La desesperación por saber qué pasó con Loan Danilo Peña, el niño de cinco años que está desaparecido desde el jueves 13 en un paraje de la localidad de 9 de Julio, llevó a generar varias hipótesis entre los investigadores y la gente del pueblo. Más allá de las que guían el trabajo de la Justicia, una de las versiones apuntó a la responsabilidad del Pombero, un ser al que la creencia popular acusa de las desapariciones de infantes. Y esa mención recordó un caso ocurrido hace dos años en Berón de Astrada, donde un pequeño de tres años se perdió durante horas y fue rescatado en extrañas circunstancias. Su madre y toda su familia, aseguraron sin dudar que fue el duende guaraní quien se lo había llevado.
Esta singular historia que afortunadamente tuvo un final feliz ocurrió durante las primeras horas de la mañana del 7 de abril de 2022 en la mencionada localidad. El protagonista fue Sebastián un niño que entonces tenía 3 años y que salió de su casa alrededor de las 7, mientras su mamá, Mariela, preparaba el desayuno. El niño estaba vestido con la capa del Capitán América y alcanzó a decirle a su madre que salía a buscar a su héroe.
Acostumbrados a que el niño jugara en el patio, lindante con la casa de las hermanas y hermanos de Mariela, a ella no le pareció extraño. Pero cuando salió a buscarlo y no lo vio, comenzó a desesperarse. Más todavía cuando sus familiares le dijeron que no lo habían visto. «No tuvo clases y yo sabía que se dirigía hacia lo de mi hermana, pero nunca llegó allí. Vivimos momentos desesperantes», declaró poco después.
De inmediato todos comenzaron a llamar a Sebastián, pero como no obtuvieron respuestas empezaron a recorrer los alrededores. Alejandro, el padre del niño, que había salido muy temprano hacia la Capital, regresó de urgencia y se sumó a la búsqueda. Para entonces pasaron alrededor de tres horas. Y, en medio del nerviosismo, un llamado les trajo alivio y también un gran desconcierto.
Una vecina del pueblo le dijo a Mariela que rescató a su hijito de una laguna que está en su campo. Le explicó que lo encontró gracias a su perro, «Morocho», porque comenzó a ladrar incesantemente y cuando fue a ver qué pasaba, encontró al animal tratando de sacar al niño del agua tirando de su capa.
EL MISTERIO
Pese a la alegría de saber que Sebastián estaba bien, nadie entendió cómo hizo para llegar tan lejos hasta esa laguna del campo de la vecina, ya que su terreno quedaba a tres kilómetros de la casa del niño. «No sabemos cómo llego hasta ahí, son casi tres kilómetros desde nuestra casa. Nunca sale tan lejos, siempre alrededor de la casa; es imposible que camine hasta ahí. El campo está lejos, si va por la calle alguien lo va a ver, si fue por el monte hay alambrados, esteros, es imposible», dijo después su papá a EL LIBERTADOR.
«Dijo que se fue de la casa porque se fue a salvar al Capitán América. Dijo que estaba metido en la laguna, pidiéndole ayuda, y que el perro no lo dejaba. Mi hijo se metió hasta el pecho hasta que lo rescataron», describió.
Ante los dichos del pequeño y la inexplicable manera en que el niño apareció tan lejos de su casa y metido en la laguna, la única respuesta apuntó al ser de la mitología guaraní. «En los pueblos está esta historia; hasta mi propia señora que es de Berón de Astrada cree en esas cosas. Uno al final termina queriendo creer también porque no sabés cómo puede haber pasado, quién pudo hacer algo tan malvado. Todo es posible, así que pudo ser el Pombero», agregó.
Sobre eso, la mamá del niño dijo: «Creemos que esa personita extraña (el Pombero) se convirtió en su Capitán América, porque otra explicación no hay. Creo que primero lo llevó por donde él quiso, porque las huellitas de la botita de él están por todo el monte, y terminan en el agua. Es algo inexplicable, él solo no va a hacer toda esa trayectoria. No hay otra huella, sólo la de mi hijo», aseveró.
Sus dichos fueron aseverados por la vecina, Gladis Argüello, que encontró y sacó del agua al niño. «Cuando salí del campo recién lo vi al nene, sus dos manitos, me re asusté, no podía creer, el perro ladraba, llamé a un amigo para que avise a los bomberos, tiré mi celular, y me fui a la laguna. Lo quise sacar, pero es como que algo le sostenía hacia abajo. Hice fuerzas, y él temblaba», contó.
Con todas las peculiaridades, este fue un caso que también llegó a los medios nacionales e incluso a los del Paraguay, donde la figura del Pombero también es muy fuerte. Y, si bien el final fue feliz para esta familia, hasta el momento nunca se esclareció del todo qué pasó.
Una relación entre
el duende y la realidad
Ante la reciente mención del Pombero con la desaparición de Loan Danilo Peña, César Bondar, especialista en rituales, saberes y creencias habló con los colegas de Perfil y detalló la complejidad cultural y mitológica de este ser. El investigador dio su explicación sobre la relación que hace la cultura popular con esta clase de hechos de la vida real.
«Si tuviera que definirlo, sería una suerte de duende, aunque también es referenciado como un espíritu relacionado con el campo y el folclore guaraní, y es parte del acervo cultural del Paraguay, el Norte de Argentina, Uruguay y Brasil. Puede variar en apariencia y hábitos según la región. Algunos lo pintan con un sombrero y una flauta de oro, y se le atribuye el rapto de niños que se han portado mal o de doncellas a quienes embaraza. Puede transformarse en animales, simulando sus sonidos para atraer a sus víctimas. Es una figura controversial y no debe ser nombrada o imitada libremente, ya que esto lo podría hacer enojar», dijo el investigador.
«Algunos consideran que el Pombero es una vieja figura de la colonia que estaba vinculada con el robo o la trata de personas. Incluso algunos lo definen como un ser que caía a la noche con el objetivo de captar a alguien para la explotación o la esclavitud. ¿Cuánto hay de esto en realidad? Es que la presencia de esta idea, en un contexto donde se multiplican las sospechas de lo que realmente sucedió con Loan, cobra significancia», agregó.
«Lo que sí hay que dejar bien claro, es que esto forma parte del esquema de significación de la vida cotidiana del Litoral, de Brasil, Paraguay y Uruguay», agregó y remarcó: «El Pombero es visto como un mito folclórico, pero para la abuela de Loan, por ejemplo, es una realidad cotidiana y una referencia empírica concreta».
.