El presidente Javier Milei se refirió al superávit financiero de más de 275 mil millones de pesos registrado en marzo a través de un video transmitido por cadena nacional, que consideró «una hazaña de proporciones históricas a nivel mundial».
Estuvo acompañado por el equipo económico ampliado con miembros del Ministerio de Economía y del Banco Central: el ministro de Economía, Luis Caputo; el secretario de Finanzas, Pablo Quirno; el presidente del Banco Central, Santiago Bausili; y el vicepresidente del Banco Central Vladimir Werning.
En contra de los pronósticos de la mayoría de los dirigente políticos, los economistas profesionales, televisivos y petardistas tribuneros, quiero anunciar que el sector público nacional registró un superávit financiero de más de 275 mil millones de pesos.
Es el 0,2% del PBI. Es el primero desde el año 2008. No es ni más ni menos que el único punto de partida para terminar con el infierno inflacionario. Es lisa llanamente una hazaña de nivel mundial.
Este milagro económico que ha sido lograr superávit financiero trimestral luego de casi 20 años, habiendo recibido la herencia que recibimos, responde a lo que suelen afirmar los que quieren el fracaso de este gobierno, en enorme medida a lo que durante la campaña llamamos motosierra, y no como dicen algunos a la licuación del gasto público, método que históricamente se ha utilizado en nuestro país.
No teníamos tiempo para un experimento gradualista, y avanzamos con un programa de estabilización de shcok. Así lo alcanzamos en un mes de gobierno.
De los cinco puntos del déficit del Tesoro que hemos ajustado solo 0,4% responde a la pérdida del poder adquisitivo de las jubilaciones.
Para nosotros la inflación es un robo y el déficit fiscal es la causa de la inflación, por lo tanto el déficit cero no es solo una consigna de marketing para este gobierno, sino un mandamiento.
No esperen la salida de la mano del gasto público, la era del supuesto Estado presente ha terminado. Ha sido un fracaso estrepitoso que ha sumergido al 60% de la población a la pobreza.
Si el Estado no gasta más de lo que recauda y no recurre a la emisión, no hay inflación. No es magia.
Este es el primer trimeste con superávit financiero desde el año 2008.
Cada peso que cobre el Estado nacional será devuelto a los argentinos a través de reducciones de impuestos.