Un grupo de perugorrianos se enteraron que jugaba Argentina en Inglaterra y comenzaron a soñar, cómo perderse esa oportunidad. Pero era un día de trabajo, están en Inglaterra hace mucho, no se fueron de vacaciones, son parte de distintos clubes de polo, donde cuidan los caballos que luego participarán en diferentes encuentros deportivos en el viejo continente. Aún así, gestionaron su salida. Tres días antes de jugarse el partido Argentina-Italia, consiguieron las entradas y la ansiedad iba creciendo. Llegó la hora, tomaron un remis que los condujo al estadio, los dejó lejos, dice un portal de la ciudad de Perugorria, pero GPS mediante, llegaron y se instalaron en sus lugares. Allí también estaban otros compoblanos, que trabajan para otros clubes. Una parte del sueño estaba cumplido. Pero la vida quiso darle más a estos jóvenes, que lejos de su tierra natal, apuestan al trabajo, tuvieron, también, la posibilidad de gritar goles de esa selección que viste la celeste y blanca. «Estábamos cansados», dijo Mariano, en una entrevista de un medio local, pero felices de ver, a pocos metros del campo de juego, el triunfo de Argentina.
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