Durante la pandemia de Covid-19 en Argentina, las emociones más comunes en la población fueron la incertidumbre, el miedo y la angustia. Las personas mayores no fueron la excepción, y el acompañamiento en ese sentido fue clave. En comunicación con EL LIBERTADOR el licenciado en Psicología, Luis González, del Centro de Jubilados de la Provincia de Corrientes, explicó el trabajo para sobrellevar todos esos sentimientos de los mayores.
«La incertidumbre es lo que más afecta a las personas mayores en este momento porque durante estos dos años de pandemia pasaron por distintas circunstancias y experiencias subjetivas vividas», comentó el licenciado. Así, explica que, en primer lugar «fue el desconocimiento, luego el encierro con el agravante de saber que eran lo más vulnerables ante una enfermedad de la que poco se conocía».
«En ese momento se pensaba que el virus estaba en cualquier lugar por lo que no podían compartir ni siquiera un abrazo con sus seres queridos, estuvieron distanciados del mundo y eso produjo pánico», afirmó González, destacando que «lo que no podemos olvidar es que, para una persona jubilada su mayor tesoro es la posibilidad de compartir porque somos seres sociables y fue eso, justamente de lo que estuvieron imposibilitados todo este tiempo».
2022 Y LA INCERTIDUMBRE
Con la tercera ola, la emoción reinante es la incertidumbre: «Las personas mayores no quieren volver a pasar por el encierro, tienen terror a volver a esa etapa, volver a desconectarse de sus seres queridos, miedo a enfermase y estar solos en un hospital o en algún lugar sin sus afectos», resaltando que «más que miedo a la muerte lo que temen es a la soledad».
La campaña de vacunación sirvió para que los jubilados se sintieran «más liberados», ya que la gran mayoría de la población mayor se inmunizó contra el virus. «. «Tal vez no pueden viajar al extranjero u otra provincia, pero ya el hecho de encontrarse con el mundo y la vida, les fue muy favorable en su emocionalidad», dijo el licenciado. Además, pudieron retomar sus actividades en el Centro, esto es, clases de gimnasia, baile, deportes varios, entre tantas otras.
EL TRABAJO EN EL
CENTRO DE JUBILADOS
En esta «nueva normalidad» con la que se configuro el mundo tras la pandemia, los mayores temores de los adultos pasan por la soledad, perder o alejarse de sus afectos, la pérdida de fuerzas.
Por esto, las recomendaciones para tratar con los mayores pasan por evitar tratarlos como niños, sino respetar sus deseos y voluntad, sin doblegarse por caprichos. «Si no quieren salir, no obligarlos, si quieren salir que vayan, lo importante es que la familia esté, acompañarlos, favorecer que tengan un grupo de amigos, por eso el Centro de Jubilados y Pensionados de la Provincia cumple una función social muy importante porque allí se vinculan con otras personas de su propia edad», comentó el psicólogo González.
«El Cjppc ofrece arte, donde ellos pueden explayarse en la música, danza, canto, gimnasia, manualidades. No sólo dan un sostén desde el punto de vista de la salud médica, física, odontológica, psicológica, sino una gran diversidad de propuestas para la persona mayor que puede realizar con otros», detalló González, dejando claro el gran acompañamiento. Así, los socios pueden «disfrutar con alegría, pudiendo disfrutar de la compañía, de ser escuchado sin ser juzgado, donde cada uno pueda ser como quiera ser y ser amado y aceptado como es, encontrarse con sus pares».
«Desde el área de Psicología, generalmente desde marzo hacemos charlas, tocamos temas importantes para ellos como hablar del amor en esta etapa de la vida, animarse a correr el riesgo de volver a amar más allá de lo que pueda opinar la familia porque hay que tener en cuenta que dejamos de amar cuando termina nuestra existencia», concluyó.
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