Se trata del programa de la fundación Rewilding Argentina de cría y reintroducción de esta especie de felinos silvestres en Corrientes. Este depredador tope desapareció hace décadas por la acción humana y ahora se vio en peligro con los incendios en la zona.
«Mbareté», una hembra de unos tres años y 70 kilos de peso que forma parte del programa de reintroducción del yaguareté en los Esteros del Iberá, pudo regresar en las últimas horas a su recinto gracias a la acción de brigadistas que combatieron los incendios que amenazaban el paraje correntino de San Alonso.
En ese punto del Parque Nacional Iberá, la fundación Rewilding Argentina opera desde 2015 un proyecto de cría y reintroducción del yaguareté en Corrientes, donde este depredador tope desapareció hace décadas por la acción humana.
Conocida como «la isla», el casco de estancia en el que se asienta la infraestructura de este programa de reintroducción de especies nativas se emplaza en una elevación del terreno por encima de los bañados que lo rodean, que normalmente estarían cubiertos de agua pero que después de más de dos años de sequía se convirtieron en un extenso colchón de combustible para los incendios forestales.
En ese lugar, además del programa de reintroducción de yaguareté funcionan otros similares con especies desaparecidas de la zona como el guacamayo rojo, la nutria gigante o el venado de las pampas, iniciativas que podrían haber sufrido severos daños o retrasos si el fuego llegaba hasta ese punto.
En el tablero del Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) en la base de operaciones de la escuela rural de la localidad de San Miguel, la situación de San Alonso aparecía como prioritaria bajo el nombre de «Operación Yaguareté».
Su objetivo era detener el incendio que afectaba una extensa zona de bañados de unos 8 kilómetros al noroeste del casco de estancia, al que el viento empujaba en dirección a los recintos de reintroducción de estos grandes felinos.
Inaccesible por tierra, la única forma en la que los brigadistas podían entrar y salir de «la isla» era a través de los helicópteros de la Fuerza Aérea, el Ejército y la Policía Federal que durante las últimas jornadas debieron efectuar numerosos vuelos desplegando y replegando personal.
El jueves fue la jornada en la que las llamas estuvieron más cerca de alcanzar las instalaciones de «la isla» y los corrales, por lo que los brigadistas utilizaron un tractor para marcar una línea de corte de unos cinco metros de ancho alrededor de los edificios como último punto de lucha antes de dar la posición por perdida y alistaron mangueras para frenar la llegada de las llamas desde distintas direcciones, según explicaron a Télam.
Frente a ese escenario y con el humo cubriendo gran parte de las instalaciones, el equipo de Rewilding decidió evacuar a «Mbareté» de su recinto, para lo que fue sedada y trasladada al casco de estancia en una caja.
La llegada a San Alonso de los brigadistas de las Fuerzas Armadas de Bolivia para reforzar a los que ya luchaban allí, las lluvias del jueves por la noche y el cambio en la dirección del viento permitieron frenar lo que pocas horas antes parecía el avance inevitable del fuego.
Talía Zamboni, bióloga de Rewilding Argentina, contó a Télam que «el yaguareté es el depredador tope de los Esteros del Iberá, de donde desapareció hace muchos años por acción humana. Lograr reintroducirlo permitiría que funcione como regulador del ecosistema y contribuya a fortalecer su biodiversidad».
«En el predio hay varios recintos y desde 2015 se liberaron un macho, tres hembras y cuatro cachorros a los que monitoreamos con collares GPS y cámaras trampa, así que sabíamos que ellos iban a alejarse del fuego, pero ‘Mbareté’ forma parte del programa de cría por lo que si llegaba el fuego hasta los corrales no podíamos liberarla», detalló.
Fue por eso que «para protegerla se la trajo en una caja y el viernes después que pasó el peligro fue devuelta al corral», agregó.
La bióloga señaló que «en este lugar también se trabaja con la reintroducción de otras especies, y si el fuego hubiese llegado hasta acá es muy difícil precisar cuántos años hubiesen sido necesarios para recuperar todo el trabajo que se hizo en los últimos siete».
«Fue muy emocionante ver cómo gente de distintas provincias llegaba a darnos una mano, vino la delegación de Bolivia, los helicópteros que iban y venían todo el día o ver las pasadas de los aviones hidrantes; el casco tiene capacidad para 10 personas pero esta semana fuimos 60 casi todos los días e hicimos lo posible para que todos estemos de la mejor manera», contó sobre la experiencia.
En poco tiempo «Mbareté» viajará al Impenetrable chaqueño para encontrarse con «Carantá» un macho silvestre que entra y sale del corral en el que lo aguardan las hembras con las que Rewilding espera comenzar una población que haga posible que en los Esteros del Iberá se vuelva a oír el rugido del yaguareté.
Télam
Fotos: Pepe Mateos, Rewilding Argentina