Por Noelia Irene Barrios
EL LIBERTADOR
La provincia de Corrientes no tuvo mujeres que hayan llegado a ocupar oficialmente el cargo de un gobernador. Pero una vez, hubo una que lo hizo de manera un tanto informal. Ella fue doña María Isabel Esquivel de Méndez y de no haber sido por dos hermanos ingleses que visitaron la provincia, su historia quizá nunca se hubiera conocido.
Todo habría ocurrido entre 1814 y 1815, cuando los hermanos comerciantes John y William Parish Robertson, llegaron de visita hasta la casa del gobernador intendente correntino, Juan Bautista Méndez. «Ambos tenían que entrevistarse con él, pero como este no pudo asistir, fue su esposa, doña María Isabel», contó a EL LIBERTADOR, el profesor, historiador y director del Museo Histórico de la Provincia, Miguel Fernando González Azcoaga.
Según relató, los ingleses quedaron muy impresionados no sólo por la actitud de la esposa del gobernador, poco habitual en esa época, sino también por la apariencia con la que ella los recibió. «Se presentó ante ellos con el capote, es decir la chaqueta del gobernador, charreteras y el bastón de mando y al recibirlos les dijo: Pues señores, el Gobernador no puede venir, pero vengo yo», narró el historiador.
El episodio fue relatado por los hermanos en un libro que publicaron en 1843 llamado Cartas de Sudamérica. «Habrá sido una mujer de carácter y lo cierto es que pasó a la historia, inmortalizada con esta simpática anécdota. Es decir que de no haber sido por los hermanos ingleses no se la hubiera recordado», agregó González Azcoaga.
HOMENAJES,
EN SU NOMBRE
Si bien hay escasos datos sobre la biografía de esta ilustre dama correntina, el relato de los Parish Robertson instaló la leyenda de La Gobernadora de Corrientes. En su nombre, mucho tiempo después se realizaron algunos homenajes.
El reconocido y recordado artista correntino, Rolando Díaz Cabral, se inspiró en el relato de los ingleses y realizó una escultura que representa a doña María Isabel. «La obra tiene unos 30 centímetros y se guarda en el Museo Provincial de Bellas Artes Juan Ramón Vidal», mencionó González Azcoaga.
El historiador también comentó que el homenaje más reciente que se le hizo a esta correntina, vino de la mano de una comparsa. «Fue un tema de carnaval», dijo.
En efecto, en la edición de 1995 de los Carnavales Oficiales de Corrientes, la comparsa Sapucay presentó el tema La Gobernadora, con despliegue de trajes que hacían alusión a doña María Isabel.
SANGRE ILUSTRE
Un dato no menor que agregó el director del Museo Histórico de la Provincia conecta a la esposa de don Méndez, con otra mujer de gran valor y casi olvidada por la historia correntina: doña Juana María Elena Pereyra, la Virreina.
«Ocurre que doña María Isabel, fue la prima tercera de doña Juana. Dos mujeres muy importantes para la nuestra historia: una fue Virreina y la otra, La Gobernadora», completó.
Un relato que brilló en la pista del Carnaval
La historia de La Gobernadora, doña María Isabel Esquivel de Méndez, fue el tema que inspiró la presentación de la comparsa Sapucay (que en ese entonces se llamaba El Sapucay de Copacabana) de la edición de 1995 de los Carnavales Oficiales correntinos. La historia y la imaginación de los talleristas vistió a bailarinas y bailarines con los diseños que combinaban la vestimenta de la clase aristocrática provincial de 1800, con el brillo de las piedras y el esplendor de las plumas. Si bien no ganaron esa vez, «las gobernadoras» en sus variantes, arrasaron con los reinados más importantes de ese año.
Una casa con historia
La casa en la que tuvo lugar la anécdota de doña María Isabel, fue la que ella y su marido compartieron entre 1814 y 1816. Fue la vivienda familiar de los Méndez y pasó a ser el despacho oficial del Gobernador, ya que por ese entonces no contaban con una residencia oficial.
El edificio estaba ubicado en la esquina de lo que hoy es Moreno y Salta. Con el paso de los años, fue sufriendo modificaciones, incluso a principios de siglo, durante a epidemia de fiebre amarilla fue un hospital, pero la fachada se conservó y forma parte del patrimonio arquitectónico de la ciudad de Corrientes.
La estructura fue cedida al club San Martín a cambio del compromiso de conservación y así se mantiene hasta hoy, con aportes privados y de los socios.
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