Producto de la sequía que no da respiro, advierten que los precios irán en aumento y que hay «poca fruta». Ante la faltante, se importan cítricos desde Tucumán para dar abasto en el mercado correntino, ya que se perdió un 80 por ciento de la producción.
La situación de los citricultores en la provincia se encuentra ante un panorama complejo, teniendo en cuanta la situación de la sequía que viene sufriendo Corrientes de un tiempo a esta parte, y los productores advirtieron que los precios irán en aumento ya que empieza a faltar fruta.
La presidente de la Asociación de Citricultores de Bella Vista, Elsa Rangoni, trazó el magro presente en comunicación con el medio Radio Bella Vista. Al respecto, indicó que «hay poca fruta y poco limón en la localidad a causa de lo que venimos acarreando».
«Las plantas se estresaron, no están produciendo lo que realmente tienen que producir, todo perjudica y eso hace que tengamos poca producción de limón», explicó Rangoni. «Por lo que sufrió la planta, a su vez la fruta tiene poco jugo, se saca muy verde el limón y lo venden así», agregó.
IMPACTO DE
PRECIOS EN
LOS BOLSILLOS
Respecto a los precios, la baja producción hace que estos suban e impacten en el bolsillo. «Gente que tiene empaque, viene de Tucumán, lo trae y vende a bajo precio, entonces nosotros tenemos que vender aún a menos», comentó, agregando que son estos cargamentos los que están soportando el mercado local.
Cabe destacar que Tucumán concentra alrededor del 75 por ciento del mercado cítrico con una superficie para la actividad de alrededor de 50.000 hectáreas. Después, le siguen Salta con 12 por ciento, Corrientes con 5 por ciento y Jujuy con un 3 por ciento.
Además, hay plantaciones de menor tamaño en Buenos Aires, Catamarca y Entre Ríos, de acuerdo a un informe del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta). Según estos datos, en 2022 la cosecha rondará los dos millones de toneladas.
«La realidad es que necesitamos una buena lluvia, lo del otro día fue espectacular, pero no fue suficiente», expresó la productora, ya que «no es lo mismo regar que el agua de lluvia, para la planta no es suficiente».
«Se habla de pérdida más que de producción, alrededor de 70 u 80 por ciento», lamentó Rangoni.
UNA SITUACIÓN
QUE SE PREVEÍA
Como se publicó en la edición de EL LIBERTADOR del 2 de agosto, el miembro de la Comisión Directiva de la Asociación de Citricultores de Monte Caseros, Miguel Rosbaco, explicaba que «nosotros tenemos un panorama incierto, no sabemos los valores a los que vamos a lograr vender la producción».
En aquel momento, además de la situación de la sequía que se pronosticaba, se sumaba que «los costos de los insumos, agroquímicos y fertilizantes han aumentado en dólares, mientras que el precio de venta es igual a la del año pasado».
«El precio es el que uno logra que te paguen», dijo Rosbaco. «Los valores no se actualizan porque el productor no es formador de precio», agregó. Al respecto, el productor indicó que podría haber un «reacomodo» en el precio del mercado interno, por lo que existe la posibilidad de un aumento general de los cítricos.
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