UNA REUNIÓN CON MUCHA SINTONÍA FINA DE LA CUAL TODOS SALIERON "CONTENTOS". La primera salida al Interior fue a Santa Cruz y a la Antártida. La segunda será a Corrientes. ¿Qué le espera? Aquella sirvió para anudar una relación que mantiene "en forma directa" con el Gobernador santacruceño. Milei sabe "no ser argel" cuando se lo propone y le gusta "los mano a mano" para afianzar relaciones bilaterales. La reunión entre Milei y el gobernador Claudio Vidal duró 30 minutos intensos y terminó con una broma que dejó a la vista la sintonía que hay entre el economista y el sindicalista petrolero. Mientras Vidal aprovechó cada segundo de la reunión para plantearle los problemas centrales de la provincia, Milei y su equipo tomaron nota y se comprometieron a buscar salidas en conjunto y a brindar apoyo. De hecho consiguió que las reformas a la ley de pesca se modifiquen. "¿Le pudiste ganar a los K?", le dijo el Presidente, a lo que el Gobernador respondió: "Y qué te parece". Milei retrucó: "Entonces Santa Cruz puede", haciendo referencia al eslogan impreso en el cuadro que el santacruceño le entregó de recuerdo y que fue su mantra durante la campaña electoral. "Estoy contento con la reunión y agradecido con que haya venido a Santa Cruz, nos escuchó y tomó nota y fue muy cordial", sintetizó Vidal.
El Presidente cumplió con la promesa de gobernar desde la Residencia presidencial «a tiempo completo», en largas jornadas de trabajo donde dedica gran parte de su agenda al contacto con los medios y las redes sociales. La prepotencia de trabajo le permite equivocarse y volver sobre sus errores, mientras sus oponentes no logran contrarrestar la iniciativa del Gobierno, que en días más hará nuevos y potentes anuncios. Decretos, DNU y proyectos de ley «de alto voltaje político» se conocerán en las próximas horas. Con ellos mantendrá la centralidad, mientras espera afianzar sus relaciones con los Estados Unidos, en un viaje relámpago, luego de su fugaz paso por Corrientes en una visita que dejará «mucha tela para cortar». El primer mandatario «surfea» entre los demócratas y los republicanos. Y, aunque prefiere el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre, mantiene aceitados vínculos con el gobierno de Joe Biden. En el otoño, «levantaría el cepo cambiario» y de ahí a la dolarización habrá sólo un paso. Aunque, todo indica, pasará para el año venidero.
La semana que concluye, exceptuando la que le siguió a su asunción, fue la que mostró mayor presencia de Javier Milei en los medios de comunicación masiva. A su regreso de la gira que lo llevó a Israel, el Vaticano e Italia, Milei habló con radios, con la televisión y dedicó varias horas a endosar afirmaciones de diferentes usuarios en las redes sociales y a publicar sus propias opiniones, como la respuesta a Cristina Kirchner o la polémica, ampliada a las redes sociales, con Lali Espósito más allá que, su mira, estaba puesta en el costo que, a los cordobeses, significa la presentación de la cantante lo cual le vino «como anillo al dedo» para abonar su crítica al gasto de los gobernadores. De su viaje se habló en el mundo entero, desde la polémica decisión de trasladar la Embajada argentina en Israel, desde Tel Aviv a Jerusalén, a la muy impactante -reconciliación- con el Papa, entre sonrisas y abrazos, y el dato, nada menor, de la prolongada duración de la reunión privada en el Palacio Apostólico. La caída de la Ley Ómnibus, por decisión del propio Presidente, que, desde Israel, ordenó bajar su tratamiento con la orden de que lo manden «de vuelta a Comisión» pareció darle letra para poner en marcha el llamado «plan B» que se comenzaría a ejecutar si se perdiera el objetivo económico en la aprobación de la ley, tal como se había enviado al proyecto. Las sucesivas modificaciones que le fueron imponiendo legisladores de distintas bancadas terminaron por convencer a Milei de que prefería capitalizar el aspecto político de dejar en evidencia el accionar consociado de gobernadores e intendentes que fueron, a su criterio, funcionales a intereses espurios que desdibujaron la iniciativa parlamentaria pero contribuyeron a darle letra a una sostenida ofensiva presidencial, que