Como bien lo reflejó EL LIBERTADOR en la edición de ayer, el correntino Carlos Layoy sufrió un percance días antes que se desarrolle la final de salto en alto en el Sudamericano de Atletismo de Guayaquil: se le rompieron las zapatillas especiales para la competencia y no disponía de otro par, al punto que tuvo que pedírselas prestadas a otro integrante de la delegación nacional, Tomás Ferrari, que gentilmente se las brindó.
Enterado del asunto, el influencer Santiago «Santi» Maratea publicó en Instagram un video en el que, junto a Layoy, pidió que lo sigan en sus redes sociales y le brinden apoyo.
Y gracias a varias historias de Instagram que compartió Maratea, el atleta libreño sumó más de 157 mil, cuando antes tenía solo 2 mil. Tamaña difusión permitió que su realidad se conociera y que dejara al descubierto las peripecias que deben afrontar los deportistas amateurs como él, que, si bien tienen cierto apoyo estatal, carecen de respaldo del sector privado y eso marca la diferencia con el resto de los atletas a nivel internacional.
“El miércoles pasado cuando estaba entrenando la parte técnica, probando la pista, se me despegó la zapatilla. Le pedí a mi compañero de selección y también rival, Tomás Ferrari, y me prestó una, que estaba agujereada, se salía el dedo; pero me la prestó sin dramas, era la única que tenía”, comentó a EL LIBERTADOR Layoy, que sin vueltas dijo: “Era mejor saltar así, llenándola de vendas, antes que hacerlo con la zapatilla despegada”.
“He hablado con gente de Nike y Adidas y las respuestas siempre fueron negativas. Pero es como decía Santi Maratea: al no tener seguidores en las redes sociales y al no ser conocidos, a las grandes marcas no les interesa sponsorear a alguien”, acotó Layoy, señalando su anhelo de que “ojalá ahora que sumé seguidores gracias a la cruzada de Santi pueda conseguir algún sponsor”.
Luego, el atleta de Corrientes explicó que una zapatilla para el salto en alto, luego de tres meses, ya se empieza a aflojar, sobre todo la parte del talón, por el uso que se le da al impactar y luego vienen las lesiones. “Esta zapatilla que se me despegó, la tengo desde hace tres años, desde el 2018”, detalló y manifestó que el gran problema es que “se trata de una zapatilla muy cara, con un costo estimado en los 30 mil pesos que es un dinero que no dispongo. Además, la tengo que comprar y traer del exterior y también se choca con los inconvenientes aduaneros para poder conseguirla”.
En cuanto al apoyo que recibe de la Provincia, Layoy precisó que el mismo se canaliza a través de Lotería Correntina y agradeció que desde el Gobierno, una vez que se enteraron del problema que sufrió con la zapatilla, el propio secretario de Deportes, Jorge Terrile se comunicó para decirle que se van a hacer cargo del gasto para que pueda tener unas zapatillas nuevas. “Estoy agradecido por ello, no quise molestar ni insistir, sabemos que en esta época de pandemia las necesidades son otras para la gente”, cerró el deportista.
Vale destacar que pese a las dificultas, Layoy logró el tercer puesto en la competencia y sueña con sumar los puntos necesarios para llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2021.