Casi inimaginable hoy, hace poco más de un siglo por la ciudad de Corrientes circularon unas unidades de transporte muy parecidas a los vagones sueltos de un tren que fueron furor entre la gente. Eran los tranvías que, aunque lentos y llenos de problemas, unían puntos importantes de la Capital y acortaban las distancias entre las familias.
La Asociación Amigos del Tranvía de Córdoba publicó en su página oficial un listado de las provincias que contaron con este servicio alguna vez. De Corrientes dicen que tuvo tres tipos: los que eran tirados por caballos, que funcionaron entre 1890 y 1908; uno de vapor que unía la ciudad con el Matadero; y el eléctrico que tuvo más ramales y estuvo activo entre 1913 y 1930.
Si bien era una innovación, la puesta en funcionamiento de este servicio era muy compleja. Para empezar, por el estado de las calles y la necesidad de un permanente mantenimiento de los rieles. Luego, por el costo en comparación con los ingresos obtenidos. Finalmente, porque el crecimiento de la población aumentaba una demanda que cada vez era más difícil de abastecer y que, por supuesto derivaba en constantes quejas y reclamos.
El servicio, denominado Tranway Corrientes, tenía cuatro líneas que recorrían 14 kilómetros, distribuidos entre diez coches motores y seis acoplados. Se presume que todos estos vehículos se fabricaron en Alemania por la empresa Siemens y había dos tipos, los cerrados, y los abiertos, las «jardineras».
Se dice que el presupuesto fue también la causa del final de este transporte. La empresa se negó a pagar para rehacer la línea de rieles y decidió ponerle fin a toda una etapa de la historia correntina.
Las quejas que no tardaron en llegar
Si bien en un primer momento, que Corrientes cuente con este servicio que la equiparaba con las grandes ciudades, no faltó mucho tiempo para que los problemas llegaran. La comunidad aumentaba constantemente y este transporte quedó chico para la gran demanda. Además, la lentitud y los problemas de infraestructura los hacían cada vez menos atractivos. Resultaba común que se quedaran varados por alguna cuestión técnica y al final, muchos decidían caminar antes que esperar y perder más tiempo.
En el grupo de Facebook Fotos Antiguas de Corrientes Capital, uno de los miembros compartió «el lado B» de esta historia. Era un recorte de un diario local publicado el Día de los Difuntos donde los usuarios del Tranway se quejaban del servicio del cementerio.
«Fastidioso nos es ya tener que tocar por tercera vez este tópico y sin que por esto el señor empresario se haya molestado en lo más mínimo. Los intrusos árboles que rodean la vía del cementerio y que a cada paso azotan el rostro de los viajeros perduran hasta hoy no obstante nuestros ruegos… En estos días de tanta afluencia a la necrópolis, ha sido tan marcada la mala administración del carretón que varias veces dio lugar a tumultos de protestas, no siendo pocos los que han preferido hacer el trayecto a pie antes de verse molestados por tantos descarrilamientos y confusiones», reclamaban.
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