no se limitó a la retórica discursiva en los medios y las redes sociales, sino que fue acompañada de una batería de decisiones y nuevas iniciativas, algunas aun sin concreción, que mostró su capacidad para «unir la acción a la palabra» en una seguidilla de golpes que llevaron a la más plena convicción al resto del arco político de que están frente a un hombre del que, al menos, deben cuidarse. El ministro Luis Caputo, como no consiguió muchos de los aumentos impositivos que había pedido, se dedicó a recortar partidas presupuestarias, en gran medida destinadas a solventar gastos en las provincias de modo de cumplir, a rajatablas, el objetivo de llegar, cueste lo que cueste, al llamado déficit cero, que lo logró en enero, y está camino a hacerlo en el mes que transcurre. La no transferencia de recursos con destino a la educación, que a criterio del Gobierno nacional es responsabilidad de las provincias, y la quita de subsidios para el transporte de pasajeros no fueron sino muestra elocuente de que, como lo advertimos en las dos últimas columnas dominicales, el Presidente por sí solo tiene «en la botonera del poder» un sinfín de erogaciones que están bajo su exclusivo arbitrio. A partir de esta realidad, no pocas provincias se plantean la necesidad de «un barajar y dar de nuevo» en búsqueda de una salida, conscientes que están frente a un hombre al que «no le tiembla el pulso» al momento de tomar decisiones, o usar la birome. Así fue que en estos días, el Presidente se enfrentó con diputados opositores -muchos de los cuales deberán darle votos para sus proyectos de ley futuros-. Volvió a fustigar a los mandatarios provinciales y redobló su apuesta en su enfrentamiento con los sindicatos que tomaron nota del proyecto de sacarle los fondos de las obras sociales algo que, en la iniciativa originaria, no estaba previsto pero que sacó a relucir como para mostrar, a los popes sindicales, de que tenía resto en medio de un estado de opinión que, en los hechos, no favorece a la política, a los legisladores y sindicalistas en particular y sobre los cuales el Presidente machaca, con la profesionalidad que le da el manejo de la economía, y su facilidad para llegar a la gente «con golpes de efecto» que llegan a destino. Este es, sin duda, el llamado plan «B». Sacar el mayor rédito político, poniendo a la gente en contra de los que, en el Congreso, se oponen a las medidas propuestas para combatir, en el menor tiempo posible, el mal mayor y, en este derrotero, Milei terminó por desnudar «la trama secreta» de algo que le quita al presupuesto nacional la friolera de dos mil millones de dólares. El Gobierno dejó en claro que está dispuesto a avanzar con el oscuro negocio de los fondos fiduciarios. Sería una elocuente muestra de austeridad de la casta, en un momento en el que, gran parte del peso del sinceramiento económico, viene recayendo sobre la clase media. Con salarios atrasados, y aumentos de precios que aún parecen no llegar al techo, el Gobierno sabe que el acompañamiento que le dió la sociedad para intentar sacar al país del estancamiento tiene límites en el tiempo. Sabe también que en el tiempo estará en la clase media, una vez controlada la inflación, el soporte y el impulso al crecimiento de la economía con una progresiva recuperación de los salarios. El ministro Luis Caputo no lo ignora. Esta semana dio la orden de iniciar auditorías en todos los fondos fiduciarios. En la mayoría de los casos, no hay datos sobre la gestión del último año. «Por lo que pudimos ver hasta ahora, salvo el caso del fondo que se creó cuando se vendió parte del Hipotecario a Irsa (el Fideicomiso de Asistencia del Fondo Fiduciario Federal de Infraestructura Regional), que está bien, en todo el resto no cierran los números», remarcó una fuente del Gobierno. No es difícil adivinar que, de desearlo, el Gobierno podría provocar un tembladeral con solo publicar los resultados de las auditorías que deberán llevar adelante técnicos de la Sindicatura General de la Nación (Sigen). El único inconveniente es que, tal como reconoció una fuente al tanto de las discusiones, podrían caer propios y ajenos en la investigación. Hay fondos que datan