El correntino Leonardo Mayer (158°) cayó ayer en la ronda de octavos de final del Challenger de Oeiras, Portugal, frente al japonés Taro Daniel (112°), 6-3 y 6-4 y tanto el resultado como la eliminación, quedaron en un segundo plano.
En el saludo en la red, Mayer, que el sábado pasado cumplió 34 años, intercambió con el nipón una mini charla amistosa con una inesperada noticia para el tenis nacional.
Taro le dijo «¿Qué pasó ahí?, Leo contestó: «No, no, ya son mis últimos torneos». Asombrado, Daniel le dijo: «¿Ah, si?», y Mayer respondió «Si, si, así que tranqui». El nipón repreguntó: «¿En donde acabas?», y el Yacaré contó: «No, no sé, pero lo único es que….», palabras que quedaron truncas al cortarse justo en ese momento el streaming de la ATP.
También se despidió ayer en la competencia de dobles en suelo portugués, al caer en compañía del boliviano Hugo Dellien, 6-4 y 6-3 frente a los franceses Sadio Doumbia-Fabien Reboul.
Habrá que ver hasta dónde carbura la máquina del «Yacaré». Mientras tanto, sólo queda verlo disfrutar estos bailes finales y como el mismo lo aseguró, su intención es jugar la qualy en Roland Garros, a fin de mes, con el objetivo de poner toda la carne en el asador a fin de poder ingresar en el cuadro principal del Grand Slam sobre polvo de ladrillo.
Mayer ha sido uno de los mejores jugadores de la historia del tenis argentino. Profesional desde el año 2003, alcanzó el puesto N° 21 del ranking ATP en junio de 2015. Se alzó con los trofeos del ATP 500 de Hamburgo en 2014 y 2017. Tuvo incontables batallas en la Copa Davis defendiendo a su país -disputó el partido más largo de la Copa Davis que duró 6h43m ante Joao Souza con victoria por 15-13 en el quinto set-.
Un jugador que siempre tuvo la característica de luchador, de ponerse el overol y correr todos los puntos. Con un gran servicio, volea, revés a una mano y derecha potente desde el fondo de cancha.
El correntino fue fundamental en el título de la Copa Davis de 2016 (la única para el país): se bancó la serie en Gdansk contra Polonia, definió el quinto punto en Glasgow frente a Gran Bretaña y se quedó con un partido infernal y eterno ante Joao Souza en un repechaje para no ir al repechaje en 2015. Sin embargo, el físico le está empezando a jugar una mala pasada (padece molestias en la cadera) y la posibilidad del retiro está cada día más presente en su cabeza y pesa mucho también el aspecto familiar, teniendo en cuenta por la pandemia poder viajar por el circuito con su mujer, Milagros y su hijo, Valentino.
«Es algo muy lindo jugar en el más alto nivel y es a mi lo que más me gusta. Pero a la vez hay que mantenerse, entrenando a full, porque hay muchos chicos que se van acercando y en breve va a cambiar la generación y hay que estar al nivel para jugar contra ellos y contra los mejores», declaró tiempo atrás Leo en una entrevista concedida al sitio de la ATP.
También en el mismo sitio, Leo había expresado en el año 2018: «Me quedan tres o cuatro años más de carrera. Los años del tenis no son largos, se te pasa demasiado rápido». Quizás toda una premonición de la decisión que por estas horas madura en su cabeza.
SIGUE BAGNIS,
CORIA OUT
Por su parte, Facundo Bagnis se clasificó a los cuartos de final del Challenger de Oeiras, en Portugal, después de superar 2-6, 6-4 y 6-2 al local Frederico Ferreira Silva (169°) después de dos horas y 20 minutos de disputa.
El próximo rival del santafesino de 31 años, ubicado en el puesto 109 del ranking ATP, será Nuno Borges (296°), otro tenista portugués, quien viene de eliminar al español Pedro Martínez (99°) por 6-2 y 6-4.
Bagnis es el único sobreviviente en los cuartos de final del Challenger portugués de Oeiras: ya que ayer quedaron eliminados Leonardo Mayer y Federico Coria.
Coria, actual 94° del ranking mundial, también quedó eliminado: en un partido muy luchado, que se extendió por dos horas y diez minutos, perdió 6-4, 4-6 y 6-4 ante el local Gastao Elias, 308° del listado ATP y ex 57°, quien logró nada menos que su primera victoria ante un jugador del top 100 en más de tres temporadas.
El Challenger de Oeiras, dotado con premios por 132.280 euros, se disputa sobre polvo de ladrillo.