Por Noelia Irene Barrios
EL LIBERTADOR
Llegando a Corrientes, entre el puente General Belgrano y el Paraná, se erige una estatua que mira hacia el río. Poca gente sabe que es una escultura del general Carlos María de Alvear y más aún, desconocen de quién fueron las manos que la esculpieron. Imponente y a la vista de las miles de personas que pasan por allí todos los días, esa es una de las obras de la mítica escultora Lola Mora, la gran transgresora que encandiló a Latinoamérica allá durante las primeras décadas del 1900. Un monumento que realza la riqueza cultural de la provincia y que llegó al Taragüi casi por casualidad.
El monumento representa al que fue Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata y hoy está sobre la avenida 3 de Abril, casi llegando a la Costanera. Según se detalla en la página oficial del Instituto de Cultura de la Provincia, fue emplazado allí en 1928 y la inauguración fue encabezada por el entonces gobernador Benjamín Solano González, el 4 de octubre de ese año. Sin embargo y pese a que fue bien recibida por la comunidad, esta obra no fue creada para Corrientes.
Hace unos años, en una charla sobre Arquitecturas históricas de Corrientes, el arquitecto Miguel Ángel Riera explicó la historia de la estatua y la casualidad que la trajo a la provincia. «Esta escultura de Alvear estaba en el Congreso de la Nación junto a otras que había hecho ella (Lola Mora). Pero hacía 1920, se ordena retirar de allí a todas sus obras. Entonces sacaron sus esculturas del Salón de los Presidentes, las mandaron a un depósito y después decidieron trasladarlas a diferentes lugares del país. Así llega acá», explicó y remarcó: «Lola Mora jamás estuvo en Corrientes y nadie le pidió a ella un trabajo para la provincia».
«Por decirlo de un modo muy general, con un dicho común ‘ligamos de arriba un Lola Mora’. Hay que decirlo porque esa es la verdad. Y, creo que nosotros como correntinos no somos conscientes de la importancia que significa para la provincia el hecho de contar con una de sus obras», agregó el arquitecto, señalando el valor histórico y cultural de ese monumento.
TRANSGRESORA
Sobre la mítica artista que fue la primera escultora de la Argentina y una de las pioneras de este arte en Latinoamérica, se dice que era cuestionada por su condición de mujer y artista, por la desnudez de sus personajes y por la protección que tenía de figuras muy importantes de la política. De hecho, según contó Riera en la misma charla, fue cuando murió Julio Argentino Roca, su gran protector, que sus detractores pudieron hacer quitar sus obras de los lugares más visibles de Buenos Aires.
Sin embargo, pese a que intentaron borrarla de la historia, su innegable talento la volvió inmortal. Es así que aún hoy, un siglo después sigue presente, causando admiración, como la estatua que mira al Paraná, aunque pocos conozcan su origen.
Un lugar especial para la ciudad
El Instituto de Cultura detalla sobre el monumento de Alvear que está confeccionado con mármol de carrara. Agrega que la base es de piedra rosada pulida originaria de las canteras de la provincia. «Tiene en el frente un gran Escudo Nacional, de bronce fundido, de más o menos 80×60 centímetros. Del lado posterior, el Escudo de la Provincia de Corrientes, del mismo metal y tamaño», describe.
Estos datos se enriquecen con un hecho particular que ocurrió cuando alistaban el terreno en donde iban a colocar la estatua.»Cuando se excavaron los cimientos, fueron hallados restos de alfarería y útiles de trabajo, pertenecientes a la época de la fundación de la ciudad (1588)». Ocurre que este sector fue donde se instaló el primer asentamiento tras la llegada de Juan Torres de Vera y Aragón. «Estas piezas se custodian en el Museo Histórico de la Provincia», completa la información oficial.
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