El Superior Tribunal de Justicia (STJ) de la Provincia de Corrientes, por unanimidad, le redujo la pena a Karina Cabral, una agente de la Policía de Corrientes que fue condenada a cadena perpetua por matar al suboficial de la Prefectura, Raúl Gales, quien era su pareja y ejercía sobre ella violencia de género.
La corte provincial hizo lugar parcialmente al recurso de casación interpuesto por la defensa de la mujer y redujo a 25 años la condena dispuesta por el Tribunal Oral Penal (TOP) de Santo Tomé, que inicialmente le había aplicado la pena máxima del Código Penal por el delito de Homicidio agravado por la relación de pareja y alevosía.
Para modificar la condena de primera instancia, el máximo tribunal de la provincia cambió la calificación del delito a Homicidio calificado por la relación de pareja atenuando por haber mediado circunstancias extraordinarias (violencia de género).
La defensa, en el recurso que llegó al STJ, pretendía que se la absolviera asegurando que la mujer fue víctima de violencia de género, y que las múltiples pruebas aportadas fueron descartadas por el tribunal del juicio.
Además, la representación legal de la argumentó en el recurso manifestó que actuó bajo legítima defensa y recordó que “la violencia contra las mujeres es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo”, además de señalar que su defendida no fue juzgada con perspectiva de género.
EL HECHO
Durante la madrugada del 20 de enero de 2019, la pareja se encontraba en la habitación matrimonial, junto a su pequeña hija, cuando Cabral tomó el arma reglamentaria de Gales y le efectuó varios disparos, uno de los cuales lo hirió.
El hombre, herido, intentó salir del lugar, mientras la condenada siguió disparando durante su recorrido, reiteradas veces. Ella tenía puesto el chaleco reglamentario y mientras que disparaba cargaba a su hija en brazos.
Gales intentó salir a la calle, mientras que personas que pasaban ocasionalmente por allí y, que escucharon los gritos, abrieron de una patada el portón del garaje e ingresaron. El hombre avanzó hasta la vereda y se tiró al piso y uno de los transeúntes le sacó el arma y el chaleco a la mujer y lo puso en la vereda.