Aníbal Tosetti (Especial)
Para EL LIBERTADOR
ADN
· Dora Beatriz Lauro, 74 años.
· Periodista y Licenciada en Educación. Egresada de la Universidad Nacional de Quilmes.
· Nacida en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y correntina por adopción desde hace medio siglo.
· Casada con el periodista y escritor Carlos Alberto Buratti, con las Bodas de Oro recientemente cumplidas.
· Cinco hijos y 9 nietos.
Cuál es hoy su principal actividad?
-Tras casi 50 años dedicada a la actividad periodística primero, y a la educativa durante los últimos 30, hoy, a mis 75 años me encuentro recuperando mi principal y más valiosa actividad que es la vinculada con la vida familiar. No obstante, no dejo de involucrarme de una manera u otra, con el campo de la Educación, ya sea aportando conocimientos y experiencias adquiridos a lo largo de mi carrera, o estudiando y aprendiendo para seguir construyendo.
Hace años realiza distintas actividades docentes, integrando además asociaciones intermedias.
-Desde mis inicios en el periodismo me vinculé estrechamente con la actividad docente, ya que tuve a mi cargo por largos años el suplemento escolar de distintos diarios del medio. Capacité a docentes de toda la provincia sobre el Uso de los Medios de Comunicación en la Educación, y escribí y publiqué revistas y libros sobre esas temáticas. Fui presidente de la Cámara Correntina de Instituciones Educativas de Gestión Privada. Integro actualmente la Junta Nacional de Educación Privada. Cumplí funciones como consejera en la Dirección General de Enseñanza Privada de la Provincia. Formé parte de una mesa de trabajo de la Cámara de Diputados abordando la temática y la problemática de la Inclusión en los distintos ámbitos sociales. Y en cada función, en cada actividad mi foco siempre estuvo puesto en lograr avances y cambios que permitieran alcanzar esa educación de excelencia que necesita una sociedad para crecer, superarse y reinventarse para estar a la altura de las necesidades.
También forma parte de una empresa familiar dedicada al rubro educación. ¿Qué rol tiene ahí?
-En el año 1992 fundé junto con mi esposo, el Instituto Superior Nuevo Siglo y creé la primera carrera de la región de Diseño Gráfico, Publicidad y Periodismo, a la que a lo largo de los años se le fueron agregando nuevas propuestas de formación técnico profesional, todas ellas, en su momento, inéditas en el medio. Hasta el año pasado estuve ejerciendo el rol conductor y directivo el que en la actualidad delegué en una de mis hijas.
¿Hoy, la educación está en crisis?
-Totalmente. Creo que está en la peor de las crisis por las que haya pasado. Lamento que ya en este último tramo de mi quehacer educativo, habiendo puesto toda mi energía para generar resultados más satisfactorios y teniendo totalmente clara la idea de la educación que quiero para mi país, tengo que reconocer que no he podido ver el más mínimo avance en lo que hace a nuestro sistema educativo y al de muchos otros países cuyas sociedades permanecen estancadas. Es que lo uno se vincula estrechamente con lo otro. No existe una sociedad que crezca y que se supere si su sistema educativo es obsoleto, castrador y sólo persigue satisfacer, solapadamente, intereses del poder de turno.
Sé que lo que digo es fuerte y controversial, pero he estudiado y profundizado la historia de la educación a través de los tiempos y sumado mi experiencia personal en el campo, puedo dar fe y evidencias de mis dichos.
¿Qué propondría para mejorar el nivel y la calidad educativa?
-Políticas educativas que caminen a la par del mundo en que vivimos y que sirvan tanto para corregir las falencias de una sociedad enviciada como para adaptarse a las nuevas necesidades, intereses y realidades, con el énfasis puesto en activar el pensamiento reflexivo, crítico, analítico. Ese pensamiento que permita discernir, evaluar, elegir, mejorar, crecer y que la educación esté en manos de los que saben, de los que hacen, de los que tienen las herramientas del conocimiento y la experiencia, y no que se maneje detrás de escritorios por quienes sólo responden a objetivos políticos o partidistas.
¿Con su conocimiento y con la experiencia que tiene, qué les diría a nuestros gobernantes?
-Parte de lo que les diría ya lo expuse en la respuesta anterior, pero podría agregar, que antes de postularse para cualquier candidatura o de ejercer cualquier función pública, primero pasen por la experiencia de vida de ser simplemente, pueblo. Vivir la realidad de la gente común, del trabajador, de las escuelas públicas, de los medios de transporte, de las calles, del barrio, de la salud, de la infancia y con ese diplomita aprobado, recién estarían en condiciones de poder gestionar el presente y el futuro de un país, de una provincia, de una ciudad.
