Varios ejemplos se vienen dando a lo largo y a lo ancho del país en los medios gráficos. Las nuevas audiencias, herramientas e intereses del público obligan a replantear la matriz productiva de los medios tradicionales.
Tales son los caso de El Territorio, de Misiones y El Independiente, de La Rioja, que en las últimas horas anunciaron la eliminación total o la limitación de sus ediciones impresas a días específicos.
Ambos medios, como todos los que en el último tiempo adoptaron decisiones similares, plantaron la postura de fortalecer su presencia en las distintas plataformas digitales, principalmente en sus portales web y redes sociales, con el compromiso de ofrecer allí contenidos de calidad e interés.
Sin dudas, el alejamiento de las audiencias de los diarios impresos tiene que ver con la necesidad de inmediatez que se estableció a escala global y que cada vez se profundiza más. Y no cabe duda que la única manera de tener la información al instante es a través de las plataformas digitales.
Este escenario, que hace varios años dejó de ser nuevo, plantea desafíos tanto para la estructura de negocios de los medios, para ser sustentables, como para los periodistas que inevitablemente deben adaptarse a la nueva realidad que ya no es una opción, sino una obligación como profesionales que tienen como rol fundamental en la sociedad: el de informar con calidad y veracidad.
Otro gran desafío de los medios digitales tiene que ver con encontrar un sano equilibrio entre la inmediatez y la precisión informativa, en un contexto donde abundan las noticias falsas que muchas veces tienen más impacto que las reales.
La velocidad no debe estar por encima de la verdad y es por esto que los medios y periodistas deben continuar evolucionando, a través de la capacitación constante y la adopción de las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, teniendo presente que, para el periodismo, el futuro ya llegó.