de 1995; muchos funcionarios de hoy y de ayer pueden tener explicaciones que dar, algo que a Milei en el fondo no lo desvela; si la necesidad le indica la conveniencia de apretar el botón rojo, lo hará. En 2023, el 0,85 por ciento del presupuesto se destinó al financiamiento de fondos fiduciarios, que tuvieron gastos por aproximadamente 0,4 por ciento. Hay fondos que se financian con asignaciones específicas (como, por caso, un porcentaje del impuesto País), otros que tuvieron fondeo internacional. En el relevamiento que acaba de terminar Economía, se contabilizaron 31 fondos fiduciarios bajo la órbita nacional, 17 administrados por el Banco de Inversión y de Comercio Exterior (Bice); 12, por el Banco Nación; uno está gestionado directamente por el Foncap, y otro, por el Banco Hipotecario. Sólo 9 de ellos -es el caso del Foncap o del Fondo Estabilizador del Trigo Argentino- podrían ser eliminados sin pasar por el Congreso, dado que fueron creados en su momento por Decreto. Para el resto necesitará una ley o al menos un DNU para cuya aprobación, sin chistar, el Presidente apuesta a dejar en claro ante la sociedad que la defensa de la continuidad de estas cajas de la política fueron las que llevaron a los legisladores a torpedear la Ley Ómnibus. No se puede descartar que la promesa de avanzar contra los fondos fiduciarios choque contra la barrera de la política, aunque resulta claro que en la medida en que la sociedad va tomando nota de los tejes y manejes que se dan en el Congreso el margen de accionar que tienen los legisladores no es el mismo. Con todo, la sociedad que lo acompañó con el voto también está poniendo a prueba su umbral de tolerancia. Es una cuestión de supervivencia, no de ideología. Y en esto se advierte que la pelea sigue con final abierto porque Milei difícilmente quiera ser el pato de la boda como tampoco lo quieren ser los gobernadores, que a esta altura se estarán preguntando si no tensaron más la cuerda de lo debido como les advirtió algún referente de alto peso en el mundo empresarial que lo conoce al Presidente.
ALGUNAS NOTICIAS ECONÓMICAS DAN VIENTO A FAVOR A MILEI
Son noticias económicas que pusieron de buen humor al mercado. Es cierto que millones de trabajadores de todo el país ven cada día cómo el poder de compra de sus ingresos se achica por la combinación de una inflación altísima con salarios prácticamente congelados. Eso es indiscutible y, a su manera, lo admite el propio Milei. Además del ajuste, el mercado celebra con la baja del dólar que hoy está por debajo a lo que quedó a la salida de Massa. También alientan la suba de bonos y acciones la acumulación de reservas del Banco Central que consiguió en estas semanas, que ya pasan los 7.000 millones de dólares con compras que se vienen dando día a día y que engrosan las arcas estatales. Lo otro que se ve de la gestión económica es la baja de la inflación, después del fogonazo de diciembre, a lo cual contribuyó -de manera decisiva- la gestión saliente por los ineludibles efectos del llamado «plan platita» con el que Sergio Massa pretendió conseguir el favor de la gente. Luego de la desaceleración de enero, todos los analistas privados calculan que las proyecciones seguirán apuntando hacia abajo en febrero, marzo y los meses que siguen hasta llegar a un dígito. Eso ocurrirá primordialmente, dicen, si el Gobierno consigue mantener controlado el dólar. La recesión -el reverso de la moneda- hará el resto del trabajo. Otra forma de ver la cuestión es preguntarse durante cuánto tiempo conseguirá el Gobierno mantener controladas todas las contracaras de las medidas que al mercado le gustan ¿Aguantará la gente la recesión, la parálisis de la gestión y las consecuencias del techo a las importaciones hasta que la mejora en la economía traiga una recuperación de los ingresos? ¿Cuántos meses más pueden convivir los precios de los supermercados o los shoppings londinenses con los salarios argentinos? El Gobierno, sin embargo, espera poder anunciar el mes que viene que, por segundo mes consecutivo, en febrero, las cuentas fiscales cerraron con superávit. «Y es muy probable que podamos además tener superávit financiero, el resultado