La inflación que no tiene techo no sólo se refleja en los precios de las góndolas de los supermercados. También se hace evidente en una práctica que hace un tiempo era tan común, como lo es utilizar las monedas metálicas en los kioscos. Y es que su valor ya no se mide por su capacidad de cambio, sino por su peso. Es lo que se ve por estos días en los grupos de compra y venta de las redes sociales, donde hay cada vez más personas que las compran por kilo, para reutilizarlas en artesanías o fundir los metales de los que están hechas.
En espacios como el Marketplace de Facebook o los variados grupos de compra y venta de Corrientes, son varios los usuarios que le ponen un precio a los metálicos en circulación. Uno de ellos ofrecía ayer pagar 1.200 pesos por cada kilogramo de las monedas de más baja denominación. «Compramos las de 25, 50, uno y dos pesos», mencionaba en su publicación. Otro, ofertaba pagar el doble del valor por cada moneda y agregaba: «Voy a buscar a domicilio».
RAREZAS
Hay una opción más en el mercado de monedas y es la de los coleccionistas. Para estas personas, un mismo metal puede valer hasta miles de pesos, de acuerdo a diferentes características.
Es lo que ocurrió hace un tiempo con el boom por las monedas de un peso que tenían el error en una de las letras de su inscripción. En ese entonces, estas se podían cambiar hasta por 15.000 pesos. Por estos días, ocurre lo mismo con las de 25 centavos imantadas. En este caso, hay quien ofrece hasta 25.000 pesos por tener una de estas rarezas que no deberían de ser atraídas por un imán debido a su composición y, sin embargo, lo son.
Sea para fundirlas y extraer sus metales, para hacer adornos o simplemente coleccionarlas, hoy en día estas son las únicas opciones rentables que tienen las monedas. Su valor decayó de tal forma que en ningún comercio es posible comprar algo con ellas, a menos que sea llevando una gran cantidad en el bolsillo.
La situación no es nueva y se recrudece. Ya en diciembre del 2021, EL LIBERTADOR publicó una nota respecto de la venta de estos metales. En ese entonces se remarcaba que no se las usaba más «ni para el vuelto». «Sea por la inflación y el impulso del comercio electrónico, las monedas van quedando en la historia, como tantas cosas que alguna vez tuvieron un gran valor», se informaba. Más de un año después, nada cambió.
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