A finales de 1966, Corrientes y Misiones sufrieron un brote de fiebre amarilla que resultó en la muerte de 18 personas. Es el último registro de víctimas fatales a causa de esta enfermedad que, 55 años después, continúa siendo motivo de preocupación para las autoridades sanitarias.
Lo que muchos desconocen es que una especie animal de la región es la principal aliada en la vigilancia permanente contra este mal. Se trata del mono carayá o aullador (Alouatta caraya), cuya protección es de vital importancia para preservar la salud de los ecosistemas y, en consecuencia, de las personas.
«Los monos carayá, al igual que los carayá rojos de Misiones, son especies ‘centinela’. Se los denomina así porque son animales que viven en el límite entre la ciudad y el hábitat natural y son muy susceptibles a determinadas enfermedades, en este caso, la fiebre amarilla. Ellos se contagian y la mortandad es bastante grande y muy visible. Por eso, cuando esto ocurre, se lo toma como indicador de que el virus está circulando en esa zona», explicaron a EL LIBERTADOR desde la Estación Biológica San Cayetano, donde desarrollan importantes trabajos de investigación y protección de estos animales.
«Nosotros hacemos mucho hincapié en la vigilancia del comportamiento de estos monos, justamente porque son los primeros que caen cuando hay circulación viral de fiebre amarilla. Si algún ejemplar o varios de ellos presentan síntomas de esta fiebre o aparecen muertos, es un signo de alerta importantísimo, porque ellos actúan como barrera, es decir que el virus los ataca primero, antes de llegar al hombre», agregó la directora de Enfermedades Vectoriales y Zoonosis de la provincia, Lilian Percíncula, también consultada al respecto.
Y remarcó que es esencial que la población sepa que, ante la presencia de un animal enfermo, tienen que informar de inmediato a la Dirección, llamando al 3794-002-067. «Esto es de suma importancia porque cuanto más rápido se actúe es mejor», indicó.
LA VACUNA
La otra clave que señaló, es la vacunación. «La vacuna es gratuita y hay disposición de dosis en la provincia. Se aplica por calendario, a los 18 meses de vida, aunque en estas zonas eso se adelantó para los doce meses. Es por única vez y la inmunidad dura hasta los 59 años. Hay que tener en claro que una persona que no está inmunizada, está en riesgo. Y en medio de la pandemia de Covid-19, es vital que se sostenga y refuerce el control de estas otras patologías que también nos afectan», completó Percíncula.
En febrero, el Gobierno nacional emitió un alerta sobre la enfermedad, debido a la situación en Brasil. Teniendo en cuenta esto y para pregonar la vigilancia de los carayá, así como fomentar la vacunación, entre otras acciones, se reactivó la Red de Informantes de Fiebre Amarilla de la Provincia. Está integrada por los municipios considerados más vulnerables como Capital, Ituzaingó, Virasoro, Santo Tomé, Itatí, Berón de Astrada, San Cosme, San Miguel, Alvear, San Martín y Paso de los Libres.
La declaración de Monumento Natural, una necesidad urgente
Los monos carayá o aulladores están en peligro. La degradación de su hábitat natural y la vulnerabilidad a diferentes enfermedades como la fiebre amarilla, que diezmó sus poblaciones entre 2008 y 2009, son las principales causas. Por eso, desde la Estación Biológica San Cayetano, iniciaron una campaña para lograr que la especie sea declarada Monumento de la Provincia de Corrientes.
Además de la difusión de la importancia de estos animales para el ambiente y la salud, comenzaron a juntar firmas, a través de la plataforma Change.org en la que buscan llegar a las 35.000 para que el proyecto sea viable. Hasta ayer, al cierre de esta edición estaban al borde de las 26.000 y solicitaron la colaboración de la comunidad para poder alcanzar este objetivo.
«Los monos carayá son parte de nuestro Patrimonio Natural y Cultural: ¿Quién alguna vez no se ha encontrado en Corrientes con ellos? ¿Quién no los ha escuchado?», es una de las muchas justificaciones de esta inciativa.
«Buscamos que se les dé el máximo nivel de protección y eso incluye a los ambientes que habita», completaron desde la Estación.