La abuela de Loan Danilo Peña (5), desaparecido desde hace 12 días en la localidad correntina de 9 de Julio, recibió a medios nacionales en su casa. Dio su relato sobre lo sucedido ese día y, entre las particularidades de la conversación, se destacó su comentario sobre un mito popular de la región: el Pombero.
Catalina habló de que hay un árbol en el monte, el higuerón, para luego hacer mención a que hay niños que al ir, “los puede agarrar el Pomberito”.
“Nunca pasó. Pero voy a ir a buscar, a ver si tengo suerte”, manifestó, a lo que añadió que «el formoseño dice que así perdieron a su hermanito y lo encontraron en las raíces del árbol».
Lo perturbador de su mención en este caso de desaparición de un niño de cinco años, es que esta figura mítica se encuentra muy extendida en el encubrimiento de casos de abusos sexuales en contextos rurales. La investigadora Taly Barán Attias, becaria doctoral de Conicet, abordó este tema en su estudio “Duendes y responsabilidad estatal: una lectura de género de las víctimas del Pombero”.
«En las zonas rurales del litoral argentino y del Paraguay, es extendida la creencia en el Pombero. Es el más temido y respetado de los mitos guaraníes. El Pombero es un personaje de figura similar a la humana, pero de pies velludos que amortiguan el ruido de sus pisadas. Visita caminos y casas por las noches, en donde puede introducirse por cualquier resquicio. Imita a la perfección el ruido de los animales, para despistar a sus víctimas. Suele atacar muchachitas a quienes libera luego de saciar su apetito libidinoso», es la reseña en Ides respecto a su tema de investigación.
En una entrevista con El Grito del Sur, explicó: «Creo que muchas veces es un primer acercamiento o una excusa para hablar de la sexualidad dentro de las familias. Es una forma muy temprana en la que se le habla a las hijas de ataques y temores cuando no hay una política estatal que se encargue de hacerlo«.
«Ahí es interesante pensar porque las políticas públicas con perspectiva de género no están disponibles para todas por igual y siguen siendo pensadas para sujetos urbanos, de clase media, que hablan castellano, que saben leer y escribir y que tienen creencias judeo-cristianas», siguió.
«Hay un montón de personas que van a denunciar que el Pombero atacó a sus hijas y no pueden acceder a la protección o a la atención médica y psicológica correspondiente. Eso deja en claro que hay formas de hablar de violencia que están legitimadas y otras que son ridiculizadas«, remarcó.
Con información de La Nación, TN Noticias, El Grito del Sur e Ides.