El juicio oral y público contra el ex juez Soto Dávila, sus secretarios y otras personas es una caja de sorpresas. El viernes, un colaborador arrepentido que había negociado con los fiscales en términos poco claros se arrepintió de colaborar. No compareció en la sede del tribunal y se limitó a salir de forma virtual, un privilegio inaceptable que fue convalidado por el Tribunal. Para sorpresa de todos, se negó a declarar. Dejó de colaborar, evitando tener que someterse a preguntas incómodas. La abogada defensora, Valeria Corbacho expuso la situación de un hombre que estuvo detenido casi tres años, al que se quiso obligar a acusar a otros que no conocía. Y puntualizó sobre un «colaborador» (Morenita Marín) en cuyo testimonio se basan casi todas las pruebas, pero que el momento de la verdad se fue al mazo al resolver quitar la colaboración a mérito de la cual recibió importantes beneficios. Ayer, por radio Sudamericana se puso el tema en tapete. Salió primero el fiscal general Schaefer y luego, el abogado Aníbal Ibarra, quien no dejó títere con cabeza y anticipó que llevaría al banquillo a tres fiscales federales que, según el ex Jefe de Gobierno porteño, negoció con un capo narco para llevarse puesto a un Juez Federal.
20-CONTRATAPA-1La abogada Valeria Corbacho es la defensora del suspendido secretario penal del Juzgado Federal Nº 1 de Corrientes, Pablo Molina. Dijo que en el juicio que se lleva a cabo contra su defendido, contra el ex juez Federal, Carlos Soto Dávila y contra otros funcionarios y abogados, «hasta ahora no se ha podido probar, por parte de la Fiscalía, absolutamente nada». Pero no dijo sólo eso, sino mucho más. Y cosas realmente graves.
La doctora Corbacho fue entrevistada en el programa La Otra Campana, que conducen los periodistas Gustavo Adolfo Ojeda y Darío Ramírez en LT7 Radio Corrientes, y que se trasmite en dúplex con LT25 Radio Guaraní de Curuzú Cuatiá.
Así se desarrolló un diálogo que deja mucha tela para cortar:
Doctora Valeria Corbacho, no es la primera vez que está con nosotros ¿Qué nos puede decir?
-Estamos en pleno proceso en la causa de (el ex juez federal, Carlos) Soto Dávila. Yo estoy por la defensa del doctor Pablo Molina (secretario penal suspendido del Juzgado Federal Nº 1 de Corrientes). Se han producido bastantes pruebas; testigos que ha traído la Fiscalía sin ninguna relevancia… Hasta ahora, no se ha podido probar por parte de la Fiscalía absolutamente nada. Con toda sinceridad, si fuera lo contrario, lo diría; pero la Fiscalía no ha logrado probar nada de lo que pretende. También con absoluta sinceridad entendemos que en esta causa la Fiscalía no va a lograr nada, es una causa absolutamente armada. Sí, es interesante lo que ha pasado en la jornada del día viernes pasado. Han declarado dos testigos. Uno, fundamentalmente propuesto por la doctora Mariana Barbitta, defensora del doctor Soto Dávila. Sorprendió porque son cosas que uno se entera ahí, en el juicio. Es una persona que estuvo detenida dos años y pico en la causa conocida como Sapucay. Y este señor de Bella Vista, Corrientes, contó que resultó absuelto con las mismas pruebas con las que lo acusó la Fiscalía por un acuerdo que le propuso la Fiscalía. «Con las mismas pruebas por las que estuve detenido -decía el señor- me proponen un acuerdo y me absuelven». Pero contó algo muy interesante y alarmante a la vez para los que transitamos el fuero penal, porque cuando estaba en la «leonera» de Comodoro Py se le presentaban personas bien vestidas que le sugerían que acusara a personas que estaban involucradas en la causa para que dijera cosas que le estaban sugiriendo. Él decía: «Yo no puedo acusar de cosas que no conozco». Él nunca accedió a esas sugerencias que le indicaban que hiciera, con la promesa de irse antes a su casa. Eso pasaba mientras este señor estaba en Comodoro Py. Fue una revelación. Por lo menos los que estábamos ahí nos quedamos muy sorprendidos de que alguien venga a contarlo. Que hubo muchas irregularidades, la verdad que sabemos que ocurrieron. Las que podemos probarlas, las denunciamos; pero este testimonio fue realmente revelador y alarmante a la vez.
