La Concejal capitalina de CiCo instó a generar líneas de acción para plasmar en el día a día, en especial dentro de la Educación, los parámetros de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Remarcó que se trata de un concepto evolutivo que surge de la interacción y subrayó la necesidad de cambiar la representación social que expresan las instituciones para avanzar hacia un paradigma que respalde y potencie la singularidad del ser humano.
La concejal de la Ciudad de Corrientes en Ciudadanos Comprometidos (Cico), Rocío Báez fue entrevistada por EL LIBERTADOR. Instó a generar líneas de acción para plasmar en el día a día, en especial dentro de la Educación, los parámetros de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Señaló que dar lugar a estrategias diversificadas y específicas de intervención permitirá a los docentes atender las necesidades individuales de sus alumnos sin subestimar su capacidad de aprendizaje.
Remarcó que el concepto de discapacidad hoy es entendido como un término evolutivo que surge de la interacción entre las personas y el deber de cambiar la representación social que expresan las instituciones para avanzar hacia un paradigma que respalde y potencie la singularidad del ser humano.
Sostuvo que para que el modelo inclusivo se convierta en una realidad, las escuelas, trabajen con o sin maestras integradoras o contar con el apoyo de equipos internos o externos, deben abrirse a alumnos con diferentes patologías y tender a la constitución de aulas heterogéneas que promuevan el aprendizaje, la aceptación y el manejo de las propias limitaciones.
Luego de la visita a Corrientes de Silvana Mabel Corso y su exposición sobre discapacidad e inclusión ¿Cómo podría profundizarse en materia de inclusión educativa?
-Los desafíos que enfrentan los docentes en el aula son muchos; deben reinventarse todos los días. La Convención reconoce que la discapacidad es un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras debido a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad. Destacando la importancia de incorporar las cuestiones relativas a la discapacidad como parte integrante de las estrategias pertinentes de desarrollo sostenible, aún en el ámbito escolar no podemos hablar de escuelas inclusivas; tenemos ricas normativas, pero poco llamado a la acción.
¿Cuáles son los parámetros ideales sobre los que debe basarse una escuela inclusiva?
-Una escuela inclusiva es una escuela que cambia la representación social de la discapacidad. Es una escuela que se preocupa y ocupa de todos y cada uno de sus alumnos, donde los alumnos son reconocidos y alojados por los docentes atendiendo su singularidad, diseñando estrategias diversificadas o específicas de intervención, sin subestimar la capacidad de aprendizaje de los alumnos.
Reconocer y valorar la diversidad humana
¿Existe alguna garantía para que este modelo, así como se señala en los derechos de personas con discapacidad, sea una realidad?
-En una escuela inclusiva se trabaja con o sin maestra integradora, con apoyos de equipos internos o externos que asesoran. Teniendo en cuenta que la presencia de los chicos con distintas patologías en el aula heterogénea es la garantía para que los alumnos en general aprendan a valorar y reconocer la diversidad humana, así como aceptar y lidiar con sus propias limitaciones.
La Concejal, remarcó que para la implementación masiva de este paradigma educativo se requiere vocación por parte de los docentes, así como una convicción firme de que cada alumno puede aprender, y remarcó que las escuelas deben crear estrategias adaptadas a la diversidad inherente a la naturaleza humana, con el objetivo de que todas las instituciones sean inclusivas.
¿Qué es necesario para que este paradigma sea un enfoque masivo?
-Se necesita pasión, voluntad y vocación de los docentes y la convicción de cada docente de que cada uno de sus alumnos puede aprender, generando estrategias, porque la diversidad es inherente a la naturaleza humana, por lo que todas las escuelas pueden y deben ser inclusivas.
¿Cuál sería el impacto de la aplicación de este modelo educativo?
-Creo que el impacto puede ser muy positivo, pero también tiene que haber predisposición de todas las partes. Desde el director de la institución educativa para abajo y de toda la familia y equipo interdisciplinario que acompaña a cada niño. Se trata de aprender a reconstruirse, reinventarse, que los docentes revisen y cuestionen sus prácticas. Es decir, no es tanto una labor que hay que hacer en la otra persona (en el alumno), sino que es un trabajo que el educador debe hacer en sí mismo.
Formar el cambio
La Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Nordeste, recientemente, fue sede de la conferencia Pensando en el diseño de Escuelas más inclusivas, a cargo de la magister Silvana Corso y organizada por la fundación Un cromosoma más de amor.
A la misma, asistieron más de 450 inscriptos, en busca de adoptar herramientas y conocimientos fundamentales para promover un ámbito educativo más equitativo e inclusivo en las escuelas.
El evento fue declarado de interés municipal por el intendente, Eduardo Tassano.
Foto Luis Gurdiel