Por Gabriel Slavinsky
Deben zanjarse y negociarse antes de conducir el país. No hacerlo implicaría grandes dificultades a la hora de gobernar, empezando por el reparto de cargos.
Juntos por el Cambio es presa del fracaso del gobierno del Frente de Todos. Se enfrenta a la enorme oportunidad de proponer una alternativa esperanzadora con diversos candidatos a la presidencia.
Tiene en carrera a Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta, Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, por el PRO, a Facundo Manes y Gerardo Morales, por la UCR, y hasta Elisa Carrió por la Coalición Cívica.
Todos los candidatos del espacio perciben que imponiéndose la interna, serían ganadores del premio mayor, ya que en las mediciones previas no hay dirigentes del oficialismo que puedan ganarles a ninguno de ellos.
LAS DIFERENCIAS
1) Armado del gobierno: los candidatos del PRO son más proclives a armar una coalición más personalista.
2) Plan estratégico: hoy no hay plan general, porque no hay acuerdo, porque no pueden expresar todos los candidatos los 5 puntos centrales de un futuro gobierno. Simplemente hay ideas sueltas y muchas de ellas vagas.
3) Velocidad de las medidas: algunos piden mayor velocidad, otros no dicen nada, incluso los más moderados hablan de avanzar con gradualismo. La velocidad de implementación divide fuertemente las aguas. Bullrich llegó a decir que en 6 meses elimina los planes sociales.
4) Diálogo con la oposición: para Rodríguez Larreta el límite es el kirchnerismo, para Bullrich el peronismo y para Manes hay que armar un proyecto con todos, de unidad nacional. Demasiadas diferencias en un solo espacio.
5) Prioridades: cuáles serían las 3 primeras medidas más relevantes de cada candidato, no sólo no están claras, sino que pareciera que serían bastante diferentes.
6) Equipos de gobierno: no sólo no hay plan, sino que tampoco hay responsables del espacio de coalición, como podría ser un referente económico o social.
7) Formas/estilo: finalmente, la séptima diferencia, es de forma y estilo. Halcones y palomas que miran la realidad desde diferentes ángulos. Moderados o radicalizados. Si la grieta también se plantea hacia adentro de la coalición, será más que difícil consensuar entre dirigentes lo que viene.
CONCLUSIONES
Las diferencias deben zanjarse y negociarse antes de conducir el país. Establecer criterios. Esto requiere de muchísimo trabajo de articulación política inmediata. No hacerlo implicaría grandes dificultades a la hora de gobernar, empezando por el reparto de cargos.
Se suma que tropezar con la misma piedra del Frente de Todos conseguiría que la ciudadanía mire atónita, como pasa lo evidente y deje la sensación de que «sabíamos que iba a pasar».
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