos de kinesiología».
«Los grandes equipos como Bardon tienen una gran caballada, por lo que necesitan mover los distintos lotes. Es común que se armen partidos de prácticas en las primeras horas de la siesta, lo que implicará que al finalizar la jornada tenga que hacer un segundo turno de consultorio para atender las consultas que surjan finalizada la actividad».
La llave del lugar en donde se encuentra Noguera, tiene un concepto: profesionalismo. A la consulta si es lo mismo haber sido el kinesiólogo del mejor jugador de polo del mundo, que atender a cualquier otro deportista, señaló: «En el deporte de alto rendimiento lo que apremia es el tiempo, sea el deporte que sea. El jugador quiere jugar siempre, aunque no esté el 100 por ciento, pero nosotros junto al médico, debemos manejar los tiempos y de cuidarlos lo mejor posible».
EL PATRÓN
Ese perfil lo llevó a trabajar en su primera experiencia europea en el Dubai Polo Country Club, cuyo propietario es empresario hotelero dubaití Ali Albwardy. Al ser Cambiaso jugador de ese equipo, Noguera comenzó a forjar allí su nombre en el circuito europeo de polo.
Entre miles de anécdotas hay una que tuvo con el propio empresario dubaití. «Resulta ser que un día al finalizar la práctica, se me acerca un señor al consultorio. Sólo sabía que era uno de los nuestros porque había participado del trabajo. Comenzamos a charlar al tiempo que le hacía las preguntas de rutina que los kinesiólogos hacemos, ¿hace cuánto tiempo jugaba?; ¿con qué frecuencia?, ¿qué tipo de actividad física hacía? En ningún momento, jamás me dio a entender que él era el «dueño de todo lo que estaba ahí». Con el transcurrir de la charla y finalizando la sesión, seguramente tocado en su orgullo de deportista, me mostró un par de fotos con Adolfo Cambiaso diciéndome que algo sabía del deporte porque había ganado un par de abiertos británicos. ¿Si me temblaron las manos? No (risas), es un caballero, pero la anécdota sirve para dejar en claro algo, nuestra función nunca se puede ver modificada frente a quien tengamos adelante, porque de lo contrario no haríamos bien nuestro trabajo».
FORMACIÓN ACADÉMICA
Para el licenciado Noguera la formación y actualización académica es fundamental. De hecho un máster que fue a cursar en 2009 en la Universidad de Valencia le posibilitó tener la experiencia en Libia integrando un cuerpo técnico español.
«Hay que seguir perfeccionándose constantemente, porque la medicina y la kinesiología van de la mano de los avances científicos y tecnológicos. La capacitación permanente es una herramienta indispensable para la inserción laboral».
«Soy un defensor de la universidad pública, la facultad me brindó una muy buena base técnica académica. Conozco su espíritu, mi padre, el ingeniero agrónomo Ramón Francisco Noguera fue docente en las facultades de Medicina y Ciencias Agrarias, y también dio clases en la Eragia. Sé como se forman y la calidad de sus profesionales».
A pocos días de su regreso de Europa, el licenciado Noguera ya retomó su actividad en el consultorio de Corrientes. Se encuentra en el lugar que eligió por el peso de sus sentimientos, más allá de las luces de Maidenhead o la española Sotogrande.
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