María José tuvo interés en la música desde muy pequeña. «Tenía cuatro años cuando escuchaba los discos de música clásica de mi mamá. A los 9 años ya componía en el piano. Siempre hice música», recordó.
Luego prosiguió: «Yo toco el piano y la guitarra, también tuve maestro de percusión. Canto estudié durante toda mi vida. A 17 empecé a enseñar. Más de grande aprendí arpa, en Buenos Aires. Allá también estudié musicoterapia en la UBA. Actualmente vivo tanto de ello como de la música. Me desempeño como arpista en la Orquesta Sinfónica de Corrientes».
LA MÚSICA
Al tener una conexión con el arte desde tan joven, desarrolló una forma de vida donde la melodía ocupa uno de los lugares centrales en su día a día. Así lo describió: «La música para mí es una forma de existir, me da la posibilidad de sentirme bien. Siempre que tuve emociones necesité transmitirlas a través de la música. Es parte de mi configuración identitaria y de mi equilibrio emocional. Siempre me ayudó a entenderme, a atravesar momentos difíciles y buenos también. A tener energía, a hacer deporte, a concentrarme».
«Con la música siento que me comprendo más a mí misma, es un proceso hacia adentro. Usualmente me pasa eso con el arpa, porque su sonido llega mucho a las personas. La gente se emociona o le gusta mucho, aunque yo no llego a disfrutar del todo de esa manera. Yo estoy en un proceso más íntimo y más personal. Por ahí, cuando quiero regalarme algo a mí misma, me regalo hacer arte. Pintar un cuadro, componer, crear y tocar, es así que voy entendiendo cosas de mí», reflexiónó al respecto de su manera de sentir y de expresaarse a travé del instrumento..
Al momento de hablar de referentes no duda en habalr quien le inculcó el amor por el arpa y la docencia: «de mi maestra de arpa me acuerdo siempre. Por lo menos una vez por semana. Ella murió a los 84 años y siento que mi proceso de enseñanza me lo enseñó ella. Se llamaba Elena Carfi, hasta hay un premio internacional al alumno de arpa que tiene su nombre porque realmente fue una formadora de artistas muy importante a nivel mundial. A ella la recuerdo muchísimo, su método de enseñanza, sobre todo eso de ir marcando el paso a paso, pequeñas metas, pequeños objetivos. Como tenerse paciencia. Los alumnos que siempre me dijeron que sentían que aprendían, yo creo que eso tiene que ver con el método que aprendí de ella».
LA TERAPIA
Su otra pasión, más ligada a la ciencia y la teoría, también ocupa las horas de sus días. Al ser consultada por su experiencia en el consultorio, comentó que «en los pacientes se ve una evolución muy positiva, por eso estoy desbordada, porque es una terapia que acá en Corrientes no se conoce mucho. Acá hay mucha demanda y el impacto es distinto porque la transferencia es diferente. El proceso terapéutico es a través de la música, entonces hay menos resistencia porque nosotros usamos lo sonoro-musical. Tengo muchos casos que acuden a mí cuando descartaron todas las otras opciones».
«De la musicoterapia me llena que realmente los niños entran y salen felices. Yo a veces estoy muy cansada, tengo mis problemas personales y cada vez que salgo del consultorio le agradezco a Dios por el trabajo que tengo. La música, no solo al estimular cognitivamente, sino al estar en contacto profundo con el mundo emocional de los pacientes realmente te devuelve mucho como terapeuta», comentó agradecida sobre la manera positiva en que su quehacer impacta en los pacientes.
Al describir su manera de desempeñar su rol, detalló: «Es un espacio lúdico donde se trabaja mucho, pero con alta motivación. No es algo forzado, es un proceso alegre, profundo y significativo, por lo menos desde el método que yo trabajo intento que sea así».
En su formación se destacan distintos estudios y formaciones, tal como lo expresó aquí: «También admiro mucho la antropología. La estudié unos años y creo que eso me complementó, me ayudó mucho a entender el caso a caso. En la mirada, en la salud, en el estudio de la performance, cómo se configura todo en una persona. El ver la historia, lo vincular, lo sistémico, lo cultural, la alimentación. Ver al ser humano más integral. Poder ver todos esos aspectos hace que una trabaje de otra manera a nivel terapéutico».
LA CREACIÓN
Esta artista también compone su propia música. En esta declaración se resume su mirada del arte y el hacer. Sobre ello expresó: «A mí la creación me parece lo más saludable del ser humano. Animarse a hacer algo distinto en el arte es romperse, reconstruirse, conocerse y animarse a ir por fuera de donde uno suele estar es lo más importante en el desarrollo de todos los seres humanos, de la vida».
Una vida, dos pasiones
Cuando pensó que su vida se iba a centrar en el trabajo en el consultorio, otra oportunidad tocó a su puerta. La invitación a formar parte de la Orquesta Sinfónica de la Provincia despertó en ella la esperanza de volver a desarrollarse en la música como interprete.
Al respecto, María José comentó: «La parte de trabajar como música yo ya la había resignado por la terapia,. Entonces, ahora que estoy haciendo las dos cosas y que enontré una forma de integrarlas, me emociona»
La forma en qué encontró la manera de fusionar sus dos pasiones fue a través de la mirada puesta en la comunidad. El acompañar los procesos de los otros desde el arte es su sello personal. «Sentí una gran frustración al ver tanta demanda de terapia en Corrientes .No puedo dar abasto, a veces me siento sobrepasada. Hay discapacidades que son muy abarcativas. Entonces hablé con la directora de mi Orquesta para empezar a hacer proyectos de salud y cultura. Comenzar a hacer que los conciertos estén orientados a la salud», describió.
Y luego prosiguió: «Tanto acceder a un tratamiento, como a ciertas experiencias o a espectáculos musicales que estén orientados a la salud puede aportar a la inclusión social, a la integración y a trabajar aspectos emocionales».
«Hay mucho que se puede hacer por eso mi idea es trabajar desde proyectos vinculados a la cultura y a la salud. Espero que este año se puedan llevar a cabo de manera más sistemática y con más recursos de parte del Estado», expresó su opinión sobre lo que planea impulsar a futuro.
«Creo que esto desde Salud y Cultura realmente puede ser generador de mucho bien, a nivel social. Las experiencias que realizamos estuvieron hermosas, no solo para los pacientes, sino también para los músicos. Es una situación nueva, distinta. Sentir o ver con más claridad el bienestar que uno genera en el otro», finalizó llena de esperanza.
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