Por Gustavo Adolfo Ojeda
Para EL LIBERTADOR
Oficiales y suboficiales retirados de Corrientes, manifestaron su preocupación por la medida de retirar el busto del héroe nacional. El proyecto municipal prevé trasladarlo al barrio homónimo.
Los Centinelas de la Patria quieren el monumento al general Martín Miguel de Güemes, que se supo se trasladaría al barrio homónimo, permanezca frente al Escuadrón 48 de la fuerza.
El busto sobre un pedestal entornado por mástiles de banderas, es producto de una donación a la institución y su emplazamiento contó en su oportunidad con el aval del Concejo Deliberante.
«Ya en una ocasión, en un país donde muchas cosas no se entienden, ni tienen asidero lógico, el Gobierno nacional de entonces ordenó retirar el monumento en homenaje a Cristóbal Colón, en cercanías de la Casa Rosada, sede del Ejecutivo argentino, actitud en su momento repudiada por varios sectores de la vida nacional», recordaron.
«Salvando las diferencias, hoy el Municipio local pretende hacer lo propio con uno de los referentes libertarios de nuestra identidad nacional, mientras que en la provincia de Salta en particular, y el país en general, se celebró días atrás el natalicio del general Martín Miguel de Güemes, con todos los honores correspondientes», destacaron. El 8 de febrero se cumplieron 238 años del natalicio del héroe gaucho. En recordación y en Corrientes, oficiales y suboficiales de la Gendarmería Nacional, fieles a su legado, manifestaron su malestar por la intención de trasladar el busto del lugar central de la plaza Libertad, frente al mismo Escuadrón 48 de una de las fuerzas más prestigiosas, custodia de las fronteras.
Los Centinelas de la Patria, que lucen con orgullo su vestimenta verde oliva, y exhiben con ese mismo orgullo la rica historia de la institución que celebra cada 28 de julio su fecha más importante, señalaron que el busto fue retirado del centro de la plaza y se encuentra en dependencia de la Gendarmería, existiendo la intención de los responsables de la remodelación del espacio público, trasladarla al barrio Güemes.
La Municipalidad, en un plan de reordenamiento ambiental, viene realizando mejoras en las plazas y en la Costanera, aunque esa remodelación hoy afecta los sentimientos de los Centinelas de la Patria, que ven con desagrado la medida urbanística de retirar del centro del paseo el monumento al glorioso general, defensor de las fronteras y uno de los fundadores y autores de la libertad de la Nación.
No hace falta abundar en detalles para señalar la figura y la trascendencia del general Martín Miguel de Güemes, para saber la gesta histórica que protagonizó en las campañas libertarias, cuando la Patria junto a San Martín y Belgrano y tantos otros patriotas daban sus primeros pasos.
El 17 de junio de 2017, hace exactamente siete años, quedó inaugurado el monumento, que además es propiedad de la fuerza nacional; no pertenece al Municipio y en su momento la cuestión tuvo la aprobación vía ordenanza del Concejo Deliberante, donde los uniformados retirados concurrirán próximamente ni bien den inicio las sesiones ordinarias del cuerpo deliberativo, esto es en días más.
BIOGRAFÍA
Martín Miguel Juan de Mata Güemes Montero de Goyechea y la Corte (Salta, Imperio español; 8 de febrero de 1785 – Cañada de la Horqueta, Provincias Unidas del Río de la Plata; 17 de junio de 1821), conocido como Martín Miguel de Güemes, fue un militar y político argentino que cumplió una destacada actuación en la guerra de Independencia de la Argentina. Durante seis años fue gobernador de Salta. Con muy escasos recursos libró una constante guerra de guerrillas, conocida como Guerra Gaucha, deteniendo seis invasiones del ejército español, conservando así el resto del actual territorio argentino libre de invasores realistas.
De este héroe nacional, se puede decir muchas cosas, en la Escuela capitalina Nº 430, ex escuela Nº 30 Provincia de Salta, emplazada en el barrio Yapeyú de Corrientes, también se lo recuerda año tras año, cada 17 de junio, día de su fallecimiento y cada 28, día de la Gendarmería Nacional.
De Martín Miguel de Güemes podemos decir además, en apretada síntesis se destacan: Los inicios de su carrera militar y las invasiones inglesas.
A los 14 años de edad Martín Miguel de Güemes se enroló en el Regimiento Fijo de Infantería, cuyo cuartel central estaba en Buenos Aires pero tenía un batallón en Salta a raíz de la rebelión de Túpac Amaru II desde 1781. En 1805 fue enviado con su regimiento a Buenos Aires, ya que el virrey del Río de la Plata, Rafael de Sobremonte, temía un ataque inglés.
Durante la primera de las invasiones inglesas al Virreinato del Río de la Plata, en 1806, Güemes participó en la Reconquista de Buenos Aires, donde protagonizó una curiosa hazaña: al ver que el barco inglés Justine había encallado por una bajante repentina del río, dirigió una carga de caballería y lo abordó. Fue una de las muy pocas veces en que un buque de guerra fue capturado por una partida de caballería.
