Dijo que cualquier contexto para 2023 está subordinado a la evolución de los acontecimientos en los meses que se avecinan. Advierte síntomas de debilitamiento político del presidente Alberto Fernández. Hoy ve, por lo menos, diez precandidatos presidenciales, a un año del cierre de listas.
02-TAPA-POLITICA-1El politólogo peronista Pascual Albanese acerca sus siempre oportunas observaciones sobre la coyuntura política del país. Sus reflexiones se manifestaron en el programa La Otra Campana, que los domingos conducen Gustavo Adolfo Ojeda y Darío Ramírez por LT7 Radio Corrientes en dúplex con LT25 Radio Guaraní de Curuzú Cuatiá.
A continuación, los tramos más salientes de esa charla:
Las preocupaciones del país son muchas: el G7 (en estos momentos está nuestro Presidente en Alemania), el tema de los piqueteros, el Congreso nacional, la comodidad o la incomodidad del Presidente de la Cámara de Diputados… ¿De qué te gustaría hablar, Pascual?
-Has abierto un repertorio tan amplio que hasta cuesta retener cada uno de los ítems. Para empezar, a mí me parece que el segundo semestre de este año es crítico para la economía y la política argentina. Tanto es así, que a pesar que desde el punto de vista del análisis periodístico es absolutamente imposible no referirse al escenario electoral del año que viene, en la práctica hay que reconocer que cualquier especulación sobre ese escenario electoral del 2023 está absolutamente subordinada a la evolución de los acontecimientos en los meses que se avecinan. Hasta el punto de que cabe la posibilidad de que ninguna de las especulaciones legítimas que nosotros o los dirigentes políticos en general puedan hacer en torno a los alineamientos políticos y a los resultados electorales del año que viene, tengan vigencia en marzo, una vez que se haya hecho el balance de lo que esté por pasar en la Argentina en estos meses. Hecha esta primera salvedad, que abre un terreno efectivamente mucho más amplio para el abanico de posibilidades, hay que decir que el signo notorio de la situación política, con independencia de las razones o sinrazones que puedan animar a algunos de los protagonistas de esta controversia, es el debilitamiento político del presidente Alberto Fernández a partir de la creciente toma de distancia que ha encarnado la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Sin ninguna duda este distanciamiento, que agrieta la solidez del Frente de Todos, supone en el caso inmediato un creciente debilitamiento de la autoridad política del Presidente. Y acá sí, Alberto Fernández está buscando en alguna medida, en el plano internacional, compensar el deterioro político que experimenta en el plano interno.
CUESTIÓN
DE IMAGEN
¿Cómo ve la imagen de cada uno de los partidos para la contienda de 2023?
-Lo que pase estos próximos seis meses puede modificar muchísimo el escenario que podemos describir hoy. Lo que podemos describir hoy, es un escenario provisorio y que está sujeto a lo que vaya pasando en los próximos seis meses, sobre todo en el plano económico y social. Hay que decir también que pocas veces en los últimos años, hay un escenario político electoral tan abierto en cuanto a figuras, como las que existen en estos momentos. Si uno empieza por el lado de lo que uno llama la oposición, particularmente de Juntos por el Cambio, habría que decir que hay por lo menos cinco figuras que han manifestado su voluntad política de ser candidatos a Presidente. Nos referimos al ex presidente Mauricio Macri; al jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta; a la presidenta del PRO, Patricia Bullrich; al gobernador de Jujuy, Gerardo Morales y al neurólogo radical, Facundo Manes. En el campo del oficialismo también, si bien no está tan clara la lista de postulantes, en principio habría que decir que visto que lo que se hace llamar el kirchnerismo prácticamente descarta la nominación presidencial de Alberto Fernández, o sea que descarta la alternativa de la reelección. Todo indicaría que las figuras presidenciables son el flamante ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli; el gobernador del Chaco, Jorge Capitanich; el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa; y aunque no esté del todo claro, no voy a excluir al gobernador de Tucumán, actual Jefe de Gabinete de la Nación, es decir, (Juan) Manzur… Se agotaría la lista ahí teniendo en cuenta que, vuelvo a decir, parece muy difícil que el presidente Fernández, ni tampoco la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, aspiren a encabezar una fórmula presidencial llegado el caso. Como mínimo tendríamos esas cuatro figuras dentro del oficialismo; y si la imaginación se deja correr un poco, se podría agregar una quinta que es casi un tapado, que es el gobernador de San Juan, Sergio Uñac. Así que con esto estoy diciendo que tenemos, por lo menos, diez precandidatos presidenciales a un año del cierre de listas. Con ese panorama hacer pronóstico se hace bastante vidrioso.
