Con la crecida del río Uruguay, Alvear fue una de las localidades afectadas de la costa Este de la provincia. A medida que el agua fue cubriendo las viviendas, las familias debieron ser evacuadas, y como víctimas colaterales de esta catástrofe natural, también se encuentran los animales domésticos y silvestres.
EL LIBERTADOR entrevistó a Silvia Ubeda de Patitas Locas, sobre las tareas de rescate y cuidado que realizan en estas fechas, quien aclaró que debieron asistir tanto a mascotas, como animales silvestres que debido a la inundación se acercaron a la ciudad.
Tal es el caso de un tatú carreta que debió ser rescatado, entre otros que suelen ser consumidos por los lugareños.Explicó que se dedican a alimentar a los animales que deambulan por la orilla y a rescatar a quienes quedaron en viviendas inundadas.
Pueden llevar adelante esta asistencia con la generosa donación de vecinos en alimentos. Hay instituciones locales que también se involucran en la problemática, como el Instituto de Inglés Speak up!, que realizó un desfile de mascotas el pasado martes 31 de octubre y lo recaudado fue destinado a los rescatistas.
UNA MISIÓN
Patitas Locas se creó en agosto de 2016, con el objetivo de atender la sobrepoblación de animales callejeros a través de la castración. «Con mi compañera Eugenia Navarro nos juntábamos y tuvimos la idea de castrar un animal por mes. El primer beneficio que hicimos fue una rifa y castramos 14 animales. A partir de ahí, nos largamos», contó.
Ese primer año se logró castrar a 57 animales, este año van por 49. Un veterinario del pueblo colabora en esta tarea y también cuentan con el apoyo municipal a través de un subsidio de 40 mil pesos. «Con esa plata, este mes, castramos cuatro perras y dos gatos totalmente gratis», detalló.
La modalidad con la que continúan es la de los beneficios para cubrir la mitad de la cirugía, la otra mitad corre a cuenta del dueño. «Nosotros nos enfocamos más en la castración, no tenemos refugio», aclaró.
No obstante, también realizan rescates de animales y se les da los primeros auxilios, para luego identificar el dueño o dar en adopción.
«En mi casa tengo una venta de plantas. Hice un mini vivero y ahí vendemos plantas para recaudar dinero para alimento, pagar algún remedio o un tratamiento, que es lo que está a nuestro alcance», comentó.
«Con el tema de los animales silvestres, a mí me gustaría tener unos jaulones para nosotros», añadió.
Y explicó que «con la creciente, vienen hacia el pueblo. La gente los mata y los come».
En esos casos, además de la colaboración del veterinario, interviene personal de Flora y Fauna y se realizan traslados al Centro Aguará.
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