Hace tres años todos los sectores de la producción primaria padecen los azotes literales de la falta de lluvias óptimas al predominar desde entonces el fenómeno meteorológico «La Niña», tal el caso de lo que como se anticipó en la edición del sábado, les sucede a los productores de sandía, fruta constituida por agua esencialmente y cuyo déficit se manifestó en la degradación de sabores y tamaños, como que hace dos años se registró una de peso, si bien récord, de 51 kilos mientras que en la Fiesta Provincial que se realizó la semana pasada en Esquina la ganadora del concurso alcanzó a 29,100.
Así lo confirma el testimonio de los agricultores, que debido a las escasas precipitaciones que se produjeron también este año, los productores de sandías y melones sufrieron con la cosecha.
Verónica Gek, es una de ellos, quien comentó que se encuentran vendiendo «las pocas frutas de lo poquito que se cosechó» de sandía y melones que obtuvo en esta temporada, un poco peor que en el período 2021-2022. «Mis hermanos, que son productores, no cosecharon nada. Muy poca sandía, nada de nada este año», subrayó con tono de resignación y de desazón. «Este año, ‘re pérdida’; se invirtió mucho y no se cosechó nada», reiteró con énfasis en varias oportunidades.
Asimismo, en esta época, debido a las altas temperaturas, la cosecha de zapallo tampoco fue la esperada, por lo que describió a Actualidad Esquina que «este año nada de zapallo; si salen, está muy quemado».
Además de la cantidad, también la calidad del cultivo sufrió en su desarrollo por la falta de agua, ya que el tamaño fue reducido en comparación con años anteriores.
La productora reiteró que, «en esta temporada, las pérdidas con la producción de sandía, melones y zapallos son de gran magnitud. Ya que, al no tener agua, ni se desarrollaron o no alcanzaron a la cosecha, «se invirtió mucho y no se cosechó nada», lamentó.
Una sonrisa esbozó al señalar con cierto ánimo que los turistas suelen detenerse y comprar algunos de sus productos que los expone a la vera de la Ruta Nacional 12, de quienes destacó con la simpleza propia de los trabajadores de la tierra que «se van contentos ellos».
Cabe recordar que sus afirmaciones se confirmaron por las del propio ganador de concurso de tamaño de sandías de la 50ª Fiesta Provincial que tuvo lugar el jueves y viernes pasados en el Portal Sur de la provincia, Emilio Aranda, que expresó, sentirse «muy contento y orgulloso» por el resultado porque «pese a la adversidad del tiempo, de la sequía, hemos logrado sacar bastante buena fruta». El agraciado ganador recordó entonces que años anteriores, los frutos eran de más de 40 kilos, pero por la falta de lluvia no lograron alcanzar ese peso, en tanto en otro aspecto destacó que «en la actualidad está a buen precio, si se considera la escasez que hay; algo que ayuda a quienes pudieron cosechar».
Como ellos, todos los demás esperan sea este verano el último de tan prolongada sequía, que al parecer sería así según concluye un último análisis de especialistas, como se informa en la nota adjunta sobre la llegada del fenómeno El Niño, el de las lluvias en esta parte del continente, hacia mediados de 2023.
Se comenzó a divulgar un pronóstico que arroja importantes novedades
«El Niño» es un fenómeno atmosférico causado por el calentamiento gradual del océano Pacífico que provoca intensas precipitaciones, y por consiguiente inundaciones en varias regiones de la Argentina.
Distintos organismos ratificaron la permanencia de «La Niña» durante el verano 2022-23, incluso hasta la parte final de la estación. El fenómeno seguirá afectando los registros de temperatura y precipitaciones, y agravando las sequías por unos meses más; después entraría a una fase neutra.
Las probabilidades de que La Niña persista durante enero a marzo son del 60 por ciento.
Independientemente, después del último informe de seguimiento, existe confiabilidad alta en que un período neutral, es decir, sin La Niña ni El Niño surgirá en el tramo final del verano y principios del otoño en el hemisferio Sur, publica una reciente información de Infoagro.
En las últimas horas, se comenzó a divulgar un pronóstico «objetivo», el que se estructura con el promedio ponderado de las proyecciones elaboradas por los principales centros climáticos mundiales, que arroja importantes novedades. Tras semanas de seguimiento con los distintos modelos climáticos, los resultados muestran que existe un 60 por ciento de probabilidad de ocurrencia de una fase «Niño» en el trimestre comprendido entre los meses de julio a agosto de 2023. Y que la misma asciende a 64 por ciento para el período de julio a septiembre, por lo que la primavera 2023 y el verano 2023/24 tendrían lluvias superiores a lo normal y en algunos casos con «eventos abundantes». De ser así, varias provincias argentinas se verán beneficiadas por un período mucho más húmedo y con precipitaciones que tendrán características por encima de lo normal, y temperaturas oscilatorias, en una temporada otoño-invierno más húmeda de lo normal.
Los últimos informes y el anuncio de un posible evento El Niño, generaron grandes expectativas en el sector agropecuario de la Argentina, Uruguay y el Sur de Brasil, principales regiones que pueden esperar un escenario de lluvias generosas, que haría que las próximas cosechas de diversos cultivos sean la contracara de las actuales, como la de la sandía.
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