El futuro de Cristina y Alberto
Podríamos decir que la madre de las batallas se gana o se pierde en territorio bonaerense, que tanto el Presidente de la República como la Vicepresidenta podrían ingresar el año próximo al Senado de la Nación. Hay también una gran disputa con los planes sociales…
-Sin ninguna duda en lo que se refiere a Cristina Fernández de Kirchner, dentro de lo poco que uno puede prever del futuro, vale lo que acabas de decir. Esto es, sea por la minoría o por la mayoría, Cristina Fernández de Kirchner tiene asegurada una banca en el Senado Nacional. No es el caso de Alberto Fernández, que no es bonaerense, sino porteño y cuyas posibilidades de acceder a una banca es prácticamente nula. En contraposición a esto, que es bueno para Cristina Fernández de Kirchner y negativo para Alberto Fernández, habría que señalar en el caso del actual Presidente, de que no existe ninguna acción judicial que lo comprometa. Esto quiere decir, Alberto Fernández aun como ciudadano común en su casa, parecería no correr los riesgos que suelen correr otros ex presidentes de la República Argentina. En relación a la provincia de Buenos Aires, la famosa madre de todas las batallas, tenés absolutamente toda la razón del mundo, el epicentro de la política argentina siempre mira a lo que pasa en la Provincia de Buenos Aires. Y en este sentido, es importante marcar esta ruptura política que se ha producido abiertamente entre el kirchnerismo y los llamados movimientos sociales, en particular el Movimiento Evita. Los movimientos sociales han decidido, a partir de ese conflicto, adquirir personería jurídica propia, han hablado hasta de constituir un partido con independencia del Partido Justicialista.
La Vicepresidenta habló de los planes sociales. ¿Usted cree que está bien asesorada?
-Lo primero que yo diría es que la condición de Vicepresidenta tiene una ventaja enorme en relación a la condición de Presidente, y es que se puede hablar sin necesidad de hacer. En el caso de los presidentes, están obligados a hacer y se los juzga mucho más por lo que hacen que por lo que dicen. En el caso de la Vicepresidenta, tiene la enorme ventaja de manejarse con un discurso y no necesariamente con una gestión que acompañe ese discurso. Eso le permite, en el campo de la economía, criticar al ministro Guzmán y a la orientación económica del Gobierno, sin tener necesariamente que formular una propuesta alternativa. En el caso de la doctora Kirchner es más claro lo que critica que lo hace. En lo que hace en particular al tema de los planes sociales, creo que la semana pasada ha disparado un debate importante. Hay que decir que en este caso la posición de la Vicepresidenta no es una posición aislada, es una posición que en distinta manera comparten en general todas las estructuras territoriales políticas de la Argentina, tanto del oficialismo como de la oposición. Esto quiere decir, si uno hace una encuesta entre los 23 gobernadores, sumado el Jefe de Gobierno porteño, serían 24, más los dos mil intendentes que hay hoy aproximadamente en la República Argentina, es probable que el 99 por ciento de ellos esté de acuerdo con el planteo de la doctora Kirchner, en el sentido de la necesidad de transferir la ejecución de los planes sociales del Gobierno nacional a los gobiernos locales, y de las organizaciones sociales a los municipios y las provincias. De hecho los gobernadores han manifestado una opinión más o menos convergente. Este tema es algo que excede la coyuntura y por supuesto es de enorme importancia, no solamente político-electoral, sino que hace a la conformación de la sociedad argentina de los próximos años.
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