La inesperada crecida del Paraná se mantiene por estos días y obligó a cerrar la playa Islas Malvinas I de la Capital correntina. Estiman que en los próximos días el río comenzaría a bajar y tendría un comportamiento normal, luego de la histórica bajante provocada por el fenómeno de la Niña, que comenzó a despedirse luego de casi tres años.
Ayer, la Municipalidad de Corrientes informó a través de sus redes sociales que «debido a la creciente registrada en el río Paraná, queda inhabilitada la playa Islas Malvinas I». Además, desde la Comuna destacaron que «los vecinos y turistas podrán acceder a los demás balnearios que cuentan con todas las condiciones y servicios óptimos: playas Arazaty I y II, Islas Malvinas II y Molina Punta».
La decisión de cerrar el balneario se dio mientras el Paraná tenía una altura de 5.49 metros en el puerto capitalino y habiendo duplicado la marca que tenía hace tres semanas, el 14 de febrero, cuando el registro fue de 2.69 metros.
De todas maneras, el río aún se encuentra lejos de niveles de alerta (6.50 metros) y evacuación (7 metros) y las estimaciones anticipan que no se llegará a esas alturas, ya que según el pronóstico del Instituto Argentino del Agua (INA) para el 14 de marzo se esperan 4.85 metros.
ESPECIALISTA
En este contexto, el ingeniero en Recursos Hídricos e investigador de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne), Hugo Rohrmann explicó la situación actual y las previsiones para el corto y mediano plazo.
«El río en estos momentos está en valores raros para estos últimos cuatro años, incluso está por encima de lo normal para marzo», dijo el especialista en declaraciones a Radio Unne, y explicó que «los valores máximos de esta crecida son producto de precipitaciones en Brasil especialmente en la parte Norte de la cuenca».
Luego, adelantó que «a partir de esta semana va a comenzar a descender lentamente», con posibilidades de estabilizarse en 4.50 metros. «Hacia adelante veremos el comportamiento de las precipitaciones, hay que ver cómo se mantiene hasta la nueva temporada de lluvias en septiembre-octubre. Todos los indicios llevan a que será normal o con lluvias por encima de lo normal», agregó.
«El 2023 va a ser un año de transición entre la gran bajante y el 2024 en el que va a estar normalizado», afirmó Rohrmann y destacó dos aspectos muy positivos que marcan el fin de esta gran bajante: uno es la recuperación de los niveles de almacenamiento de las represas desde Yacyretá hacia arriba. «Hoy están en un 80 por ciento de almacenamiento, recuperando un 50. Supongamos que haya otra temporada seca, las hidroeléctricas van a empezar a disminuir ese almacenamiento para mantener la demanda de energía», explicó.
Y el otro aspecto es que «el fenómeno de La Niña se está terminando, porque la superficie evaporante más grande del planeta Tierra en el pacífico ecuatorial ya empezó a normalizar su temperatura. Eso quiere decir normalidad en la humedad, en la evaporación y en las precipitaciones».
Explicó que si bien «eso no es automático, sino que va a llevar unos meses», lo importante es que «desaparece el principal factor que incidía en la cuenca del Paraná».
«Faltaría que en nuestra región se normalicen las lluvias. Hay mucha humedad, eso es muy interesante para las precipitaciones, pero todavía estamos en déficit en Chaco, Corrientes y Formosa», analizó.
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