¿ARREPENTIDO?
¿Y el arrepentido que colaboró en esta causa, al final, declaró?
-En efecto, ha «declarado» el primer imputado colaborador. Pero, en realidad, no ha declarado. Yo entiendo que, si un imputado colaborador asume ese compromiso, lo tiene que asumir a lo largo de todo el proceso. Venir al juicio oral a decir «no quiero declarar», claramente es una trampa que le pone al proceso, es un compromiso que no ha asumido, obviamente. Porque para que todos puedan corroborar sus dichos, tiene que someterse como imputado colaborador a las preguntas de todas las partes. Estaba repasado justamente las causas en que ha habido imputados colaboradores, y todos los tribunales en las sentencias, justamente una de las cuestiones que resaltan, es que el imputado colaborador se sometió a las preguntas de todas las defensas en el juicio oral y público, que es la posibilidad donde el proceso llega a la etapa principal. Allí se discute ampliamente el hecho investigado. Este señor que vino el viernes, obviamente que no lo vimos, no lo pudimos ver porque declaró fuera de cámara, con voz distorsionada y lo único que vino a decir es que no iba a contestar preguntas. Esa fue toda su declaración: duró exactamente dos minutos reales. Esto es lo que pasó el viernes pasado y se pretende incorporar una certificación del doctor (Sergio) Torres, de Comodoro Py, que ni siquiera es la declaración de este señor. Con eso pretende la Fiscalía tener por incorporado cuestiones que ha dicho este señor en otra causa, que es la causa Sapucay. No lo podemos confrontar, no le podemos preguntar, no podemos saber ni siquiera quién es esta persona que está bajo un programa de testigos protegidos… Una irregularidad absoluta, se mire por donde se la mire. Pero fundamentalmente, lo que a nosotros nos preocupa es que si una persona dice «voy a colaborar con la investigación», y luego viene al juicio oral y dice «no voy a declarar», realmente es de una irregularidad absoluta. No sabemos quién es. Vuelvo a decir: «¿Querés colaborar con la investigación? Sentate, declará y dejá que te pregunten todo lo que te tienen que preguntar». Lo otro es esconder todo a los jueces de lo que sabés. No declarar es exactamente todo lo contrario a colaborar. Nosotros estamos dispuestos a explicarles, a los tres jueces del tribunal, la verdad. Esperemos que llegue lo antes posible ese momento y alegar, porque realmente la prueba que trajo la Fiscalía es de una pésima calidad y de una irregularidad absoluta. Lo estamos viendo en cada una de las audiencias.
Artimañas e indefensión
Desde hace tiempo se venían señalando estas falencias…
-Preocupante, porque gente que ha pasado por eso, que ha tenido miedo a denunciar, que después los fiscales les decían por qué no ha hecho la denuncia… La gente quiere seguir con su vida, ponerle la energía a su vida actual, a su familia. Obviamente, no deja de tener miedo. Es realmente preocupante y alarmante que pasen estas cosas. Esto fue enfrentarse contra el sistema, porque este señor es una persona humilde, que tiene su kiosco en Bella Vista y estas revelaciones son las que hemos escuchado en el juicio. Yo estoy con la esperanza de que se termine de producir la prueba y ya quiero poder demostrarle al Tribunal, a partir de nuestros alegatos, que también puedan salir de la trampa en la que les ha metido la Fiscalía, tanto a la Defensa, como al Tribunal.
Es preocupante todas esas artimañas, ¿No?
-Es realmente terrible. Otro de los testigos que declaró el día de ayer quería decir que «en Buenos Aires no nos han dejado hablar». Han ocurrido cosas bastante irregulares en toda la causa Sapucay, por lo visto…Yo, sinceramente, me quedé muy sorprendida cuando escuché el testimonio de este señor (de Bella Vista). La Fiscalía se sintió bastante nerviosa cuando se escuchó este testimonio que fue absolutamente sincero en su declaración.
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