Los supermercados tuvieron en febrero una caída de sus ventas en unidades que rondó el 8,3% en comparación con el mismo mes del año pasado. La semana que va del 4 al 10 de marzo mostró un retroceso del 9% interanual. La mayor afluencia de artículos importados tardarán como mínimo entre uno y dos meses en notarse en las góndolas.
La información surge de datos preliminares de la consultora Scentiaa los que accedió Infobae y consultas que realizó este medio en el sector del supermercadismo. En enero la caída de ventas había sido del 8,3% interanual. Las comercializadoras y las empresas productoras de consumo masivo esperan que esa tendencia se mantenga al menos hasta mitad de año.
De acuerdo con lo que expone el medio porteño, las fuentes señalaron una tendencia que comenzó a profundizarse en los últimos meses: los consumidores van en busca de productos sustitutos más baratos o que rinden más que otros. “Creció considerablemente la venta de leche en polvo. La gente compra menos postrecitos lácteos y más mantecas, menos snacks y más tomates en puré, cayó el atún y creció la caballa, el desodorante de ambiente se vende menos”, detallaron.
En este contexto, el Gobierno acelera la mayor flexibilización de las importaciones para productos de la canasta básica.
Los supermercados consideran que la mayor afluencia de productos importados se notará en las góndolas dentro de un plazo de uno o dos meses, por cuestiones de negocio y logística. La mayor cantidad de mercaderías, deslizaron, podrían venir desde Brasil por su cercanía y escala de producción.