Iluminados por la luna brillante, a medianoche, desde la ciudad de Resistencia, una multitud se puso en marcha con un mismo propósito: vivir el Vía Crucis Interprovincial, ese camino que cada año une a Chaco y Corrientes con la fuerza de la fe.
Todavía era de noche cuando los primeros pasos comenzaron a marcar el ritmo de la travesía, que se extendió unos 30 kilómetros, en oración, con emoción y esperanza.
Cuando las primeras luces del Viernes Santo comenzaron a asomar, los caminantes atravesaron el imponente puente General Manuel Belgrano e ingresaron a la Capital correntina.
A lo largo del extenso recorrido, los fieles se detuvieron en quince estaciones, recordando paso a paso la pasión de Jesús, tal como lo relatan los evangelios. En cada parada, se rezó y se reflexionó, acompañados por un grupo de jóvenes que puso el cuerpo para representar los momentos más significativos del camino hacia la cruz.
Las iglesias La Cruz, La Merced, María Auxiliadora y la Catedral Nuestra Señora del Rosario se convirtieron en escenarios del calvario de Cristo. Finalmente, el destino fue el Convento de las Hermanas Clarisas, donde el arzobispo de Corrientes, monseñor José Adolfo Larregain, esperaba a los peregrinos con palabras cálidas y un mensaje profundo.
“Muy bienvenidos a esta última estación. Fuerte el aplauso a todos los que han hecho este hermosísimo recorrido”, dijo, agradeciendo a los organizadores y destacando la fortaleza personal de cada participante. “Este camino del Vía Crucis nos recuerda a nuestra propia vida”, que también tiene momentos de dolor, pero que siempre se abre a la esperanza.
El Arzobispo habló del mensaje de resurrección como un motor que impulsa a seguir adelante, incluso en medio de las dificultades. “La vida no termina en la cruz. Como las mujeres que fueron al sepulcro y encontraron la piedra corrida, que el cuerpo del Señor no está, que Él ha resucitado. Él es la razón de nuestra esperanza, Él es el que nos ayuda a caminar y a cargar la cruz de cada día, sabiendo que la muerte no tiene la última palabra, sino que es el Señor el que tiene la última palabra”.
Así, recordó que todos son llamados a ser testigos de la Resurrección, a llevar ese mensaje de esperanza a los demás, y los invitó finalmente a rezar el Padre Nuestro.
Con los pies cansados pero el corazón pleno, los fieles cerraron una travesía de fe, contagiando el espíritu de la Pascua.
Vía Crucis con luminarias
También este Viernes Santo, desde las 19, se realizará el tradicional Vía Crucis por la ciudad en el marco de Ñande Pascuas Porá por la avenida Costanera General San Martín, desde Paseo Stella Maris hasta la avenida 3 de Abril.