En los últimos siete días, el accionar los prefecturianos dejó dos títulos para las noticias en hechos en los que se destacó la participación de la fuerza, que por orden superior además patrulla los ríos, tanto limítrofes como interiores, el caso del Aguapey donde la sola presencia de la fuerza ha traído tranquilidad en una zona caliente como es la de Alvear, La Cruz, donde ha habido dos víctimas, un comisario de la Policía provincial y un conocido hombre vinculado al delito del cuatrerismo.
Los ajustes de cuentas son moneda corriente, de ahí la sensibilidad de los productores que ven con agrado la decisión del Ministro nacional que en las próximas semanas bajaría a la Provincia luego de presidir en las últimas horas la reunión del Consejo Federal de Seguridad Interior en dos jornadas sucesivas que contaron con la presencia del Presidente de la Nación y en la que dieron el presente el Ministro de Seguridad de Corrientes y su Jefe de Policía junto a los representantes de las 24 provincias.
El ataque artero sufrido ayer por una patrulla de Prefectura, cuyos integrantes recibieron el fuego cruzado y a quemarropa en pleno rostro, marca el momento singular que se vive en la costa del Uruguay fundamentalmente donde la prevención no logra amainar el accionar de bandas organizadas que actúan en la inmensidad de los campos sin que el poder del Estado resulte suficiente para el control del delito.
Otro hecho no menos grave ocurrió hace exactamente una semana. Del mismo participó también una patrulla de Prefectura que, en las cercanías de La Cruz, en plena madrugada, procedió a detener a tres masculinos, sorprendidos in fraganti transportando cuatro animales sin marca ni señales en la caja de una camioneta.
El accionar de los prefecturianos se complementó con la participación del Priar de La Cruz que dio intervención inmediata al fiscal de Paso de los Libres a primera hora del domingo último, doctor Mauro Casco quien por disposición del nuevo Código Procesal tiene a su cargo dirigir la investigación.
Uno de los detenidos fue nada menos que el hermano de un jefe comunal de una localidad cercana a La Cruz, que ya tenía antecedentes de hechos anteriores, y que incluso habría permanecido fugado por varios meses hasta que, luego de varios allanamientos, fue encontrado.
El caso explotó en las redes sociales y en los medios cruceños y de localidades vecinas, como ocurre cada vez que, con mucho esfuerzo, las fuerzas de seguridad logran aprehender a los malvivientes, cosa no fácil.
En este caso, la detención se produjo alrededor de las cuatro de la madrugada. La nota la dio el accionar del fiscal Casco quien generó una rápida reacción de la gente que se manifestó entre ofendida y desconcertada en las redes, el modo más rápido de expresarse, seguido por los medios locales y de alcance provincial.
A pesar de ser sorprendidos in fraganti, con el cuerpo del delito en su poder, la fiscalía no dispuso su detención, hecho que más llamó la atención a causa de los antecedentes por todos conocido tanto en la Cruz como Guaviraví.
Esta circunstancia originó un memorándum interno de Prefectura a la superioridad. Lo propio ocurrió en la Policía donde llamó la atención, no sólo la decisión del fiscal de no detenerlos ordenando su libertad muy pocas horas después, sino la presunta intención del funcionario judicial de devolverle los animales y el vehículo que permanecía y permanece secuestrado en dependencias policiales.
En este marco no sorprendió que, cuatro días después, el Senado de la provincia, al considerar la nómina de jueces y funcionarios sustitutos elevada por el Superior Tribunal de Justicia, haya dispuesto -por unanimidad- la exclusión del fiscal que dio origen a toda clase de comentarios en una zona donde es moneda corriente que tanto productores como personal policial se sientan impotentes por el accionar de la Justicia, donde funciona la puerta giratoria de los juzgados haciendo que las detenciones no se concreten, creando una sensación de impunidad nada reconfortante. Tanto más cuanto esta fuera de toda duda la decisión del poder político provincial de contribuir con acciones concretas a la lucha contra el abigeato.
La señal dada por la Legislatura respaldando a las fuerzas federales y provinciales no pareció un hecho menor, y se inscribe en la necesidad de entender que en este accionar es necesario sumar a todos al mismo objetivo, tomando como política de Estado la prevención y la sanción.
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