Entre actos públicos y masivos en numerosas localidades, los frentes dominantes ingresan en el último tramo de la campaña. Desde hoy hasta el viernes, habrá actos de unos y otros en todas las ciudades cabeceras. La ciudad de Corrientes y los distritos más poblados del Interior ocuparán un lugar central. Las arengas insistirán en que votar en este escenario, dada la apatía general en torno al ejercicio político, no es sencillo, pero sí un deber para que la provincia y el país avancen.
Pese a que el cruce de acusaciones desde los palcos, las asambleas, las caminatas y las entrevistas públicas fue ineludible, así señalan los principales dirigentes de las fuerzas que irán a las urnas el próximo domingo: votar no es sólo un derecho, es una obligación que hoy también abraza a los jóvenes, y que permitirá a los correntinos moldear la voluntad que desean proyectar en el Gobierno provincial nuevamente en elecciones dentro de dos años.
Esta campaña no es anecdótica. El viernes, dicen desde un punto y el otro, al igual que desde las propuestas políticas con menor cantidad de fuerzas aliadas, e incluso expresiones minoritarias, con partidos que presentan plataformas con un puñado de candidatos, muy cerca de la dirigencia barrial, este acto electoral puede iniciar en Corrientes un camino que termine o no en diciembre con un presidente de otro signo político, y en 2025 con otro gobernador.
LA MUJER, UNA VOZ QUE CRECE
Esta ha sido una campaña que ha dado voz a la mujer y a los jóvenes, como jamás se ha visto, tanto en las ciudades como en el Interior profundo, casi con la misma tensión y ansias por que la igualdad, la equidad y la diversidad sean parámetros que continúen una tendencia hacia el desarrollo de la representación de las mayorías ocultas, amplios sectores de la sociedad sin visibilidad dentro de la estructura política que constituyen los poderes del Estado, sólo representados por la expresión objetiva del Derecho.
La mujer fue, desde las tarimas, el vehículo de las necesidades de los adultos mayores, de los estudiantes, de los sectores del trabajo no agremiado, de las comunidades, de la juventud, de la cultura local y hasta de la identidad originaria, y el hombre, de la República, del sistema democrático, y eminentemente, de la historia y de la necesidad de su transformación, para dar un nuevo salto de calidad hacia un futuro más amplio, menos ortodoxo, más innovador y abarcativo hacia quienes reclaman un lugar en él.
LOS PARTIDOS SE FORTALECEN
CON EL RECLAMO SOCIAL
En las agendas, la campaña tuvo como ejes al trabajo, a la salud, a la educación y a las relaciones que el Gobierno de la Provincia y de las municipalidades construyeron o desean construir hacia la región, el país y el mundo.
El Interior aislado, lejos de los centros sanitarios mejor equipados y la necesidad de trabajo marcaron el pulso de los candidatos tomando la mano de los vecinos de todas las localidades hasta donde el llamado de la democracia está llegando.
En la ciudad de Corrientes, otro orden de prioridades reflejó el deseo de arraigo con reclamos por más inversión en infraestructura urbana y precios moderados en los mercados, dado el alto nivel de gasto al que la economía cotidiana de los correntinos fue arrastrado debido a la vorágine inflacionaria que sume al país.
Los principales dirigentes de los partidos políticos con mayor cantidad de afiliados en la provincia, el Partido Justicialista, la Unión Cívica Radical y algunos de sus aliados, como Encuentro Liberal y el Partido Popular, pese a, en la coyuntura electoral ubicarse en franjas contrarias, no temen que el escenario presente afecte a la representación política en sí misma, es decir, que los partidos, como instituciones orgánicas de la democracia moderna, en la apertura de esta nueva carrera electoral, se hayan visto afectados por el descrédito generalizado que obliga hace dos décadas, en otras partes del mundo, a pensar en nuevas formas de organizar el Gobierno del pueblo.
Este ha sido un punto reiterado en el debate público, detrás del análisis que los candidatos locales dedicaron al surgimiento de expresiones extremas en la política porteña, cuya presencia fue trasladada hasta Corrientes por el «caso Milei» y la gira de precandidatos con la que el frente oficial cerró sus actividades de campaña la semana pasada.
EL DEBER DE TRANSFORMAR
CON EL VOTO
Como se ha señalado en reiteradas ediciones a EL LIBERTADOR, los candidatos iniciaron la última semana de campaña con guarismos que ubican a la participación electoral del domingo 11 próximo en un borde superior estimable en el 70 por ciento del total del padrón, y en un borde inferior no menor al 55 por ciento.
Más que a la militancia, o a la conducción de sus propios partidos, muchas veces figuradas por ellos mismos, los candidatos agradecen esta «musculatura» a la participación activa de las instituciones intermedias en el terreno político, asociaciones civiles, gremios y movimientos sociales, en un esfuerzo inédito por dotar de pluralidad a la expresión ciudadana sin reflejo confluente en la representación que exponen las plataformas.
Liderazgo, desarrollo y progreso
La revitalización de las propuestas legislativas en toda la provincia, en consonancia con la propensión al pesimismo fue el caldo de cultivo para que los candidatos invoquen al electorado a repensar capacidades humanas como la Libertad con el objetivo de estructurar un sentido más optimista y contemporáneo del desarrollo y el progreso.
La transformación de la estructura política en pos del paso firme que la mujer ha dado por la construcción de un poder propio y real en el ámbito legislativo, la política de parques industriales, el reclamo de más y mejor federalismo, de federalismo municipal, y de una economía unificada que atienda a las economías regionales, entre otros puntos, han vuelto a traer al discurso político una síntesis que enaltece el orden y la paz social.
Los liderazgos pujantes siguen siendo los que definen el terreno político. El oficialismo detrás de la figura del gobernador Gustavo Valdés y la oposición de las de sus más experimentadas representaciones legislativas y municipales, contrastaron modelos, proyecciones y escenarios alternativos, ensayando una nueva relación que se expresará en las Cámaras baja y alta al concluir este año.
La campaña llega a su fin sin procesos intermedios, quejas o reclamos partidarios, más allá del hondo malestar entre los ciudadanos por no hallar, de camino hacia las urnas, al país en un rumbo fijo.
La que concluye esta semana, con actos en Goya, Capital y Paso de los Libres, como puntos cardinales del nuevo Norte que intenta protagonizar la política de Corrientes, no ha sido una campaña judicializada o con asuntos en trámite que coarten a los ciudadanos la posibilidad de protegerse del ejercicio arbitrario del poder, al contrario, en la voz de sus propios protagonistas, inauguran la búsqueda de un ideal que, en última instancia, se pretende investir con el mando presidencial hacia un horizonte nuevo y más amplio y soberano.
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