entre ingresos y gastos, después del pago de los intereses de la deuda», anticipa una fuente al tanto de los números. Para contener el ajuste en los sectores de menos ingresos, y de paso, sumar dólares a las reservas, el equipo de Milei también está pasando la gorra en todos los organismos internacionales, de la misma manera que lo supo hacer Sergio Massa en 2023. Sólo la Corporación Andina de Fomento (CAF) estaría por aprobarle a la Argentina un nuevo desembolso de 400 millones de dólares, mientras que entre el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM), este año esperan poder acumular otros 4.000 millones de dólares, destinados sobre todo, a programas como el de la AUH o la tarjeta Alimentar. Los organismos este año van a ayudar porque está el FMI atrás. Que se ordene fiscalmente el país es, para ellos, música en los oídos, pero no si tenés un estallido social algo que el Gobierno espera sortear, con una malla de contención sobre los sectores mas vulnerables, como se comprometió con el Papa Francisco. Por estas horas el Gobierno trabaja, a destajo, en un plan de transición que complemente el accionar de Cáritas y las iglesias evangélicas. El compromiso es que no falte comida, pero el cuello de botella pasa por la eliminación de lo que llaman los gerentes de la pobreza, que son quienes administran los planes sociales con fines económicos y políticos diferentes al de su objetivo específico. Esto lleva tiempo y organización, dos cosas difíciles de combinar para una gestión, que hace agua, con un divorcio enorme entre la decisión y su ejecución lo cual se ve claramente en las demoras que se verifican en la firma de los instrumentos que legalizan la designación de una cantidad de funcionarios que deambulan «flojos de papeles». Es también consecuencia de la hiperconcentración de poder. La acumulación de responsabilidades en el Presidente o en su propia hermana hace que la demora conspire contra la eficacia de la gestión.
OTRA VEZ EL CAMPO
Gran parte del éxito, de corto plazo del Gobierno, dependerá finalmente del campo. Aunque ya no será una cosecha récord, sí se espera que sume unos 15.000 millones de dólares más que en 2023. La cosecha gruesa es la solución para la escasez de dólares en las todavía golpeadas reservas -pese a que el titular del Banco Central, Santiago Bausili, sumó más 7.000 millones de dólares desde que asumió-, y será un alivio -vía retenciones- para el fisco, que ya en enero está experimentando una caída en los ingresos tributarios producto de la menor actividad económica.
ESTA SEMANA NUEVO PAQUETE DE DECRETOS QUE DEJARÁN LA INICIATIVA DEL LADO DE MILEI
Es inminente que se anuncie un nuevo paquete de decretos para instrumentar la desregulación del DNU y la trunca Ley Ómnibus. También introducirá cambios importantes a otras regulaciones, que abrirán una fuerte tormenta cuando el Presidente esté ya en los Estados Unidos. Hay un decreto que liberaliza, en forma absoluta, el sistema de salud. La medida pondrá en alerta máxima a los «Gordos»: elimina la regulación de las obras sociales. La decisión, de darse, sería una «bomba» contra la CGT: abre y permite la competencia con la medicina prepaga.
TAMBIÉN AYUDÓ A MILEI LA PROPIA CRISTINA
Su documento crítico volvió a aglutinar -como en el balotaje- a todo el antikirchnerismo con el Presidente. El texto salió claramente a destiempo justo en el momento en que el llamado grupo de los «normales», en el que militan varios francotiradores, desde Pichetto a Carrió pasando por Stolbizer, Massot, Monzó, Randazzo y otros, intentan algo así como la remanida avenida del medio. La irrupción de Cristina volvió a abroquelarlos, al menos por un rato, conscientes que, para muchos de los que militan por el cambio, son funcionales al kirchnerismo, un complejo que les resulta difícil superar. Cristina incluye algo inaceptable para una figura institucional: plantear la posibilidad de que Milei no termine su mandato. Esto no es así, y si lo fuera, nunca lo podría decir una ex Presidente que, al hacerlo, predispone absolutamente a otros que eventualmente podrían llegar a acompañar y que no lo harán para no quedar en la misma línea de quien la impulsa.
