La campaña Corrientes Tierra de yaguaretés, que continuó a Corrientes vuelve a ser Corrientes, coordinada por Fundación Rewilding, cerró el ciclo abierto en el mes de abril en honor al Gran Jaguar de América, y a su presencia inigualable en los esteros de Iberá.
«Corrientes es tierra de decisiones fuertes, donde se recuperan las especies nativas y se produce naturaleza, donde el yaguareté vuelve a rugir. Hoy, el gran felino está volviendo de la mano de correntinos comprometidos con su tierra, que encuentran en el yaguareté el símbolo de la una cultura viva, una forma de ser valiente que toca una fibra que resuena en guaraní. Todos nos emocionamos con la llegada de Tobuna, las hazañas de Tania y el nacimiento de los primeros cachorros. Ahora, es tiempo de conocer nuevas historias del rey de los esteros, esta vez contadas por nosotros: los vecinos del Yaguareté», invita la campaña, que además, ilustró con figuras del Gran Predador, a Concepción, San Miguel, Loreto, Ituzaingó, y al aeropuerto de Corrientes.
SEIS MIRADAS PAISANAS
Los tres primeros en contar su historia fueron: Valeria Molina, Aníbal Parera y Diana Frete.
La primera, nacida y criada en la provincia de Formosa, hace tiempo vive en Loreto, donde nació su marido. Se crió en la naturaleza escuchando las historias de la selva y de sus habitantes, que le contaba su abuelo, un cacique Qom. Valeria forma parte de la red de Cocineros del Iberá, donde se destacan sus alfajores artesanales elaborados con frutos locales. En su comedor, Ñande Gusto, sirve a los visitantes del parque Iberá gastronomía regional, donde los cautiva con sabores y aromas locales.
El segundo, Aníbal Parera nació en Buenos Aires, pero su infancia transcurrió en diferentes provincias argentinas hasta llegar a Corrientes en 1985, donde vive junto a su familia. Biólogo, escritor y fotógrafo, realizó proyectos de estudio, conservación y uso sostenible de especies silvestres; colaboró con varias organizaciones para la conservación de la naturaleza, también con gobiernos y empresas en evaluaciones de impacto ambiental y para incentivar a la conservación en el sector privado. Algunos títulos de los libros que escribe y publica son: Los Mamíferos de la Argentina y la Región Austral de Sudamérica e Iberá Recargado.
La tercera, Diana Frete, nació y vive en colonia Carlos Pellegrini, a orillas de la laguna Iberá. Es cantautora, técnica en Turismo, gestora cultural y, desde hace unos años, viceintendente del pueblo, al que conoce tan profundamente como a los esteros. De familia cantora, comparte con los visitantes del parque momentos culturales, el amor por su tierra y el orgullo por sus tradiciones. Diana regaló su inconfundible voz para la apertura de esta serie, que tiene esa correntinidad necesaria para remontarnos a lo más profundo del Iberá.
Los tres siguientes fueron: Carlos Pucheta, María Ángeles Silvero y Ramón Correa.
Carlín, como se conoce a Carlos, nació y se crió en Mburucuyá, cuna del primer parque nacional de Corrientes. De joven trabajó en campos ganaderos, tiempo en el cual aprendió sobre talabartería, una actividad que continúa haciendo y que lo conecta con sus raíces. Hace más de cinco años se sumó al equipo de Rewilding Argentina como voluntario para monitorear osos hormigueros y pecaríes de collar, y luego como responsable de operaciones en la isla San Alonso, donde convive con yaguaretés libres desde 2021.
María Ángeles, nacida en Chaco, viajó a Corrientes para formarse en turismo y nunca se fue. Toda su familia está involucrada en el desarrollo turístico de San Miguel, una localidad vecina del parque Iberá, donde elaboran budines de frutos nativos, alfajores de guayaba y panes caseros en su emprendimiento gastronómico Dulce Tentación. Ella y su hijo, quien sigue sus pasos, también forman parte de la red de Cocineros del Iberá.
Ramón Correa, nacido y criado en un paraje de la isla San Alonso, en el corazón de Iberá, es uno de los últimos habitantes de los esteros. Está vinculado al Proyecto Iberá desde su comienzo, donde ha colaborado con su profundo conocimiento del lugar y con la captura de presas vivas para alimentar a los yaguaretés. Hoy es vecino del gran felino, como lo fueron sus antepasados ibereños.
Correntinos nacidos y por elección
A Valeria, Aníbal y Diana siguieron Alejandra Boloqui, Marcos García Rams, Omar Rojas, Dahiana Mansilla, Pascual Pérez y Hada Irastorza.
Correntina por elección, Alejandra nació en Buenos Aires y vivió en España antes de elegir los alrededores del portal Cambyretá del parque Iberá como su hogar. Apasionada de la conservación de Iberá, se dedica a la actividad turística basada en el avistaje de fauna -en especial de aves- que en el Iberá abundan en variedad y número, y qué Alejandra muestra con orgullo a los visitantes.
Productor ganadero y «bichero» como pocos, hace más de treinta años Marcos García Rams incursionó en el turismo de naturaleza basado en la observación de fauna en su mágica y antigua estancia, San Juan Poriahu, en la zona de Loreto al Oeste de Iberá. Anfitrión de lujo y gran conocedor del lugar, Marcos comparte con sus huéspedes historias increíbles, como la de la visita de los primeros guacamayos rojos libres que volaron hasta allí desde el Norte de Iberá. Su extensa trayectoria en la ganadería y el turismo de naturaleza demostró con creces que ambas actividades son compatibles.
Omar Rojas, un paisano del Iberá, nacido en Concepción del Yaguareté Corá, vivió gran parte de su vida estero adentro, donde junto a su mujer Antonina crió a sus hijos en pleno contacto con la naturaleza. Ganadero y emprendedor turístico, es protagonista de un Iberá que crece y se desarrolla en sintonía con la naturaleza, de la mano de una nueva economía basada en la conservación y la observación de fauna silvestre, que ahora incluye al yaguareté.
Dahiana nació en Corrientes y desde hace varios años vive junto a su esposo e hijo en Iberá, en contacto directo con la naturaleza. Trabajar en hotelería en lugares agrestes le permitió combinar el disfrute de la vida al aire libre con su vida profesional, signada por su esencia correntina. Hoy espera con ansias lo que será, sin dudas, el atractivo principal del parque Iberá: la presencia del yaguareté.
Pascual, también oriundo de Mburucuyá, creció anhelando trabajar para la conservación de los esteros. Apasionado por los caballos y fiel exponente de la cultura ibereña, se convirtió en guardaparque y se hizo un lugar entre sus vecinos, gracias a su destreza en oficios de campo y el manejo del idioma guaraní. Junto a su equipo recorre cada rincón de Iberá, que conoce en profundidad, para resguardar este escenario natural de amenazas y prepararlo para la vuelta del yaguareté, que, al igual que él, es un símbolo correntino vivo de fuerza y tenacidad.
El ciclo cerró con Hada Irastorza correntina, gestora cultural y genuina esteta, supo vincular su formación en bellas artes con la cultura y naturaleza ibereñas. Participó en los inicios de Cocineros del Iberá y Artesanos del Iberá. Hada continúa aportando su mirada profunda y amorosa de los esteros desde diferentes lugares, revalorizando el fuerte lazo que une naturaleza y cultura en Corrientes.
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