En la ciudad de Corrientes es más frecuente ver a familias que deciden tener un perro como mascota, pero a veces las responsabilidades diarias hacen que los dueños deban recurrir a los paseadores para que sus canes puedan gozar de un recorrido que les dé el bienestar y la salud que necesitan.
Al respecto, EL LIBERTADOR conversó con un paseador canino que trabaja en los barrios Cambá Cuá, Libertad y Bañado Norte, para que comente sobre cómo es llevar adelante este oficio, que cada vez es más demandado por los vecinos. También se le consultó sobre la capacitación de la Municipalidad para los que se dedican a esta actividad, que comenzó el año pasado y que busca conformar un registro de paseadores, algo ante lo cual no demostró su conformidad.
EL OFICIO
Maximiliano Emmanuel Paniagua se dedica a esto desde 2018, era agente penitenciario, pero decidió abocarse por completo a esta tarea ya que proyecta, en unos años, tener su propia escuela de adiestramiento canino y guardería para mascotas.
Los horarios de los paseadores están determinados por el clima e influyen las horas de mucho calor. «Por ahora estoy trabajando por la tarde y por la noche debido a las altas temperaturas. Tengo un compañero que pasea desde las 6 hasta las 9 de la mañana».
Al respecto, agregó: «Con el calor lo que tratamos de hacer es no elegir recorridos extensos. Los paseadores ya sabemos dónde tenemos las canillas con agua. Ese es otro pedido que hicimos a la Municipalidad, para tener esos insumos y darle la tranquilidad al cliente».
Señaló que los paseos que realizan siempre dependen del carácter de los animales. «Hay paseos individuales para perros que tienden a ser más nerviosos o ariscos, lo que ofrezco es hacer un trabajo individual con ellos los primeros meses y de a poco ver si se lo puede incorporar en algún grupo», señaló.
La responsabilidad que tienen a la hora de pasear es importante, pero también lo es el papel que cumple el propietario. «Por ordenanza, el perro siempre tiene que tener su collar, cuerda y chapita. El dueño también nos debe avisar si tiene alguna patología o está en celo, por supuesto», indicó Maxi. «En mi caso, trato de conformar grupos socialmente estables que no tengan miedo, que no se asusten, que no se escapen», señaló.
Al consultarle sobre las condiciones que debe tener un buen paseador, Maximiliano comentó: «Lo que no puede faltar es respetar al animal, tener paciencia y dar pautas de conducta y educación canina, para no estar lidiando con ciertas cuestiones en la vía pública. Además, resaltó los inconvenientes con los que pueden encontrarse. «Tenemos que tener cuidado con los perros sueltos, agresivos, y saber actuar con tranquilidad y qué medidas tomar», comentó sobre los riesgos.
Al referirse a los animales que presentan problemas de conducta sentenció que es posible manejarlos, ya que «si el perro se porta mal, no hay que maltratarlo, hay que educarlo. Al animal, al marcarle una conducta, tiene que saber que está haciendo algo mal. Eso se le indica».
PRECIOS
Maximiliano mencionó que los paseadores están hace menos de seis meses comunicados por un grupo de Whatsapp, donde fijaron una tarifa mínima, que hoy está entre los 500 y los 600 pesos.
Cuando salió el curso conformamos un grupo de whatsapp donde acordamos un precio mínimo, que hoy en día ronde entre los 500 y y 600 pesos. «En mi caso cobro 500 la hora por día, pero mi servicio es de mensualidad completa, en el cual hago un descuento y el paseo queda entre 350 y 375 pesos. Ofrezco una mensualidad de tres días por semana a 4.500 pesos, de cuatro días por semana a 5.500 pesos y los siete días a 5.000», indicó.
Estos precios, comentó, son los que les permite a los paseadores tener un cierto margen de ganancia, y que incluso, en Resistencia, la mínima está en 600 y 700 pesos. Lo que sí mantienen en común es que la hora cuesta alrededor de 350 pesos. «Es optativo no obligatorio, algunos cobran más», advirtió explicando que depende del servicio que ofrezcan.
Certificado para realizar la labor
Desde 2022, en la Capital, se comenzó a trabajar en una nueva habilitación que posibilita a los paseadores a realizar su trabajo en la vía pública. Para esto deben rendir un examen municipal que, en caso de aprobar, pueden obtener un certificado y registrarse en una base de datos que estará a disposición de los vecinos y que servirá para regularizar el oficio.
Esto impactó en los paseadores que contaban con una larga trayectoria, ya que se decía que sólo con dicho certificado podrían trabajar de manera legal en la ciudad.
«La intención fue buena, pero en vez de promover una ordenanza que ya está aprobada, esta medida perjudica y limita nuestra capacidad de labor», dijo Maximiliano refiriéndose a la Ordenanza Nº 5.789 sobre la tenencia de Perros Potencialmente Peligrosos, que actualmente rige sus actividades.
«Mantengo la postura y no estoy de acuerdo, ya que se debería hacer un trabajo en conjunto con los que se dedican a este rubro», indicó y continuó: «Estuvimos en desacuerdo, porque en el caso del señor Jorge, del parque Cambá Cuá, un agente de Tránsito lo intimó a que realizara el curso diciéndole que lo iban a multar y sacar los perros, teniendo en cuenta que tiene más de 20 años en la actividad», remarcó.
RESPUESTA
Esto fue desmentido por la directora general de Ambiente y Bienestar Animal, Sandra Olivera, quien dijo que «por el momento si el paseador no está habilitado, no se le cobra multa porque hicimos un pedido de modificación de la ordenanza y hasta que la nueva no esté vigente, no queremos aplicar multa hasta llegar a la totalidad de los paseadores capacitados», aclaró.
La funcionaria indicó que hay actualmente 85 paseadores que quedaron habilitados con el examen aprobado. Explicó que consta de tres módulos: Sobre la ordenanza que rige la tarea del paseador (Nº 5.789/12), bienestar animal y una parte teórico-práctica sobre paseo de las mascotas en la vía pública. «Los paseadores debieron participar en dos de las tres clases o módulos para acceder a rendir», añadió.
Olivera explicó que se rinde por única vez para ingresar al registro de paseadores y que se debe renovar el certificado cada dos años. Indicó, además que, a partir de marzo habrá nuevas fechas de capacitación para anunciar y que podrán sumarse todos los que estén interesados.
Respecto al registro que aún se está armando, mencionó que sirve para que «el vecino sepa qué paseador esta instruido». Y volvió a remarcar que «no se le imposibilita a nadie a trabajar si no está registrado, porque la idea es capacitar a todos antes de solicitarles el certificado».
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