¿Qué sugeriría a los gobernantes para paliar la pobreza y la falta de trabajo?
-Vinculo a la pobreza estrechamente con la Educación. Mejor dicho, con la ignorancia proveniente sin dudas, de un sistema educativo que no responde. La falta de trabajo también tiene su nexo con esta cuestión porque aún con títulos universitarios, no se enseña ni se capacita para la autogestión. Todo se espera del Estado y si éste no asiste, nos quedamos sentados y frustrados.
Mi sugerencia a los gobernantes es que no asfixien más ni a la Educación ni al empresario porque las fuentes de trabajo no deben estar provistas por el Estado, sino por la gestión privada, la que hoy por hoy, y tras largos años viene sufriendo el ahogo del brazo constrictor de un sistema que sólo apunta a cubrir con el esfuerzo privado, la dádiva que se da para defenestrar la cultura del trabajo y mantener así la ignorancia y la pobreza, dos ingredientes que sostienen a gobiernos populistas.
¿Es difícil en la Argentina ser empresario? ¿A qué lo atribuye?
-Creo que ya lo respondí anteriormente. Las leyes vigentes asfixian al empresario. Hacen que sostener una empresa sea una tarea titánica y en gran cantidad de casos, muchos empresarios, muchas empresas familiares, tras largos y largos años de trabajo y esfuerzo hoy van desapareciendo, justamente porque se gana más en dinero, en salud, en tranquilidad, bajando una persiana que manteniéndola abierta. Muy lamentable.
¿Qué aconsejaría a quien quiera iniciar una Pyme?
-Me resulta muy difícil y comprometido aconsejar, dado el panorama tan incierto y tambaleante que atraviesa este país desde varias décadas ya. Pero si de algo sirve, le diría que no se tiren a la pileta sin antes tener un buen asesoramiento: estudio de mercado, finanzas, leyes laborales y empresariales, normas, costos, capital humano, recursos. Y que se tenga en cuenta que una empresa no hace millonario a nadie de un día para otro. Hay que poner el hombro y eso tiene mucho que ver con el esfuerzo y la lucha diaria.
¿Qué le diría a un joven que quiere irse del país?
-Tengo dos hijos fuera del país. Uno radicado hace 24 años en España y otra hace un año en Inglaterra. Además de trabajo digno, reconocimiento social y laboral tienen algo mucho más valioso aún: tranquilidad, seguridad, oportunidades que este país no les dio. ¿El precio? Lejos de los afectos, de las raíces, desarraigo que le dicen. Una familia que sufre la distancia y las ausencias, pero si este país no empieza a cambiar de verdad, no serán los únicos hijos lejos ni la única familia desmembrada. Yo no tengo espíritu de falso nacionalismo. Para mí, la Patria es la que me cobija, la que me permite ser, hacer y crecer. A los jóvenes les diría que persigan sus sueños y se esfuercen por alcanzar sus metas. El lugar es ese que la vida nos pone por delante a cada momento de este camino terrenal.
Sabemos que también es periodista, ¿qué aconsejaría a quien quiera iniciarse?
-El periodismo es, o era, un sacerdocio. No es una profesión cualquiera, por eso muchos jóvenes ven en él una manera de ser estrellas de los medios. Ningún periodista es estrella de ningún medio y mucho menos el protagonista de una historia. Mi consejo es mucho estudio, mucho conocimiento, mucha lectura, mucha cultura general y por, sobre todo, cuidarse con las opiniones propias. Se puede caer en el error de la manipulación o de la falsedad. No se trata de tomar un micrófono o de escribir una nota. Se trata de tener la idoneidad para hacerlo.
¿Algún recuerdo de cuando ejerció el periodismo?
-Muchos. Pero el más intenso, data de cuando estaba estudiando. Tuve la osadía de pedirle una entrevista a Jorge Luis Borges y me la concedió. A solas él y yo durante 20 minutos. Conocí al escritor y al hombre al mismo tiempo. Una gran experiencia.
El otro recuerdo que me acompaña durante 50 años, es que en la redacción de un diario conocí a mi compañero de vida y escribimos juntos la más hermosa nota periodística que titulamos con grandes caracteres y en negrita: nuestra familia.
¿Existe la libertad de expresión?
-Demasiada libertad para mi gusto. Hoy en los medios se dice cualquier cosa. No importa si es verdad o mentira, si es real o fantástico, si es un exabrupto o una guarangada. Si es con conocimiento o surge de la ignorancia. Ni hablar de las redes. Todo vale. No me gusta ni el periodismo ni la sociedad ni las personas cuyos principios son el «todo vale».
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