Fue un viernes de cargada actividad respecto a la lucha contra el fuego. El parte replicado ayer del Comando Operativo de Emergencias (COE) dio cuenta de 3 focos de incendios: en San Miguel, Pando y Gobernador Virasoro. De ellos, dos se encontraban activos, teniendo al lindante con el Portal Iberá con mayor actividad.
El COE, que se instaló en el Ministerio de Seguridad para monitorear la actividad ígnea en medio de la emergencia, procedió a definir las distintas acciones para hacer frente a los siniestros registrados en las últimas horas.
Anoche, se libraba una lucha tremenda en la zona conocida como del Tajy, en San Miguel, en cercanías al Parque Iberá. Miembros del Gobierno provincial, del nacional, la Policía de Corrientes, Bomberos Voluntarios y el sector privado combinaban fuerzas para aplacar el avance de las llamas, el cual se acrecentó por los fuertes y cambiantes vientos de las últimas horas. Algo que torna aún más difícil combatir al fuego.
TRABAJO CONJUNTO
Según informaron fuentes allegadas desde el lugar en el que más arreciaban las llamas, más de 50 vehículos de la Provincia arribaron desde distintas localidades para colaborar. Se trata de las camionetas y camiones que hace un par de semanas presentara el gobernador, Gustavo Valdés como inversión clave de cara al enfrentamiento obligado que el clima provoca frente a los desastres ígneos.
A ello, se sumaron aviones hidrantes, que facilitaron en cierta forma el combate extenuante que realizaron ayer todo el día los vecinos, quienes destacaron, además de a los efectivos enviados, el accionar del comisario Alonso, de Villa Olivari, quien dirigió parte del operativo que, al cierre de esta edición, hacía lo imposible para que no pase a mayores.
De acuerdo a comentarios obtenidos del lugar de desastre, el viento fue tal que avivó las llamas que lograron superar un cortafuegos que se había hecho semanas atrás, lo que se complicó con la llegada de otro frente ígneo desde otra dirección.
Así, estaban hasta anoche, aguardando que las condiciones climáticas colaboren para menguar el paso avasallante del fuego.
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