El brote de casos de Dengue en Corrientes y la posibilidad del contagio de otras enfermedades que transmiten los mosquitos hizo que la gente use sobremanera los productos para mantenerlos alejados. En primer lugar, los repelentes para evitar las picaduras, pero también aerosoles, espirales y otros químicos que pueden afectar al medio ambiente.
De todas las estrategias que aparecen para controlar la cantidad de mosquitos en las casas y patios, son pocos los que saben de un aliado natural que cumple un rol fundamental y que es el terror de los molestos chupasangre: las libélulas.
Las libélulas son de los mejores depredadores para mantener bajas las poblaciones de mosquitos. No sólo limpian los cielos en la adultez, sino que comen un gran número de larvas de mosquitos en su forma larval (que sucede en el agua).
Un estudio encontró que las larvas de libélula podían desempeñar un papel importante en la regulación de las poblaciones de mosquitos. Si bien son más efectivos en su etapa larvaria, las libélulas adultas todavía pueden comer hasta 100, si no muchos más, mosquitos por día.
Por esto, es normal que durante esta temporada en la que hay gran cantidad de mosquitos también comiencen a ser más comunes las libélulas. La recomendación es no matarlas, porque no son agresivas y no pican. Solo están para ayudar.
Lamentablemente, se debe señalar que como pasa con muchas especies de insectos, las poblaciones de libélulas comenzaron a bajar notoriamente en los últimos años. Esto se debe principalmente a la contaminación ambiental y a las fumigaciones que las afectan directamente. Entonces, de notar la presencia de un ejemplar en el patio, solo hay que dejarla trabajar.
Cinco curiosidades que no sabías de estos insectos
1.- Son muy antiguas: han existido durante más de 300 millones de años, lo que las convierte en uno de los insectos más antiguos del planeta. Han sobrevivido a través de cambios geológicos y climáticos drásticos.
2.- Grandes para volar: las libélulas son algunos de los insectos voladores más ágiles y rápidos. Pueden volar en todas las direcciones, incluyendo hacia atrás, y son capaces de alcanzar velocidades de hasta 55 kilómetros por hora.
3.- Son acróbatas: las alas de las libélulas pueden moverse independientemente una de la otra, lo que les permite realizar maniobras aéreas muy precisas. Pueden hacer giros rápidos y cambios de dirección bruscos en pleno vuelo.
4.- Buenas para cazar: las libélulas son depredadoras y se alimentan de otros insectos, como moscas, mosquitos, mariposas y abejas. Son excelentes cazadoras y atrapan a sus presas en el aire con sus patas delanteras largas y fuertes.
5.- Gran visión: las libélulas tienen una visión excepcionalmente aguda y pueden ver en casi todas las direcciones. Sus ojos grandes y compuestos les permiten detectar el movimiento rápido de las presas e identificar objetivos con gran precisión.