Al año siguiente, luchó también en la Defensa de la ciudad frente a la segunda invasión inglesa, en 1807. Después del rechazo, Güemes cayó enfermo y en noviembre murió su padre. Ambas circunstancias hicieron que pidiera licencia el 10 de marzo de 1808 para trasladarse a Salta. Acostumbrado al clima de su ciudad natal, el otoño de Buenos Aires afectaba su aparato respiratorio. La licencia le fue concedida en forma ilimitada.
El 5 de diciembre de 1808 figuró en Salta como cadete del Regimiento de Infantería y teniente del Cuerpo de Granaderos de Liniers, creado durante las invasiones inglesas.
Después del estallido de la Revolución de Mayo de 1810, la Primera Junta surgida en Buenos Aires envió rápido la Primera expedición auxiliadora al Alto Perú.
Güemes, como integrante del Ejército del Norte, fue puesto al mando de un escuadrón gaucho en la Quebrada de Humahuaca (en la actual Jujuy) y en los valles de Tarija y Lípez, impidiendo la comunicación entre los contrarrevolucionarios y los realistas altoperuanos. En la batalla de Suipacha, librada el 7 de noviembre de 1810 y que fue el único triunfo de las armas patriotas durante esta primera expedición, la participación del capitán Güemes fue decisiva.
Permaneció en la zona de la Quebrada hasta después de la derrota de los ejércitos de las provincias «de abajo» en la Batalla de Huaqui, el 19 de junio de 1811, y prestó su ayuda a los derrotados que huían; allí comenzó su famosa guerra de recursos, con la que tal vez retrasó el avance de partidas realistas antes de la llegada del ejército principal, que mandaba el general Pío Tristán.
Con su colaboración, el general Juan Martín de Pueyrredón atravesó la selva oranense y saqueo los caudales de la Ceca de Potosí, antes que los realistas pudieran hacerse con sus recursos.
Güemes, siguiendo órdenes de Eustoquio Díaz Vélez, el 18 de enero de 1812 recuperó Tarija. La ciudad había caído en poder de los partidarios del virrey del Perú, José Fernando de Abascal. Por orden de Díaz Vélez, se reintegró al Ejército llevándose 300 hombres, 500 fusiles y dos cañones. Los revolucionarios fueron obligados a retirarse a San Salvador de Jujuy debido al avance de las tropas realistas, superiores en número al que comandaba José Manuel de Goyeneche.
En febrero de 1812, Manuel Belgrano fue nombrado por el Primer Triunvirato jefe del Ejército del Norte en reemplazo del general Juan Martín de Pueyrredón.
Cuando Belgrano asumió el mando del Ejército del Norte e inició la Segunda expedición auxiliadora al Alto Perú ordenó el traslado de Güemes a Buenos Aires, por indisciplina, causada por una discusión sobre mujeres entre oficiales bajo su mando. Güemes permaneció en la capital, agregado al Estado Mayor General.
GUERRA GAUCHA
Güemes fue ascendido a teniente coronel y enviado al Norte, para incorporarse a las divisiones de caballería del Ejército del Norte. San Martín lo nombró al mando de la vanguardia, reemplazando a Manuel Dorrego, a quien había sido sancionado y desterrado por indisciplina.
Güemes se presentó en Salta como el protector de los pobres y el más decidido partidario de la revolución. Pero aun así, no logró nuevos aportes de recursos por parte de los sectores adinerados. Contó con su hermana María Magdalena «Macacha» Güemes como una de sus principales colaboradores.
San Martín le encomendó el mando de la avanzada del río Pasaje o río Juramento, porque en sus márgenes el general Belgrano había hecho jurar obediencia al gobierno de Buenos Aires, la Asamblea del Año XIII y a la Bandera Nacional. Poco después, asumía también el mando de las partidas que operaban en el Valle de Lerma en el que está la ciudad de Salta. De este modo iniciaba la Guerra Gaucha contra los realistas, ayudado por otros caudillejos, como Luis Burela, Apolinario Saravia, José Ignacio Gorriti o Pablo Latorre. Esta fue una larga serie de enfrentamientos casi diarios, apenas cortos tiroteos seguidos de retiradas. En esas condiciones, unas fuerzas poco disciplinadas y mal equipadas pero apoyadas por la población podían hacer mucho daño a un ejército regular de invasión.
Con sus tropas formadas por gauchos del campo, rechazó el avance del general Joaquín de la Pezuela y posibilitó el inicio de un nuevo avance hacia el Alto Perú, la llamada tercera expedición auxiliadora al Alto Perú. Bajo el mando del general José Rondeau, el nuevo jefe del Ejército del Norte, Güemes tuvo un papel destacado en la victoria de batalla de Puesto del Marqués. Pero, indignado por el desprecio que mostraba este por sus fuerzas y por la indisciplina del ejército, se retiró del frente hacia Jujuy. Daba por descontada la derrota del Ejército del Norte en esas condiciones y, en ese caso, necesitaría a sus hombres. Al pasar por Jujuy se adueñó del armamento de reserva del ejército; al enterarse, Rondeau -que era también titular del cargo de Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata- lo declaró traidor.
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