Las redes sociales son grandes aliadas para interactuar con otras personas, como también, son fuentes de información que nos permiten estar familiarizados y al tanto con diversos hechos que ocurren a menudo.
Las redes nos brindan todo un mundo de oportunidades, pero es habitual hacer un mal uso de ellas, trasladando las consecuencias a el usuario.
Continuamente, estamos conectados y expuestos a imágenes de otras personas en las que, normalmente, muestran caras y cuerpos hegemónicos.
De tal modo, puede impactar negativamente y perjudicar aspectos del desarrollo social, emocional y psicológico de la persona.
Diversos estudios también han demostrado que el uso de la tecnología digital facilita la comparación con otras personas, contribuyendo a la percepción negativa de uno mismo y a la baja autoestima.
EL LIBERTADOR averiguó sobre la temática junto a la psicóloga Cynthia Calgaro (MP 964), quién comentó: «Podemos contemplar a las redes sociales como ventanas abiertas que dan a las casas de vecinos que se exponen constantemente, lo cual es material de comparaciones».
CONSTRUCCIÓN DE LA IMAGEN CORPORAL
La imagen corporal sería básicamente la forma en que evaluamos nuestro cuerpo en términos estéticos.
«La valoración que hacemos va a depender de los estímulos que se reciban, por ejemplo, no es lo mismo una persona que creció en un ambiente en el cual reciba opciones negativas sea sobre su cuerpo o el ver una preocupación exacerbada por lo estético en los adultos que lo rodean», expresó la psicóloga.
En este sentido, añadió: «La imagen corporal está marcada también por cuestiones culturales, ya que la valoración estará también ligada a lo que desde afuera se considera deseable o aceptable».
PAPEL DIGITAL
Las redes sociales en la actualidad juegan un papel importante en la forma en que las personas se sienten con el modo en que se ven a sí mismas.
Con respecto al mismo, Calgaro analiza cómo se volvió una costumbre editar las imágenes antes de subirlas a las redes: «Además, raro sería el caso en que se muestre el cuerpo tal como es, lo que son diferencias individuales muchos lo viven como defectos que hay que ocultar con filtros que distorsionan la realidad».
Entre los problemas que escucha recurrentemente la psicóloga, este es uno de ellos: «Esto después genera un impacto en la psique, he escuchado historias de personas que conocieron a alguien en Instagram, por ejemplo, y después no tienen el valor de un encuentro en persona porque tienen miedo a decepcionar las expectativas del otro, al no haberse mostrado tal como se es a nivel físico».
La forma en que se relaciona la autoestima con el uso de redes sociales tiene que ver con esa tendencia a compararse con los demás, junto con el hábito de observar y maximizar lo que se consideran imperfecciones en el propio cuerpo, es así que Calgaro recalca: «Por eso es importante seleccionar a conciencia aquellas cuentas que seguimos, las personas pueden ayudarse a sí mismas cuando identifican lo que no les conviene y toman la decisión de hacer algo al respecto».
COMPARACIÓN
Con respecto al género y a la edad, la psicóloga mencionó: «Está relacionado, sin dudas, son los más jóvenes los que viven con mayor intensidad las presiones por encajar en lo que consideran un cuerpo atractivo. Esto afecta tanto a hombres como a mujeres, pero sin dudas el público femenino es el más afectado».
En otros tiempos, recordó: «Se valoraban cuestiones internas, decir que alguien tiene cultura hacía referencia a quien dirigía sus esfuerzos a cultivarse a sí mismo en torno a diferentes habilidades y conocimientos. Dentro de las redes sociales entre los mensajes emergentes, el que mayor énfasis recibe es el trabajar en la propia imagen para ser considerado como sujeto admirable».
SER UNO MISMO Y NO LA COMPARACIÓN
La psicóloga Cynthia Calgaro recibe en el consultorio la mayoría de las problemáticas vinculadas a la cuestión de autoestima.
Estas son por cuestiones infantiles sin resolver o estímulos actuales elaborados de forma negativa.
«Si pienso en cuántas veces salió a colación la comparación con lo que otros muestran en sus redes sociales, definitivamente son los jóvenes quienes más hablan de este asunto. Los que trabajamos en el ámbito de la salud mental tenemos el desafío constante de ayudar a estas personas para que aprendan a valorarse a sí mismas sin incurrir en comparaciones, aprender a reconocer las diferencias individuales como un hecho que no tiene por qué ser negativo», comentó la joven.
Las personas buscan una vida plena, un bienestar general, muchos jóvenes buscan esto en el reconocimiento y aceptación exterior, sobre todo en cuanto a la imagen corporal.
«Los esfuerzos por la perfección física son a veces como una rueda que gira y gira sin llegar a ningún destino final, porque es la raíz del problema de autoestima lo que hay que gestionar, sin eso, lo que se haga por la imagen corporal nunca será suficiente y estará sujeto además a lo que se llama distorsión de la imagen corporal, esto sería en palabras simples el resultado de una obsesión por el cuerpo, que forma a nivel cognitivo una forma distorsionada de verse a uno mismo en el espejo», recalcó la psicóloga.
Como formas de recomendación para evitar este tipo de comparación: «Tenemos que ser precavidos en cuanto a las filosofías de vida emergente, en lo único que se cae es en ideas que prometen un bienestar cuyo sostén se traduce en una especie de esclavitud. Esto sucede mucho con la idea de amor propio, ahora se relaciona con tu esfuerzo y compromiso a trabajar aspectos estéticos conforme a lo que establece una norma hegemonizante».
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