El recinto deliberante de la comuna de Alvear fue caja de resonancia de un posible alejamiento entre el intendente Miguel Salvarredy y el líder de Encuentro Liberal (ELI), Pedro Cassani, a consecuencia de que este último anunciara su intención de postularse como gobernador, alejándose del espacio liderado por Gustavo Valdés.
Salvarredy optó por mantenerse en la estructura oficialista provincial, lo que generó un quiebre que modifica el escenario político local.
Uno de los efectos inmediatos de esta fractura fue la pérdida del control del Concejo Deliberante por parte del oficialismo.
En una votación que contó con el apoyo del Partido Justicialista (PJ), el radical Rodrigo Araujo fue elegido presidente del cuerpo, desplazando a Luis Martínez, del sector de ELI.
Esta reconfiguración debilitó aún más la posición de Salvarredy, quien ahora enfrenta una oposición fortalecida.
En este contexto, el gobernador Valdés ha sido señalado como un posible beneficiario de esta situación.
Consideran que su intervención en la política alvearense podría estar orientada a consolidar su propio liderazgo en la región, impulsando a nuevos referentes en el municipio y debilitando el dominio que ELI mantuvo durante décadas.
A la par, el el PJ observa con atención esta crisis y busca capitalizar el desorden interno del oficialismo.
La falta de un candidato definido por parte de Salvarredy para las próximas elecciones genera incertidumbre y abre el juego a nuevas estrategias dentro del espectro opositor.
Con un Concejo Deliberante ahora en manos de la oposición y un intendente sin un sucesor claro, el panorama político de Alvear se encuentra en plena transformación.
La fragmentación del oficialismo podría derivar en un cambio de liderazgo en el municipio, marcando el fin de un ciclo de poder que se sostuvo por más de cuarenta años.