PORQUÉ NO HAY UN HORIZONTE NI AUN LEJANO DE ASAMBLEA LEGISLATIVA
Primero porque no hay alguien que pueda reunir el consenso de una mayoría en el Congreso de la Nación, para llegar, por la vía de la ley de Acefalía, a la Presidencia de la Nación. Segundo porque no hay una estructura de poder, en medio de la fragmentación inédita del sistema político, que pueda sostener a un equipo de gobierno no surgido por la voluntad popular. Además, y acá algo que en parte explica la urgencia del Presidente en la alianza parlamentaria con el PRO- la realidad de la Cámara muestra que el acuerdo, que de hecho ya existe con el PRO, aleja por completo la posibilidad de lograr los dos tercios, algo que nunca estuvo en duda en el juicio político a la Corte Suprema y que solo la torpeza del kirchnerismo pudo sostener en el tiempo con las consecuencias lógicas que generan esas conductas reñidas con la realidad. Asumir una causa perdida desde el inicio, no es algo que se compatibilice con las leyes del poder donde, aun perdiendo, hay que tratar de mostrar que se ganó.
EL GIRO DE MILEI SE DIO TRES SEMANAS ANTES DE LA CAÍDA DE LA LEY
El Presidente hizo precisamente eso. Mostrar ante la sociedad que su derrota en el parlamento terminó siendo un triunfo. Apela, por estos días, a su retórica, al conocimiento de la economía, a la mediocridad de sus oponentes y a su buena performance ante los medios para instalar, en la opinión pública, que fue la casta la que cerró el paso a leyes que hubieran permitido avanzar más rápidamente hacia el control de la inflación. Milei sabe que su adversario no es Cristina. Al contrario, la debe cuidar. La ex Presidente en términos electorales no tiene resto. La propia edad y desgaste propio de la función la inhabilita para una pelea que ya declinó en 2019, y en el 2023 con inteligencia. Aun así, la contracara de Cristina le sirve a Milei para aglutinar. Sabe que a Macri le puede deber mucho pero también que el ex Presidente aspira a tomar las banderas del cambio siendo un oponente en potencia para 2027 al que no se sabe si ambos llegarán con resto. Sí con edad y pretensiones que, por sí, no son suficientes. Y con el PRO la cosa es clara para Milei. Los votos de Juntos por el Cambio ya los tiene. Y los dirigentes que convoque al Gobierno vendrán como chanchos a la batata con la venia de Macri o sin la venia como ocurrió con varios de ellos. El amplificar la fusión o el acuerdo con el PRO apuntó a eso. Instalar en la gente un acuerdo que hoy por hoy va en exclusivo beneficio a quien ejerce el poder indiscutido, sin posibilidad alguna de un doble comando. Si alguien en el universo posible podría ser opción es el Gobernador de Córdoba, no por la vía del medio sino juntando las cabezas de un peronismo que, aunque disperso, sigue siendo aún hoy mayoritario. De ahí la necesidad que muchos impulsan de ordenar el Partido en el que no solo Alberto Fernández es ya un okupa. La purga debe ir a fondo para mostrar una nueva conformación capaz de generar expectativas renovadas, en un marco de credibilidad que hoy no ofrecen los que conducen formalmente el Partido Justicialista a nivel nacional. De este comentario hay que sacar que el contrapunto de Llaryora con Milei y viceversa, en el que entra la cantante Lali Espósito, va más lejos. En el fondo está desde ya planteada la pelea de 2027, turno electoral distante en el tiempo pero ineludible en el almanaque y en las estrategias.
¿QUÉ BUSCA MACRI?
