Por Graciela Villalba
La semana sorprendió con una baja en la temperatura y el tiempo inestable obligó a los correntinos a salir más abrigados: los comercios renovaron sus vidrieras y con ello entraron en escena los nuevos precios de otoño.
Los locales de la peatonal Junín comenzaron a exhibir indumentaria acorde y se pueden ver valores que alcanzan y en algunos casos superan los 100 mil pesos.
De acuerdo a el relevamiento que realizó EL LIBERTADOR: Botas femeninas de todo andar se pueden conseguir desde los 30 mil y con tacos o largas, llegan a los 70 mil pesos.
En el caso de calzados masculinos también se unieron a la oleada de incrementos y aquellos de marcas más reconocidas sobrepasan las tres cifras.
En el caso de las camperas, las más abrigadas se puede conseguir desde los 50 mil pesos y después si se recorre se pueden llegar a conseguir más económicas y en caso de que sean de marca pueden duplicar el valor.
Frente a ello, se advierte cierta resistencia de los clientes para comprar ropa a valores tan altos, considerando que en todos los casos sufrieron un gran incremento respecto al año pasado.
Este medio entrevistó a algunas personas y en todos los casos sostienen en que buscan precio.
En referencia a esto, desde uno de los medios porteños señalaron que si bien los incrementos son desiguales dependiendo de la marca, se repiten distintos factores como la fuerte dolarización que afecta al precio de las telas y la materia prima (la cual se importa por la escasez de producción nacional), el aumento del algodón y la demanda por el suelo.
El año pasado estábamos con un dólar de 300 a 400 pesos y ahora está 1.000 pesos.
«Se trata de ocupar ropas de temporadas anteriores»
EL LIBERTADOR realizó consultas en la peatonal Junín. Frente a esta realidad, Macarena una de las entrevistadas explicó que en su casa el grupo familiar está conformado por 4 personas (dos niños y dos adultos): «Se trata de ocupar ropas de temporadas anteriores y tratar de buscar un poquito más, porque cuando uno busca encuentra precios más bajos», sostuvo con mucha seguridad.
«Ese monto lo destinaría a comprar alimentos»
Ante los valores inflados que trajo acompañado el frío, otro de los consultados, Gustavo, dijo a EL LIBERTADOR, que definitivamente no destinaría esa cantidad de dinero a comprar ropa. Sostuvo que con esa plata podría comprar comida. Esta respuesta coincidió en casi la totalidad de los entrevistados, la mayoría reconoció que la prioridad es la alimentación.
«Con estos valores, pensaría y buscaría la mejor oferta»
Con la llegada de la baja temperatura, Mercedes salió al centro a buscar precios de abrigos. Se vio sorprendida por los montos de las vidrieras y frente a esa realidad reveló que se encontraba recorriendo de punta a punta para buscar ofertas. «Con estos valores, lo pensaría y buscaría el precio primero y después compraría», confesó.
Fotos: Luis Gurdiel
Video: Nicolás Ayala