Gustavo Valdés es un hueso duro de roer y no piensa capitular frente a su número dos. No está dispuesto a aceptar condiciones que considera van en menoscabo de su liderazgo. Gustavo Canteros no da señales de aplacar su ofensiva. Apunta a ser candidato, con Dios o con el Diablo, y con un renovado mensaje de que no se baja de su pretensión de disputar la Intendencia capitalina. Definidas las principales variables del turno electoral 2021, se entra en la cuenta regresiva, con un PJ en el que ya no hay tiempo para indefiniciones, y con un interrogante central a develar que va por sobre la nominación de su candidato a la Gobernación.
20-CONTRATAPA-OKPrevisible y natural. Cuando llega la hora de la verdad ocurre lo que está ocurriendo en la escena política de la Provincia. Ha sucedido en otros turnos, pasa en este y seguirá pasando en el futuro, con variantes distintas, propias de cada elección.
Cuando todas las miradas estaban centradas en la disputa Ricardo-Gustavo, que acaparó la atención en los últimos meses, la liebre saltó por el costado, más allá de que el número dos del Gobierno venía desarrollando una campaña sostenida en pos de su postulación, en el oficialismo quizás minimizaron el alcance de la decisión de Canteros con quien la relación distaba, desde hace tiempo, de ser la mejor.
El Vicegobernador tuvo los reflejos intactos como para replicar en menos de 24 horas del lanzamiento oficial, que el Gobierno considera sería suficiente como para encolumnar la tropa. Se plantó en sus trece y abrió un fuerte debate interno con la primera reacción de la primera línea que fue intentar devaluar el capital político de Canteros, con voceros habituales como el senador, Noel Breard o el «Mono» Vignolo que pegaron bajo la línea de flotación y que fueron acompañados por acciones de lo que da en llamarse el operativo «lenteja en remojo», que apunta a esmerilar su figura.
Más allá de la controversia en el principal distrito electoral de la Provincia, la puja desatada entre los dos Gustavos tiene un alcance provincial al privar al Gobierno, si se sostiene la ofensiva de una decena de sellos que supieron ser en elecciones anteriores el soporte del capital electoral para una alianza en la que el radicalismo nunca pudo mostrar los votos que legitimen su pretendido liderazgo.
Un análisis de los resultados muestra que cada uno de los sellos participantes lleva, por el solo hecho de estar en el cuarto oscuro, un promedio de 11 o 12.000 votos, lo cual ha sido una constante en los sucesivos turnos electorales.
Lo cierto es que ésta, para muchos imprevista puja por la candidatura capitalina, genera un escenario atípico en la Capital, donde la elección podría no polarizarse y daría oportunidad al peronismo de ir por la avenida del medio con un candidato propio que aún no asoma y sin descartar la posibilidad de que, en la oferta electoral del Frente de Todos, pueda insertarse la pretensión de Canteros. Algo que no debería sorprender, dada la reconocida versatilidad de quien, como Graciela Camaño de Barrionuevo, a la hora de elegir la camiseta no tiene muchos reparos, acaso como si cualquier colectivo le viene bien si de llegar se tratara.
Esta posibilidad, hasta hace poco muy difícil de prosperar, hoy está en la consideración de las variantes posibles y ha sido el propio Vicegobernador quien la ha admitido como válida.
El tiempo dirá. Lo que está claro es que se ha entrado en la cuenta regresiva con un PJ cuyo Interventor, al cual los tiempos se le acotan para decisiones que no admiten demoras.