El fenómeno meteorológico El Niño iba a llegar, anunciaron los climatólogos, el que al parecer lo hizo con retraso en la provincia y comenzó antes su acción en Brasil y en la provincia de Misiones, esperado después de 3 años consecutivos de sequía, pero que también trae sus efectos nocivos, como inundación por el caudal de agua caída, como sucedió en estos días en el Centro Sur correntino.
En el caso particular de Mercedes llovió desde el sábado pasado a la noche y este lunes los arroyos Las Garzas y Gómez que cruzan por dentro de la ciudad desbordaron, anegando viviendas y obligando a la evacuación de las familias afectadas, quienes deben observar sin poder hacer nada como se dañan sus bienes materiales que con tanta sacrificio logran poseer en un país que yace en el fondo de la pobreza y rozando la hiperinflación.
En otras ciudades también se padecen situaciones similares ante el cruce de un frente húmedo y caliente que se formó en Santa Fe y avanzó hacia la costa del río Uruguay, que está afectada además por la crecida.
Un mercedeño que perdió casi todo en la inundación dijo que no va a bajar los brazos. Es Juan Miño, de oficio albañil; vive con su señora y su pequeño hijo de 2 años, quien mostró al diario digital Tu Mercedes su casa en el barrio Recodo tras la lluvia y posterior inundación. «Así encontré todo a la mañana cuando me levanté; se me mojaron todas las cosas, la heladera, la cocina, rescaté lo que pude», relató agobiado.
Agregó que tenía tres mascotas «y se me murió uno de los perritos y 6 pollitos, porque el agua avanzó rápido entre las 5.30 y 6 de la mañana. Ya no se podía caminar casi», relató.
El joven vecino dio a conocer su celular (3773-402-847) por si alguien lo quiere ayudar, ya que «ahora espero que baje el agua pronto, pero lo que más se necesita es algún colchón y frazadas, zapatillas de talles 24, 38, 39 ó 40», describió.
En otro aspecto, admitió que no sabe si su heladera volverá a funcionar, y además «hoy una nueva sale arriba de 250 mil pesos, un mueble barato vale 60 mil pesos, no está fácil».
«Yo trabajo de lunes a sábado», dijo mientras mostró al cronista del medio digital hasta el estado en el cual quedó su moto que usa para movilizarse. «Todo el barrio se inundó, son pocos los que viven en altura», expresó apenado. «Es una tristeza total, porque uno quiere avanzar, pero así no se puede y espero que se solucionen los problemas», afirmó el albañil que perdió hasta los materiales que tenía para seguir mejorando su casa.
.