Ángel Di María fue el único jugador que entrenó ayer, en el día libre que le otorgó Lionel Scaloni a los jugadores de la selección argentina. Y es que Fideo que viene de arrastrar una sobrecarga en su tobillo, debió mirar desde el banco de suplentes y sin posibilidades de ingresar el partido que la Argentina le ganó a Australia, hace dos días.
Algunos jugadores recibieron la visita de sus familiares y compartieron un momento tan ansiado como necesario para recargar energía y focalizar rápidamente en Países Bajos, el próximo adversario de la albiceleste en cuartos de final. Otros, como Julián Álvarez y Alexis Mac Allister se dieron el lujo de pasear en barco en las paradisíacas playas de Qatar, con Gabriel Batistuta como anfitrión.
El que no quiso dejar pasar ni un día para intentar estar contra los europeos el viernes es Di María, quien visitó a sus allegados y se entrenó por su cuenta. El Fideo es una pieza clave dentro del esquema de Scaloni, y de hecho no tiene reemplazante natural. El goleador en la recordada final del Maracaná tiene hasta el momento el mejor mundial de todos los que jugó, y eso que aún no convirtió goles.
Ya con el foco puesto en Países Bajos, la Scaloneta deberá plantear el partido con un punto principal: será el rival más fuerte hasta el momento. Los europeos cuentan con un equipo joven, con velocidad, hábiles en el uno a uno y, pese a que no todos son estrellas mundialmente conocidas, tiene entre sus filas a Virgil van Dijk, Frenkie de Jong y Memphis, jugadores con la capacidad de generar juego y romper un partido.