En este último semestre, las pequeñas y medianas panaderías indicaron que observaron una «meseta» en los valores de algunas materias primas al momento de abastecerse.
«Desde el mes 7 y 8 se retrotrajeron un poco los precios, específicamente las harinas que son las que más suelen subir costos», contó el referente del sector panadero en la ciudad, Nelson Arriola, en diálogo con EL LIBERTADOR.
A su vez, resaltó como incidió en el stockeo durante este periodo: «En octubre del año pasado una bolsa de harina costaba 4.100 pesos, en julio llegó a 12.600 pesos, ahora bajó a un promedio de entre los 11.300 pesos».
Sin embargo, enfatizó en que «hay empresas grandes que no bajaron los precios en pesos, pero tienen una bonificación muy buena en productos, por ejemplo, te venden 10 cajas de un producto y te dan 13, o te venden 20 y te entregan 26. Eso ayuda a que nuestros costos bajen un poco».
También aseguró que esta «quietud» la presenciaron en términos generales, y que a comienzo de noviembre sólo tuvieron que corregir «un poco la escala salarial para el personal».
EJEMPLO EN NÚMEROS
Por otra parte, Arriola ejemplificó el contexto actual del valor en el pan: «Nosotros llegamos a un precio de 2.400 pesos el kilo al público en julio, fines de agosto y primeros días de septiembre bajamos a 1.800 pesos por los márgenes», dijo.
No obstante, afirmó que los importes se mantuvieron y que ahora «hubo algunos movimientos, más que nada porque tuvimos incrementos en los servicios esenciales, sea electricidad y gas en octubre».
PRONÓSTICO A FUTURO
El referente también relató su perspectiva venidera para el sector, en la cual sostuvo que «según nuestro termómetro, en mi caso estar en contacto con los viajantes a los molinos de Santa Fe y Córdoba, se pronostica que se realizó una linda campaña de trigo».
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