Aníbal Tosetti(Especial)
Para EL LIBERTADOR
ADN
Periodista y Licenciada en Educación. 17 años de ejercicio del periodismo en distintos medios de la región. Actividad docente y de gestión educativa desde hace 30 años. Coautora de la revista educativa Ayudar a Crecer. Autoría del libro De Mafaldas y Susanitas, reflexiones sobre Educación. Consejera en la Dirección General de Enseñanza Privada desde 2020 a 2023. Fundadora del Instituto Superior Nuevo Siglo de la Ciudad de Corrientes.
Durante casi dos décadas ejerció el periodismo, muchos recuerdos?
-Muchos, pero el más intenso data de cuando estudiaba. Tuve la osadía de pedirle una entrevista a Jorge Luis Borges y me la concedió. A solas él y yo durante 20 minutos. Conocí al escritor y al hombre al mismo tiempo. Una gran experiencia.
¿Cuáles son los defectos de muchos argentinos?
-Creo que son defectos de esta sociedad y contagian a muchos de sus integrantes; el facilismo, la falta de escrúpulos, el todo vale del que hablaba líneas arriba, el esperar que las cosas caigan del cielo, la paciencia para soportar y aceptar lo insoportable y lo inaceptable, entre otros. Pero también tenemos nuestras virtudes: un humor a prueba de cualquier desastre.
¿Si no fuera lo que es, qué le hubiera gustado ser?
-Estoy muy conforme con lo soy y agradezco a la vida por ello. Pero si me hubiese tocado ser otra cosa, me hubiese gustado ser actriz.
¿Cuál es su principal defecto y su principal virtud?
-Mi principal virtud es que hablo mucho. Soy una amante de la palabra, el discurso, el diálogo y el monólogo. Y mi principal defecto es que hablo mucho. Eso me dice siempre mi familia.
¿Qué valora y detesta de otra persona?
-Valoro sobremanera la sinceridad y el don de gente. Detesto la mentira, la traición y la falta de voluntad para aceptar los desafíos.
Cite algún sueño hecho realidad y uno frustrado.
-El sueño hecho realidad es el de haber construido una hermosa y numerosa familia. El frustrado, no poseer el don para cantar o bailar. La natura no me dotó de esas virtudes, pero sí me realicé con una de mis hijas: baila el tango como ninguna.
¿A qué personaje le hubiese gustado conocer?
-Difícil elegir a uno porque admiro a muchos. Pero vamos por uno: a Jesús hombre, para que me cuente la verdad de la historia.
¿Si se mudara de país, a qué lugar iría?
-A España, sin duda alguna. Allí me siento como en casa.
¿Qué le pide hoy a Dios?
-Salud para todos mis seres queridos. Y que ponga sus ojos en esta Argentina que tanto necesita de su abrazo amoroso.
¿Qué buen recuerdo guarda de su infancia?
-Me emociono mucho cuando escucho el tango Caserón de Tejas, porque el recuerdo de mi enorme familia reunida en aquel caserón de Belgrano donde pasé los mejores momentos de mi infancia, es imborrable. Mi familia era tal cual describe la letra y como la pintan los Pimpinela.
¿Se considera buena madre y buena abuela? ¿En qué mejoraría?
-Tendría que preguntarle a mis hijos y a mis nietos. Pero creo que hice lo mejor que pude y que supe, pero si algún error cometí, estimo que pasó inadvertido, porque el amor hacia ellos y el de ellos hacia mí me exime de la culpa por alguna que otra falencia.
¿Un lema, un hobby?
-El hermano de una amiga de mi adolescencia decía: «Si fracaso, habré perdido luchando». Lo adopté como lema. En cuanto a un hobby: crear con las manos.
¿Qué tipo de música y películas prefiere?
-Si de música se trata, amo el tango hasta la médula. Películas, las que abordan temáticas sociales.
¿Un libro para recomendar?
-Mujeres que corren con los lobos, de Clarissa Pinkola Estés.
No soy feminista en el sentido en que se interpreta hoy. Soy extremadamente femenina y amo mi género, pero creo en esa fuerza incontenible que poseemos las mujeres y que nadie nos para a la hora de correr tras nuestras metas.
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