A una semana de las celebraciones por el 124º Aniversario de la Coronación Pontificia de Nuestra Señora de Itatí, desde el Movimiento Argentino de Protección Animal Corrientes (Mapac) presentaron una nota a los representantes de la Iglesia Católica de la Arquidiócesis de Corrientes pidiendo que se desaliente la práctica de peregrinaciones en equinos.
La solicitud se elaboró al advertir que días previos y posteriores, miles de caminantes, jinetes y carretas emprendieron su recorrido en caballos.
En diálogo con EL LIBERTADOR, la presidente de la fundación, Isabel Cocomarola compartió la nota que enviaron al Arzobispado, en repudio de la situación.
«Deben dar una explicación de tanta impunidad permitida a los carros y los que utilizan la tracción a sangre para diversión y esparcimiento a costa del dolor y el sacrificio de los animales que nada tienen que ver con la práctica religiosa ni mucho menos con la devoción a María de Itatí», señalan.
En tanto que en el documento presentado exponen más fundamentos: «Nos dirigimos a ustedes a fin de requerirle que desalienten las prácticas».
A lo que fundamentaron: «La gran mayoría se traslada en carros que son tirados y llevados por caballos que son forzados y realizan un gran esfuerzo y muchos de ellos pierden la vida por tan largo y desgastante esfuerzo físico, dado que no sólo trasladan a las personas sino también pesados carros y los pequeños acoplados donde además se lleva gran cantidad de carga, lo cual conlleva un enorme esfuerzo ya que son exigidos de manera inhumana».
Agregan: «Exigimos que desalienten estas prácticas dado que ello implica un trato inhumano hacia estos seres sintientes que son sometidos a una enorme exigencia, sin una adecuada alimentación e hidratación que los lleva incluso a perder la vida por los largos kilómetros».
Señalan que «en la actualidad más que una tradición es un claro ejemplo de maltrato animal, una práctica despiadada que no hace más que ocasionar daños irreparables a los pobres e indefensos caballos que son utilizados y explotados para distintos fines y no solarmente en dicha ocasión, sino que son sometidos a trabajo esclavo durante todo el año».
Incorporan en su nota que «durante largas horas y días son llevados en monta por estos caballos sin contar que los mismos son golpeados, hincados con las espuelas». Agregan además que «son dejados y sometidos a situaciones estresantes como ser el gran tumulto de personas que concurre a los fuegos artificiales, cohetes y petardos, los altavoces y sonidos estruendosos que afectan a la sensibilidad sonora de los caballos».
Finalizan expresando: «Estos claros ejemplos de maltrato animal, son pretexto de la fe».
La tortura de la doma
no es cultura ni deporte
La movida por defender a los caballos no es sólo en Corrientes, dado a que se tiene como ejemplo las expresiones de repudio de algunos organismos al Festival de Doma y Folclore de Jesús María, en Córdoba, uno de los festivales de mayor convocatoria. Desde su creación, en 1966, se hace un show tratando de domar caballos a través de la violencia.
Desde el medio Nota al Pie difundieron una entrevista a Virginia Chort, integrante del Movimiento Animalista de Córdoba (Maca), quien explicó que «la jineteada es una manifestación de la dominación animal que consiste en provocar y someter a un animal salvaje para que sea un espectáculo vistoso». No obstante, aclaró que lo que se termina viendo «es a un animal con desesperación por huir, terror, estrés por el trato, el ruido, las luces, y sometido a latigazos y pinchazos de espuelas».
«Rechazamos de forma absoluta un evento que promueve tortura y muerte. Consideramos que la educación debe formar y capacitar en valores de respeto hacia la vida de los demás animales. La marca país no puede promover violencia, crueldad y muerte», enfatizó Chort.
Un antecedente y una decisión
histórica en la peregrinación a Luján
En agosto de 2021, el Municipio de Luján tomó la determinación de no permitir más la realización de la Peregrinación a Caballo al Santuario de Luján, la tradicional muestra de fe que se suele realizar en la última semana de septiembre.
«Todos los actores involucrados en la organización de este evento tradicional hemos coincidido en que no podía continuar de la misma manera. Era hora de adaptarse a las nuevas demandas y reconvertir la actividad en una propuesta que celebre la fe y las tradiciones, pero que no perjudique ni a los animales ni a los vecinos de Luján», emitió el intendente de Luján, Leonardo Boto, en un comunicado de prensa.
En cuanto al desfile de caballos que solía ser atracción, dispuso: «Deberán llegar a Luján con los animales en un tráiler» y se «dispondrán varios predios para su estadía».
El argumento del Municipio fue que la tradición se volvió un riesgo para los jinetes por los cambios urbanísticos y sociales.
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