El ex Presidente actúa con generosidad cuando alentó el triunfo de Milei, sin tomar recaudos respecto a la naturaleza de acuerdos que nunca existieron y que desvelan a las primeras y segundas líneas del PRO que se imaginaban compartiendo en un pie de igualdad las mieles del poder. A Macri le bastaba, al menos en principio, con impedir el triunfo de Massa, así como garantizar la victoria de Jorge Macri sobre Martín Lousteau. Con eso estaba hecho. Lo demás ya viene de yapa. Ahora busca liderar el PRO, para, con el enclave en la Ciudad Autónoma, tener posibilidades de figurar en la cartelera de 2027. Si por él fuera con los acuerdos programáticos, el sostén parlamentario y la Presidencia de la Cámara de Diputados más algunos espacios de poder, bastaría. Sin embargo la dirigencia va por los cargos, y empuja. Algo de lo que el ex Presidente deberá tomar nota porque, o se pone a la cabeza de esos reclamos o irá viendo que progresivamente Milei le va comiendo de a una las fichas de un conjunto de personas que bregan por ser parte del Gobierno. Hoy creen que Macri podría tener la llave pero no dudarán en buscar otra puerta si el ex Presidente no asume como propias esas aspiraciones.
¿Y MILEI ?
Decir que no sabe nada de política quizás sea apresurado. Por lo pronto logró «poner patas para arriba» el sistema político del pais en su exclusivo beneficio. Ni el justicialismo es lo que era hace un tiempo, con un kirchnerismo dominante, ni el PRO logra superar las diferencias internas. Patricia está ya en el mileisismo. Rodríguez Larreta quedó fuera de la jugada, sin destino, como el caso de otros sin terminal actual, léanse los llamados «normales» que, en el Congreso pueden tener peso por ser, a la hora de la verdad, votos, pero que en el llano y en lo electoral no tienen gravitación, en el caso de Rodríguez Larreta, obviamente que «sin fierros» poco es lo que se puede hacer para generar expectativas. El Presidente logró una fragmentación inédita en el escenario del poder. Lo hizo, puede decirse, de manera torpe. Para algunos sin estrategia, golpeando y golpeando y con resto para recuperarse de operaciones fallidas y retomar muchas veces con ferocidad la iniciativa, con una convicción que, a veces, sorprende y desconcierta. Vale aquel refrán «ande o no ande caballo grande», y «si hay miseria, que no se note».
GOLPES DE EFECTO
Los sondeos de opinión lo siguen manteniendo a Milei como la figura de mejor imagen, lo cual no es poca cosa en medio del ajuste que lleva a cabo. Cierto es que perdió puntos, pero, a dos meses de gobierno y con la intensidad del ajuste podría esperarse un costo mayor. Acá entra a jugar la habilidad mediática del Presidente, que logra trasladar el peso de la responsabilidad, por lo ocurrido en el Congreso, a los legisladores a los que maltrata «sin piedad» y a los gobernadores a los que sugiere «rompan el chanchito» y se hagan cargo de responsabilidades que les son propias más allá que, en algún tiempo, las asumió el Gobierno de la Nación. A esto Milei le suma golpes de efecto, que «calan hondo» en el ciudadano común. Prueba de esto, el usar aviones de línea, para viajar al exterior. Saludar de a uno a los pasajeros y sacarse selfies. Reducir comitivas a lo mínimo indispensable para un hombre común. En esta línea, la decisión de vender todos los aviones de la flota presidencial, dejando uno solo, para casos en que la agenda lo aconseje, o la no menos fuerte decisión de reducir la custodia de los ex presidentes que actualmente distraen personal de las fuerzas de Seguridad, como lo hacen jueces y fiscales, a veces de manera incompresible. Vale, en esto, no sólo el ejemplo de Eduardo Duhalde que ha renunciado a la custodia, sino el caso de Enrique Petracchi, 32 años Ministro de la Corte Suprema y dos veces Presidente del alto Tribunal. Cuando se le preguntaba cómo andaba sin custodia respondía con ironía: «No sé si me cuidan o me controlan», algo habitual en el personal afectado que responde a los servicios de Inteligencia con terminales en el poder de turno. Petracchi, un eximio cazador, como el ex juez Claudio Bonadío, andaban siempre «calzados» y, en el caso de Bonadío, supo dar muerte a un par de asaltantes haciendo uso del arma y de su puntería.