Desde ayer entró en vigencia la nueva tarifa mínima de 500 pesos para los remises, aunque la mayoría la empezará a aplicar en los próximos días. El nuevo precio es casi 300 pesos inferior al que podrían aplicar legalmente, y esto se debe al temor que tienen los choferes a perder demanda en un contexto en el que deben competir contra las aplicaciones móviles, que siguen en la ilegalidad.
El incremento del valor de la bajada de bandera se dio luego de que el Concejo Deliberante capitalino aprobó la semana anterior la modificación de la ordenanza que regula el Sistema Privado de Transporte de Pasajeros, ofrecido por remises, taxis y aplicaciones móviles.
Una de las modificaciones a la norma se relaciona al establecimiento de las tarifas, determinando que «el primer kilómetro recorrido será fijado en un monto que no supere el precio de hasta dos litros de la nafta de mayor valor en el mercado local», y a partir del segundo kilómetro se fija «una tarifa equivalente al 70 por ciento del valor del primer kilómetro».
Teniendo en cuenta que la nafta de mayor valor de mercado local es la Shell V-Power, que cuesta 387 pesos por litro tras el último incremento, la tarifa mínima tiene un límite de incremento de 774 pesos hasta el 31 de octubre, fecha en la que vence el congelamiento de precios acordado entre el Gobierno nacional y las petroleras.
Pese a que la nueva ordenanza les permitió a los remises aplicar una actualización de hasta el 93 por ciento del valor que estuvo vigente hasta el domingo (400 pesos), los trabajadores y las empresas decidieron subir sólo un 25 por ciento, para no perder la demanda.
«Nosotros tenemos que cobrar en base al mercado que tenemos, no podemos cobrar lo que necesitamos, pero sí toda corrección es importante», comentó a EL LIBERTADOR el titular de la Asociación de Remises de Corrientes, Juan Castillo, sobre la decisión de contener el precio del servicio.
«Nosotros anticipamos que el máximo que se va a subir es hasta 500. Tampoco vamos a cobrar una tarifa permitida legalmente, pero que el usuario no pueda usar. El usuario tiene que poder seguir teniendo la posibilidad de usar el servicio, de lo contrario a nosotros se nos cae la recaudación. Además, nosotros tenemos una competencia más barata por una cuestión de costo y no vamos a desatender nuestro mercado», explicó el referente de los conductores.
APPS
Respecto a la actividad de las aplicaciones móviles como Uber y Cabify, consideradas por los remiseros como competencia desleal, Castillo dijo: «Se les habilitó la posibilidad de que puedan funcionar de manera legal, pero ellos no quieren funcionar de manera legal. Ninguno se habilitó, ninguna plataforma se inscribió, ningún vehículo está identificado; porque para poder ser controlado tiene que estar identificado. Tienen todos los instrumentos como para estar en la legalidad y no quieren».
Vale recordar que una modificación anterior a la normativa que regula el transporte privado de pasajeros legalizó la actividad de las mencionadas aplicaciones, pero exigiéndoles que se inscriban y que se acoplen a los requisitos legales que cumplen desde siempre los taxis y remises.
En este contexto, Castillo reconoció que algunos remiseros incursionan en estos nuevos sistemas, pero según dijo no les resulta redituable. «Usan, pero entran y salen; no le seduce al trabajador. Los que se quedan funcionando esa plataforma son los particulares que tienen un trabajo, tienen un vehículo y para completar sus ingresos lo hacen, porque a nadie le alcanza la plata hoy en día», afirmó.
Además, agregó que las personas que usan su vehículo particular para trabajar con las plataformas digitales «no tienen en cuenta el desgaste de su propio auto», y que «cuando les genere gastos se van a dar cuenta que lo recaudado se les va a ir todo en inversión».
«Para los remiseros no es negocio, porque tira un valor distinto, la comisión de las plataformas es importante y son sólo viajes de ida, no optimizan el regreso y entonces no seduce», planteó.
De todas maneras, pese a la competencia y a las dificultades económicas, Castillo destacó que «la demanda no es mala», y que por ese motivo deben «ir de a poco con las correcciones (de precio) porque nosotros no podemos subir mucho porque el usuario tiene que poder utilizar el servicio».
ACTUALIDAD
Al ser consultado sobre la cantidad de móviles habilitados que circulan como remises por la Capital provincial, dijo que son unos 1.700, poco más de la mitad de los más de 3.100 que eran antes de la pandemia.
El titular de la Asociación de Remises reconoció que volver a tener circulando la cantidad de móviles que había antes del Covid-19 será «prácticamente imposible», ya que «es inviable comprar un vehículo para alquilar en nuestra actividad, entonces prefieren invertir su plata en otra cosa que les de ganancia con menor riesgo».
Por último, informó que la nueva tarifa mínima de 500 pesos será aplicada recién desde el primer día de septiembre por la mayoría de las empresas, debido a cuestiones operativas. «Esto se va a hacer progresivo y no todos van a aplicar. Algunos van a cobrar 450 pesos», aclaró.
.