En Austria ha comenzado a funcionar un inusual consejo de ciudadanos: 50 mujeres y hombres se reúnen en Salzburgo para decidir en los próximos meses cómo se distribuirán los 25 millones de euros del patrimonio de Marlene Engelhorn.
La propia activista social germano-austríaca, heredera de una fortuna como parte de la familia fundadora del consorcio BASF, fue quien inició este experimento social. Sin embargo, Engelhorn no interviene en las deliberaciones. «No tengo ninguna influencia sobre el resultado», dijo a la Agencia de Prensa Alemana poco antes del inicio de las sesiones ciudadanas.
GRUPO REPRESENTATIVO DE LA SOCIEDAD
La heredera millonaria, de 31 años de edad, ve su acción como un acto pionero para fortalecer la democracia. «Nadie debería pensarse que su propia zona de confort es más importante que el bien común», afirmó.
Para formar el consejo se contactó a 10.000 personas mayores de 16 años en Austria como posibles participantes en el programa «Consejos para la redistribución». Casi 1.500 de los convocados expresaron interés en participar. Finalmente se seleccionaron 50 para que el grupo fuera representativo de todos los sectores sociales en cuanto a edad, niveles de ingresos, niveles educativos y regiones.
SEIS SEMANAS DE TRABAJOS
Hasta junio se elaborará un plan para asignar el dinero. En las primeras sesiones se abordaron cuestiones fundamentales de justicia social y fiscal: ¿Cómo influye la distribución de la riqueza en la sociedad, la política y el clima?
«No se trata de una campaña benéfica descabellada para elegir a cualquier ONG», afirma Engelhorn. Ella misma aboga por la reintroducción de los impuestos sobre el patrimonio y las herencias en Austria. Esto probablemente generaría miles de millones de dólares que podrían utilizarse para financiar la asistencia infantil básica, afirma la heredera.
El consejo ciudadano puede decidir con gran margen de libertad. Sin embargo, existen restricciones: los millones no pueden gastarse en fines «inconstitucionales, contra la vida o inhumanos”. También son tabú las inversiones en empresas con fines de lucro y en los propios bolsillos de los miembros del consejo. Los miembros reciben 1.200 euros por cada fin de semana de trabajos.
FORTUNA PARA CONTRUIBUIR A LA SOCIEDAD
Engelhorn les proporcionó tres millones de euros adicionales para organización, viaje, alojamiento y cuidado de los niños. La fortuna procede de una transferencia de la abuela de Engelhorn. La heredera proviene de una rica familia industrial que vendió la empresa farmacéutica Boehringer Mannheim al grupo suizo Roche en los años 90. Engelhorn se considera una «estudiante muy privilegiada” de germanística, que ganó en la «lotería del nacimiento” (el destino entre nacer en una famila rica o hacerlo en condiciones de precariedad).
«MIS PRIVILEGIOS ME PERSEGUIRÁN»
Su campaña se diferencia de las donaciones de millonarios y multimillonarios porque el dinero deberá quedar en la sociedad y no en manos de individuos, afirma Engelhorn. La iniciativa no dejará a Engelhorn en la pobreza: ella misma se reserva una cierta cantidad para facilitar su transición a la vida profesional, afirma Engelhorn, que se imagina a sí misma haciendo trabajo sociopolítico. Ella no deja de pertenecer a una familia adinerada y con buenas conexiones. La propia Engelhorn lo explica así: «Mis privilegios me perseguirán incluso después de la redistribución».
Fuentes: Dw, El y Dpa.